Un año después, los 'olvidados' de Utuado se mantienen en comunidad
Hace un año una pequeña y alejada comunidad en el barrio Río Abajo capturó la atención del mundo al presentarse como un campamento olvidado, desconectado del resto por un río que, enfurecido por el huracán María, les privó de un puente para salir de allí.
En el frenesí de los días posteriores al huracán esa comunidad no tuvo manera de llegar al otro lado del puente colapsado, ocupándose entretanto con limpiar caminos y asegurar el bienestar de los vecinos. Una semana despues, las autoridades del municipio y el Estado aún no habían llegado hasta allí para socorrerlos o para, al menos, asegurar que estuvieran vivos.
De este panorama fue que nació el nombre que quedaría en la mente de todos quienes llegaron a ayudarlos: Campamento los Olvidados.
Marilyn Luciano recordó que al octavo día del paso del huracán, en reunión con todos los vecinos, fue designada líder, según indicó, por su dominio del ingles, lo que le facilitaría comunicación con personal de emergencias de Estados Unidos. Una libreta que utilizó como bitácora fue su herramienta principal, anotando en ella llegadas y salidas, suministros recibidos y entregados a cada vecino.
'Seguían llegando cosas y yo las seguía llevando a la capilla. Ahí yo todo lo contaba y lo desglosaba y lo dividía a la familia que era y eso sí, algo que tengo bien claro, que aprendí en la vida que tú tienes que dar las cosas con recibo. Una bitácora', explicó Marilyn a NotiCel, a un año despues del temporal.
Hoy la comunidad cuenta con un puente nuevo, más fuerte que el anterior, pero con los recuerdos de las dificultades que confrontaron despues del fenómeno atmosferico.
María Milagros Rivera vive en una de las casas más elevadas en esa comunidad, pero por recomendación de Marilyn, su yerna, no estuvo allí durante el huracán y regresó a principios de este año. Desde el balcón de su casa, María Milagros aseveró que la comunidad se encuentra en mejor estado ahora, reconociendo a la vez que el cartel colocado en el puente derribado que leía 'Campamento los Olvidados' ayudó grandemente.
'Creo que es uno de los barrios que más pronto se ha recuperado. Claro, nos ayudó el puente, porque fuimos los primeros que el gobierno se encargó de hacernos el puente', sostuvo María Milagros.
El puente fue inaugurado a finales de marzo con una pequeña ceremonia a la que asistió el gobernador Ricardo Rosselló Nevares, el alcalde de Utuado, Ernesto Irizarry; y personal de la Constructora Hartmann S.E, subcontratados por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en ingles). La estructura fue financiada con fondos federales a un costó de $4.2 millones, explicó Marilyn, quien fue contratada por la compañía constructora para el proyecto del puente.
Aún con puente nuevo, algunos vecinos no han regresado al mismo estado en que se encontraban antes de María.
Santos Ayala, de 88 años, pasó el huracán en su casa de madera, ubicada al lado del río Caonillas que durante el 20 de septiembre creció y se llevó las columnas que soportaban su hogar, dejándola en el aire.
Santos relató que sus hijos se encargaron de construir soportes nuevos e instalar un toldo provisional para su techo. Tras gestiones con FEMA, logró que le instalaran otro toldo el pasado 8 de enero, el cual sigue cubriendo su techo.
Aún así, en las postrimerías de la tormenta, Santos dedicó su tiempo para volver a sembrar gandules, plátanos y jengibre alrededor de la propiedad. Aunque se mudó con sus hijos por unas semanas en lo que reparaban la vivienda, Santos insiste en continuar allí con su siembra y en paz.
Casi al final del camino comunal, donde ubica la capilla que almacenó suministros, Jose López Vega y Milagros Pitre, ambos de 56 años, contaron que les regresó el servicio de electricidad a mediados de mayo, casi dos meses despues que el puente finalizó su construcción. Aun así, el matrimonio de 29 años logró sobrevivir esos tiempos gracias a la donación de una planta electrica por parte de un programa de televisión vespertino.
'No era fácil porque yo padezco de fatiga y de asma. En ese entonces no tenía una planta', contó Jose, quien convalecía de una operación en los meses antes del huracán María. Su esposa, por su parte, se lastimó la rodilla semanas despues cuando una ráfaga que produjo un helicóptero llegó a entregar suministros.
Tanto Milagros como Jose tienen dificultades para caminar, por lo que escasamente salen de su casa. No obstante, esta experiencia demostró a Jose que su casa, construida de cemento y con una planta baja que sirve como garaje, puede aguantar un futuro huracán.
'Este evento afectó a mucha gente en Puerto Rico emocionalmente y eso salió en las noticias, mucha gente que se afectó. No es que nosotros seamos más fuertes que nadie, pero sí, por la gracia de Dios nos fuimos preparando y nos hemos estado preparando para el otro huracán', aseguró Jose.