Adultos mayores viven huracán peor que María
Los huracanes sufridos el pasado año sólo resaltaron la precariedad de la seguridad financiera de los adultos mayores en Puerto Rico, pero a mediados del 2017 ya se había advertido sobre la crisis económica de esta población y se había solicitado al gobierno que se reconozca al adulto mayor como un activo y no como un costo social.
Así lo dijo hoy la AARP en una vista pública de la Comisión senatorial de Rehabilitación Social y Económica, que busca, entre otras cosas, identificar estrategias y alianzas dirigidas a fortalecer la seguridad financiera individual de esta población para generar un impacto positivo en la economía del país.
'A mediados del año pasado… AARP advirtió sobre otra posible catástrofe… que amenaza con arrasar con la seguridad financiera de varias generaciones: la posibilidad de un alza en el costo de los servicios esenciales, la necesidad de limitar los servicios estatales a la ciudadanía, la merma en las prestaciones que reciben los pensionados del gobierno y la devaluación de las acciones y bonos del mercado de valores que sustentan el retiro de jubilados y empleados activos del sector privado, crean una situación de precariedad, tanto para los que gozan del retiro en la actualidad como para los que desean tenerlo en un futuro', dijo Jose Acarón Rodríguez, director estatal de AARP.
'Aún aquellos que nos considerábamos 'preparados' para nuestro retiro, hemos podido ver cómo 'nos cambiaron' las reglas del juego. Por ejemplo, el año pasado el gobierno logró garantizar las pensiones de los jubilados del servicio público, pero el problema de fondo de la insolvencia y la posible insostenibilidad a largo plazo del sistema siguen ahí. De igual manera, jubilados y empleados activos del sector privado vieron miles y miles de dólares con los que contaban para su retiro, esfumarse con la perdida de valor en sus carteras de inversiones', agregó.
Acarón Rodríguez indicó que de acuerdo con una 'Encuesta a empleados activos y jubilados entre los 35 y los 64 años', realizada entre diciembre de 2016 y enero de 2017, se destaca que más de la mitad (55%) expresaron estar teniendo dificultades o apenas manteniendose a flote en cuanto a su situación financiera.
Del restante 45%, sólo un 14% manifestó estarse sintiendo cómodo económicamente. Cerca de un 40% dijo estar económicamente en peor situación, en comparación a hace cinco años y una cantidad similar expresó estar más o menos igual, con solamente un 20% sintiendose estar en una situación un poco o mucho mejor que el resto del grupo.
'Estas cifras nos dicen que la crisis fiscal y económica del país no es más que un reflejo de la crisis financiera que individualmente experimenta la población y que ha venido deteriorando en años recientes', manifestó Acarón Rodríguez.
Según la encuesta, en el año 2016, tres cuartas partes experimentaron algún tipo de situación de impacto financiero severo: Situación de salud en la familia (41%), reducción en pago o en jornada de trabajo (32%), perdida en valor de inversiones (32%), perdida del empleo (30%) y dificultades financieras en el negocio propio (15%).
'Nos pareció interesante que tres cuartas partes de los que participaron en la encuesta expresaron haber respondido en la alternativa para cualquiera de estas situaciones. Y si esta muestra refleja el estado de situación de la población, el gobierno no es el único que necesita un rescate de una inminente debacle financiera. Los puertorriqueños debemos tomar consciencia plena de esto y cada uno estar dispuestos a labrar nuestro camino hacia la recuperación', dijo el director.
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