Colegio de Médicos le hace el “background check correcto” al secretario designado de Salud, Víctor Ramos.

Los $1.4 millones que el Colegio de Médicos Cirujanos (CMC) recibió como inversión de decenas de médicos bajo la presidencia de Víctor Manuel Ramos Otero para la creación de un plan de salud se gastaron mayormente en la nómina de dos allegados de Ramos Otero y en pagar los intereses de un préstamo usurero que este aprobó y le escondió a la Junta de Directores de la institución.

Esto expuso ayer el actual presidente del CMC, Carlos Díaz Vélez, en una conferencia de prensa en la que presentó un expediente que se le entregará al Senado, cuerpo que ya citó a una comisión total el jueves que viene en la que cuestionará tanto a Díaz Vélez como al designado para Salud. Aunque la gobernadora, Jenniffer González Colón, había dicho que las alegaciones contra Ramos Otero eran una “novela de Corín Tellado”, la Mansión Ejecutiva también pidió el expediente esta semana al CMC.

La petición de Fortaleza llamó la atención porque ocurre más de dos meses después de que designaran a Ramos Otero al cargo. El expediente, con documentos relativos a más de una alegación en contra de Ramos Otero, es “el background check correcto”, dijo Díaz Vélez en referencia a que la gobernadora ha repetido hasta la saciedad que sus nominados pasan por un estudio de campo sobre su trayectoria.

Díaz Vélez resaltó que la única experiencia de administración de Ramos Otero son los ocho años que presidió el colegio y, sin embargo, la Administración González Colón rompió con la tradición de pedirle a esa institución su opinión sobre los designados al Departamento de Salud.

“La única experiencia que tiene el caballero es este colegio, pues este colegio es el que tiene que decir si tiene el carácter”, dijo al resaltar que Ramos Otero no tiene oficina médica que administrar. “La única experiencia que tiene el nominado son estos ocho años y mire el desastre que nos dejó”, añadió al confirmar que la designación no cuenta con el apoyo institucional del CMC.

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El detalle del préstamo es una manifestación adicional de los problemas que surgieron después de que el colegio le aprobó a Ramos Otero la propuesta de embarcarse en la creación de un plan de salud cuyos accionistas fueran médicos y otros proveedores de salud para enfrentar el control que tienen las aseguradoras de salud sobre la práctica médica en la isla.

El 11 de marzo pasado, NotiCel publicó los testimonios de médicos que aportaron al plan como accionistas, algunos hasta $50,000, y que dijeron que nunca supieran qué había pasado con el dinero ni se les devolvió. Se sabe que, en total, la gesta de lo que se llamaría CMC Care, recibió $600,000 de parte del colegio en calidad de préstamo y $1.4 millones de parte de médicos y proveedores en calidad de inversión. La oferta de inversión garantizaba que las aportaciones se mantendrían en una cuenta plica para el propósito exclusivo de adquirir la licencia del plan Golden Cross y que, de no poder adquirirse, el dinero sería devuelto.

Para instrumentalizar esta gestión, Ramos Otero incorporó en enero de 2017 la entidad CMC Care Holdings LLC. Pero, tan temprano como junio de 2018, la Oficina de Comisionado de Seguros (OCS) adelantó que no autorizaría la venta de la licencia porque CMC Care no había sometido información requerida. A pesar de esto, Ramos Otero continuó recogiendo inversiones de médicos y, en noviembre de 2017, ordenó que el balance de la cuenta plica, $1.2 millones, fuera transferido a una cuenta de CMC Care de la cual podían hacer retiros sin la restricción que tenía la cuenta plica y en la que los únicos firmantes son él y el entonces tesorero del colegio, doctor Roberto Pérez Nieves.

Se sabe que de ese dinero se hicieron pagos a algunos profesionales relacionados con los estudios necesarios para estructurar el plan, así como en una fianza de $250,000 que se le pagó a Golden Cross (y que se perdió), pero ayer en conferencia, Díaz Vélez apuntó que la mayoría del dinero se lo llevaron tres recipientes, una pariente de Ramos Otero y una amiga de ésta (a quienes rehusó identificar) y al prestamista.

