Psiquiatra relata que padre de un paciente homosexual le dijo que prefería que su hijo fuera un criminal o un adicto
Hoy inició la vista pública para atender el Proyecto del Senado 184 que busca prohibir las terapias de conversión.
Con un coro de decenas de personas frente al Capitolio manifestando “con mis hijos no te metas”, arrancó hoy la vista pública del Proyecto del Senado 184 que busca eliminar las terapias de conversión.
El psiquiatra José Franceshini relató una de las muchas experiencias que ha tenido con pacientes: le pidió al padre de su paciente que entrara a la oficina para confirmar su homosexualidad. El padre le dijo que prefería que su hijo fuera un criminal, un adicto o un tecato a que fuera homosexual.
“Esta es la reacción esperada de padres machistas o muy conservadores, que condenan a sus hijos por el prejuicio homosexual y no se dan cuenta que lo está exponiendo a un daño psicológico que en algunos casos puede llevar al suicidio”, comentó el psiquiatra.
Desde hace 34 años, la Asociación de Psicología Americana (APA), eliminó como un diagnóstico de salud mental la homosexualidad. Sin embargo, hay profesionales y no profesionales que insisten que hay que tratarlo.
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“La homofobia, un prejuicio milenario, entiende la homosexualidad como una enfermedad o anormalidad, y por eso necesita tratamiento, como reclaman en la terapia de conversión. No puede haber tratamiento para algo que no se considera enfermedad por todos los expertos y organizaciones a nivel mundial”, manifestó Franceshini, quien ha atendido a más de 6,000 pacientes en su carrera.
El psiquiatra explicó que una terapia de conversión es cuando un paciente viene con el conflicto de su orientación sexual, y se trata de humillarlo, usar técnicas de aversión y técnicas para mostrarle que está tomando una decisión incorrecta, asumiendo que la orientación sexual es una decisión.
Un estudio presentado en junio 2020 a las Naciones Unidas por un grupo independiente reflejó que el 90 porciento de todas las terapias de conversión son en personas menores de 24 años; y la cifra para menores de 18 años es de 50 porciento de todos los que son sometidos a terapia de conversión.
“Uso la palabra sometidos ya que en la inmensa mayoría de los casos son los padres obligando al hijo o hija a someterse a dicha terapia y no son voluntarios”, explicó el psiquiatra, que también es catedrático en la Universidad Central del Caribe.
Sin embargo, la senadora Joanne Rodríguez Veve se mostró en oposición a los planteamientos hechos por el psiquiatra.
“Me opongo a que se le obligue a alguien cambiar su sexualidad, y me opongo a que se le pueda prohibir a alguien que quiera hacerlo libremente”, comentó la senadora de Proyecto Dignidad.
Ante eso, Franceshini recalcó que la orientación sexual no es una decisión. “De nuevo, volvemos a la ciencia. Esto no tiene que ver con uno escoger, no es una decisión, la gente nace de esa forma”, reiteró.
El doctor admitió que no ha conocido a algún profesional de salud que practique las terapias de conversión, pero eso no significa que no existen.
“Tengo que admitir que no conozco a alguien que ofrezca este tipo de terapias, y de haberlo, se esta arriesgando ya que está ofreciendo algo que no existe, que es cambiar la orientación”, culminó el primer deponente.