Familia destina $1.9 millones para fomentar buena salud emocional en centros para menores
El programa va dirigido al personal de la ACUDEN y las 11 agencias delegadas de Head Start, en un acuerdo entre el Instituto Tercera Misión y la Administración para el Cuidado y Desarrollo de la Niñez.
La secretaria del Departamento de la Familia (DF), doctora Carmen Ana González Magaz, junto al administrador de la Administración para el Cuidado y Desarrollo Integral de la Niñez (ACUDEN), Roberto Carlos Pagán, anunciaron el miércoles, la implementación del Programa para el Manejo de Bienestar y Trauma Basado en la Atención Plena.
“El Programa está dividido en diversas fases, y las mismas están diseñadas para intervenir progresivamente con el personal de la ACUDEN en los Centros Head Start y Early Head Start para promover un sentido de control personal y de estabilidad emocional. Todas las intervenciones propuestas en este acuerdo son prácticas basadas en evidencia y se llevarán a cabo durante las horas de desarrollo profesional del personal”, expresó la secretaria del Departamento de la Familia en comunicación escrita.
Explicó que el Programa va dirigido a todo el personal de la ACUDEN y las once agencias delegadas de Head Start, mediante un acuerdo de colaboración entre el Instituto Tercera Misión (ITM) y la Administración para el Cuidado y Desarrollo de la Niñez con una inversión de 1.9 millones de dólares.
La titular de la agencia destacó además que “acuerdos como este fomentan el bienestar mental y la buena salud emocional y física de nuestros empleados solidificando sus destrezas y competencias en escenarios de emergencia, que les ayudan a lidiar con los retos que presentan los menores que servimos y sus familias”.
Por su parte, el administrador de la ACUDEN Roberto Carlos Pagán expresó su deseo de que, “todo el personal que labora con menores, tenga las herramientas para afrontar situaciones diversas, puedan ser resilientes, mostrar a los participantes cómo ser más conscientes de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos para que redunden en acciones positivas. Esa es la base de un desarrollo integral”.
En la segunda fase, informó el administrador, “los empleados que participan del Programa podrán; reconocer sus fortalezas y aplicarlas en las diferentes áreas de sus vidas, particularmente en el espacio de trabajo, de igual forma podrán identificar los retos del contexto de trabajo y delimitar alternativas para enfrentarlos exitosamente, integrando los recursos personales y las fortalezas lo que les permitirá hacer un inventario de recursos, con el objetivo de reconocer las herramientas disponibles para el logro de las metas”.