Según documentos que NotiCel pudo revisar, y que son parte del expediente sometido al Senado, el 8 de junio de 2017, Ramos Otero firmó un pagaré convertible por $125,000 con Carlos Rodríguez Rivera, un residente de Carolina. Ramos Otero firmó dos veces, una en calidad de presidente del colegio y otra en calidad de presidente de CMC Care. Los términos dictaban que se pagarían intereses de 4% mensuales hasta el 8 de mayo de 2018 y que, de ahí en adelante, cualquier balance generaría intereses por 8% mensuales. También, se daba la opción de que Rodríguez Rivera convirtiera $25,000 de ese préstamo en acciones de CMC Care. Estos $125,000 se añaden a los otros $2 millones entre inversiones y préstamo del colegio que se gastaron en la búsqueda del plan de salud.

Los documentos financieros del colegio, y un informe que les realizó una firma de contadores públicos autorizados, muestran que de la cuenta del colegio se pagaron $4,000 mensuales en intereses desde agosto a diciembre de 2017, y luego se pagaron $1,000 mensuales entre septiembre de 2021 y abril de 2022. A fines de abril de 2022, Díaz Vélez ganó la presidencia y, cuando Rodríguez Rivera fue a cobrar su próximo cheque, el nuevo presidente lo despachó sin recibirlo y sin pagarle. Desde entonces, Rodríguez Rivera no ha presentado ninguna reclamación formal o extrajudicial para que se le pague el principal ya que, según Díaz Vélez, lo único que se le pagaron fueron intereses.

El colegio contabilizó que se habían emitido 41 cheques, por un total de $128,000, para cubrir los pagos a Rodríguez Rivera. Los firmantes eran Ramos Otero y Pérez Rivera. El presidente emplazó a Ramos Otero a que diga si los accionistas del plan aprobaron que su dinero fuera a pagar lo que describió como un “préstamo usurero”.

Cuando Díaz Vélez ganó la presidencia, “no hubo transición, hubo ocultación”, aseguró. Ramos Otero se rehusó a entregar información, específicamente sobre CMC Care. Pero la junta había advertido sobre el préstamo y en una asamblea previa a la elección el auditor indicó que nunca se le había informado de ese préstamo, lo que provocó que por primera vez no se le aceptara un informe a un tesorero.

“El Dr. Víctor Ramos tenía un interés financiero personal en CMC Care cuando la nota (pagaré) fue aprobada por él”, indica el informe de los contadores al observar que no informar a la junta fue una violación de reglamento porque se supone que todo compromiso económico por encima de $5,000 sea aprobado en ese cuerpo rector del colegio.

Sobre la base de este señalamiento, la junta votó unánimemente para suspender a Ramos Otero de su silla como expresidente en julio de 2022, la primera vez que eso ocurre en el colegio. Luego, en mayo de 2023, el episodio se convirtió en una querella contra Ramos Otero ante el Consejo de Ética. La imputación es el conflicto de interés que representó el que autorizara el préstamo como presidente del colegio para beneficio de una entidad en la que tenía intereses personales. Ramos Otero nunca compareció ante el consejo para responder, como tampoco ha respondido a peticiones de entrevista ni ha abordado este préstamo en las declaraciones escritas que ha emitido durante esta discusión pública. Esta semana, el consejo atendería su caso como uno en rebeldía, pero el lunes pasado Ramos Otero renunció al colegio, evadiendo así el procesamiento ético. “Él sabía lo que venía”, subrayó el presidente.

Díaz Vélez indicó que el colegio no inició procesamientos civiles o criminales contra Ramos Otero a raíz de estos hechos porque coincidió con la lucha legal por mantener la colegiación compulsoria en su profesión, la cual perdieron, y los recursos que había para asuntos legales se concentraron en ese caso. Defendió, sin embargo, que el 90% de los médicos se ha mantenido colegiado.

“La viabilidad financiera del Departamento de Salud está en peligro”, apuntó Díaz Vélez.

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