Así una constructora retoma sus labores en medio del coronavirus
Tras recibir el visto bueno para operar durante la pandemia, VRM Companies adoptó un riguroso plan de manejo de riesgo de COVID-19.
Las mañanas en el proyecto de construcción de VRM Companies en la carretera 177 en Guaynabo cambiaron. Ahora los trabajadores comienzan con una toma de temperatura. A su ropa de trabajo también se sumaron nuevas piezas: la utilización obligatoria de mascarillas y guantes.
Este requisito no es exclusivo de los constructores. Quien visite las instalaciones, que por el momento están limitadas al grupo de trabajo, también debe pasar por un protocolo de seguridad para minimizar riesgos de contagio de COVID-19.
Una gran parte de la industria de la construcción recibió luz verde para retomar labores, a cinco semanas de que la gobernadora Wanda Vázquez implementara el toque de queda y cierre de negocios el pasado 16 de marzo.
En ese momento, Rafael Rojo, presidente y CEO de VRM Companies, intuyó que el confinamiento propuesto por el gobierno para mitigar la crisis de salud que apenas se asomaba en la Isla, podría extenderse por cuatro a ocho semanas, por lo que su primera acción fue presupuestar.
Con esto, garantizó que sus empleados pudiesen cobrar sus salarios mientras se quedaban en sus hogares, protegiéndose de la amenaza del coronavirus, que hasta el momento ha causado 94 muertes en la Isla.
“Lo primero que hicimos fue establecer un plan para asegurarnos de que íbamos a tener un fondo disponible. Calculamos cuánto iba a ser la nómina y asumimos que esto iba a durar de cuatro a ocho semanas. Garantizamos esos fondos y, gracias a Dios, la empresa pagó el 100 por ciento de su salario desde la recepcionista a la oficinista, la secretaria, los contables, los carpinteros, a todo el mundo, y los obreros que trabajan por hora, cobraron como si hubiesen trabajado 40 horas", apuntó Rojo.
"No muchas empresas pueden hacer eso, hay empresas que tienen nóminas mucho más grandes y les es imposible. Nosotros pudimos hacerlo y fue bien bueno para los empleados y para nosotros, porque cuando nos pudimos reactivar fueron muchos los que regresaron”, agregó.
Contó a NotiCel que más del 90 por ciento de su plantilla regresó a laborar y que aquellos que permanecieron en casa son empleados, que están en grupos vulnerables al contagio. Ante este panorama, dijo, estableció un plan para que laboraran de manera remota.
En un recorrido por el proyecto NotiCel pudo constatar que los empleados comparten y conversan, pero mantienen la distancia física. Todos usan mascarillas y guantes, aunque el sol sea inclemente. VRM Companies suma en su plantilla a 100 empleados, de 500 a 600 subcontratistas distribuidos en diversos proyectos, y 200 empleados en el proyecto de residencias de la 177.
La maquinaria y la mano de construcción se reactivó hace dos semanas, cuando el secretario de Desarrollo Económico, Manuel Laboy, emitió una carta circular, después de que el gobierno federal flexibilizara la industria, y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, conocido como Homeland Security incluyera la construcción de viviendas nuevas, como parte de los desarrollos esenciales críticos.
Una vez Rojo conoció de esta flexibilización, puso en marcha su protocolo de seguridad, para retomar operaciones, y organizó una reunión de su grupo de trabajo, para darles una orientación completa sobre las medidas de seguridad.
“Estudiamos las guías del CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) y las recomendaciones de OSHA (Administración federal de Seguridad y Salud Ocupacional). La Asociación Nacional de Constructores de Hogares también emitió unas guías para la nación completa y nos basamos en eso aplicado a las necesidades de cada proyecto”, detalló Rojo.
El protocolo es supervisado por Miguel Robles Torres, quien, entre sus labores diarias, incluye recorridos por el proyecto para asegurarse de que los empleados sigan las medidas de seguridad.
“Lo primero que se hizo fue una reunión con todos los contratistas, dimos unas charlas de seguridad y de uso y manejo del equipo para protegernos. En la mañana, en la entrada se les toma la temperatura, y nos aseguramos de que tengan sus mascarillas y sus guantes. Doy mis rondas para asegurarme de que estén tomando precauciones y, principalmente, es que nos estamos dejando llevar por la mentalidad de que todos tenemos el virus. De esa manera, procuramos no acercarnos a nadie y prevenir”, detalló Robles.
La compañía también les entregó a sus empleados una carpeta con información sobre el coronavirus, síntomas, cómo manejarlo, cómo cuidarse y qué hacer si piensan que están contagiados. Además, Laboratorios Toledo irá próximamente a realizar pruebas gratuitas a la plantilla, algo que ya se ha hecho con anterioridad.
De hecho, Rojo tiene un proyecto en Orlando, Florida, que nunca se detuvo y allí implementó un riguroso modelo de prevención de contagios que es el que está replicando en Puerto Rico.
“En Estados Unidos, en la mayoría de los estados, la construcción nunca paró. Tengo un proyecto en Orlando y no se paralizó. Se implementaron protocolos para 200 empleados y han habido cero contagios. Así que teníamos una base de dónde partir”, dijo.
“Comprendo el miedo. Tenemos familia. No estamos ajenos a eso. La industria de trabajos esenciales nos demuestra todo lo contrario a las preocupaciones que están surgiendo. Según mis datos, hay 65,000 personas en esas industrias trabajando y solo 25 personas se han contagiado. Eso es el .003 por ciento de contagio, así que es sumamente bajo. No podemos caer en el error de tener como punto de comparación cuando la población estaba en la libre, en la calle, en la placita y en congregación, con una actividad controlada y supervisada con el debido equipo. Jamás y nunca es lo mismo”, puntualizó.
“No permitir que un empleado se gane el sustento, es decirle que su única alternativa es el gobierno y ya hemos visto las dificultades que ha tenido el gobierno para proveerle (ayuda) a esas personas”, concluyó.