Los profesores y empleados, sin embargo, se han inoculado en una mayor proporción.

A escasas tres semanas para el inicio del nuevo año escolar, la vacunación contra el covid-19 se mueve a paso lento entre los estudiantes de las universidades del País, a pesar de que los contagios se dispararon entre las personas de 20 a 29 años.

El índice de inoculación, sin embargo, avanzó significativamente entre el profesorado y el personal de apoyo.

Datos preliminares suministrados por la Universidad de Puerto Rico (UPR), la Universidad Interamericana, la Universidad del Sagrado Corazón y la Universidad Ana G. Méndez revelan que la cita para pincharse no figuró en la lista de prioridades de los universitarios y universitarias durante el verano, aunque las instituciones privadas habían adoptado políticas de inoculación antes de la orden administrativa del secretario de Salud, Carlos Mellado López. Esa directriz, promulgada hace una semana y media, exige que todos los empleados y estudiantes mayores de 12 años de las escuelas y universidades públicas y privadas se vacunen para regresar a las aulas escolares.

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Solo quedan exentos del requerimiento las personas con condiciones médicas que impidan la vacunación, quienes tendrán que presentar un certificado médico válido, y las personas cuyos dogmas religiosos rechacen este tipo de intervención en el cuerpo. En caso de una objeción por principios religiosos, esas personas u estudiantes tendrán que presentar una declaración jurada con la firma del ministro y de los padres o tutores. Las tres vacunas disponibles en la Isla -Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson- tampoco están autorizadas para uso en menores de 12 años.

Hasta el 16 de junio, los niveles de vacunación en 8 de los 11 los recintos del sistema de la UPR oscilaban entre un 1% y el 27%. El recinto de Arecibo ocupaba la última posición, mientras que Aguadilla se colocaba a la cabeza del listado.

Solo el 6% de los estudiantes del Recinto de Río Piedras -el más grande del sistema público- se había vacunado para esa fecha. Unos 42,334 estudiantes confirmaron su matrícula para este semestre académico.

Estas cifras contrastan dramáticamente con el número de docentes y empleados vacunados contra el peligroso virus, que al momento atraviesa por un nuevo repunte de contagios en la Isla provocado por la aparición de la variante delta. Ayer, el nivel de positividad se elevó al 9.1%.

El 90% de los empleados de Aguadilla ya se vacunó, mientras que en Cayey hasta el mes pasado se había vacunado un 8% y el 59% de los empleados de la Administración Central, a pesar de que la administración de la UPR estableció centros de vacunación o pactó acuerdos de vacunación para facilitar el proceso.

A tenor con la directriz de Salud, el presidente saliente, Jorge Haddock Acevedo requirió a los 11 rectores presentar un plan de implementación atemperado a las necesidades de cada unidad, que debían presentar ayer. Corresponde al nuevo presidente o presidenta elaborar un protocolo uniforme. La Junta de Gobierno de la UPR también divulgó una certificación para establecer la obligatoriedad de la vacunación contra el covid-19.

“Reitero mi exhortación a estudiantes, docentes y personal no docente a vacunarse como medida de salud y seguridad para prevenir y detener el contagio del coronavirus entre nuestra comunidad universitaria y en la Isla”, indicó Haddock Acevedo en declaraciones escritas.

“Como parte de los esfuerzos para que nuestra comunidad universitaria se vacune, la administración estableció centros en distintos recintos y unidades, muchos de los cuales se mantendrán disponibles a partir de la próxima semana. Cada recinto y unidad informará sobre este proceso”, agregó.

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La vicepresidenta de Mercadeo y Asuntos Estudiantiles de la Universidad Ana G. Méndez, Mayra Cruz Rivera, señaló que alrededor del 45% de los asociados administrativos (545) y el 48% de la facultad regular (237) completó el proceso de vacunación durante la campaña que realizó la institución durante el pasado semestre académico.

Los profesores y profesoras también tendrán que someter un certificado de vacunación en o antes del 23 de agosto, día en que empiezan las clases.

“El restante tendrá hasta el día de inicio de clases para someter la evidencia de que comenzó el proceso de vacunación, si es que tiene asignado cursos presenciales en los recintos y localidades”, afirmó Cruz Rivera.

Indicó también que 3,060 estudiantes se registraron en la campaña de vacunación que la institución realizó durante el pasado semestre académico y que todavía se encuentra en el proceso de evaluación de los datos.

Para facilitar el proceso de inoculación, la próxima semana la universidad coordinó una campaña de vacunación amplia con la organización VOCES, que recorrerá los centros universitarios de la institución a través de la isla.

Pero la mayoría de los profesores y empleados de la Interamericana y de Sagrado completó su ciclo de vacunación.

La portavoz de prensa de la Interamericana, Zaima Negrón Guzmán, indicó que el 97.1% del personal de la institución se vacunó como parte de la campaña masiva de vacunación, que encaminó el gobierno tras recibir las primeras dosis de las vacunas en diciembre del 2020.

En el caso de los estudiantes, señaló que más de 2,000 había informado que recibió el pinchazo de una matrícula de cerca de 33,000 alumnos.

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“Ya los 510 empleados de Sagrado han completado ese proceso y las cifras reflejan que 495 están vacunados y 15 no están inoculados. O sea, el 97% de los empleados están inmunizados. Cabe destacar que Sagrado realizó en abril y mayo dos eventos de vacunación para nuestra comunidad universitaria”, señaló Marilyn Figueroa Rivera, vicepresidenta de Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos de Sagrado.

La institución también empezó el proceso de matrícula, que ahora pide completar un formulario nuevo para consignar la información de la vacuna del covid-19. Hasta el momento, de los 795 alumnos que han llenado el formulario, 751 están vacunados. Sagrado proyecta una matrícula de 4,000 a 4,300 estudiantes para el nuevo semestre.

En todas las instituciones, se requerirá evidencia de vacunación para acceder a los salones o las clases presenciales. Los estudiantes que no cumplan con este requisito tomarán las clases virtuales o en el caso de Sagrado optar por alguna de sus opciones híbridas.

La Inter, por ejemplo, adquirió equipo para dotar los salones de cámaras y permitir que los estudiantes no vacunados sigan sus clases a tiempo real con sus pares en el salón de clases.

Los empleados que no estén vacunados no podrán entrar a ninguna de las universidades, pero cada institución maneja esos casos de forma diferente. Sagrado tratará de buscar un acomodo para que realicen las tareas a la distancia, mientras que en la Interamericana agotarán las vacaciones y luego se mantendrán en una licencia sin sueldo hasta que acabe la pandemia.

En todas, sin embargo, será requerimiento el uso de las mascarillas y seguir las medidas de prevención que requieren el lavado constante de manos y la distancia física.