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Una vez hay muerte cerebral, se acabó la vida

Si algo positivo trajo al país el tiroteo que le costó la vida al ex púgil Hector 'Macho' Camacho es la creación de un comite que formulará una nueva ley para el manejo de pacientes con muerte cerebral en aras de que se pueda agilizar el proceso de donación de órganos, informaron varios profesionales de la salud encabezados por el procurador de la Salud, Carlos Mellado.

El comité, que integrará como representante del interés público a Carlos Negrón, padre de la joven Karla Michelle fenecida tras el impacto de una bala perdida, atenderá 'las lagunas' que tiene la Ley de Donaciones y Trasplantes de Puerto Rico, que data de hace 10 años.

El problema con el estatuto, según los conferenciantes, es que no dispone términos del procedimiento a seguir en cuanto al tiempo en que un paciente con muerte cerebral podrá permanecer conectado a un ventilador artificial para mantener los órganos con oxígeno en lo que se hace el trámite para ser trasplantados a personas en las listas de espera.

'Cuando el familiar no quiere que ese paciente sea desconectado, ahí es que la ley no es específica. Por eso queremos hacer esta enmienda', indicó Mellado.

En la rueda de prensa participaron además todos los que integrarán el comité: subprocurador de la Salud, Ángel Sostre; el presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos, Eduardo Ibarra; el presidente de la Asociación Médica, Raúl Castellanos; el director de Bioética del Recinto de Ciencias Médicas, Jorge Ferrer; el director de la Unidad de Trauma de Centro Médico, Pablo Rodríguez; el director del Recinto de Ciencias Médicas, Rafael Rodríguez; y Mariam Zadee, de Lifelink.

Todos coincidieron en que cuando hay un diagnóstico de muerte cerebral, un ser humano no regresa a la vida.

Tras establecer la diferencia científica entre estar en coma con actividad cerebral y tener muerte cerebral, el director del Centro de Trauma de Centro Médico de Río Piedras echó por la borda la creencia religiosa de que un milagro puede levantar de la cama a una persona con el cerebro muerto.

'No hay ningún caso en el mundo que después de una muerte en el cerebro haya vuelto a la vida', sentenció Rodríguez, quien lleva 11 años desconectando de ventiladores artificiales a pacientes con muerte cerebral.

Además del caso de Camacho, el caso del niño Jeffrey Alexander han generado muchos debates sobre cuándo es que una persona está viva o muerta. Rodríguez indicó que si hay no hay actividad cerebral y perfusión al cerebro para llevar oxígeno al resto de los órganos no hay vida.

Ibarra se hizo eco de las expresiones del doctor Rodríguez al establecer que es difícil explicarle eso a los familiares, por lo que destacó la importancia de que cada institución hospitalaria tenga un Comité de Bioética que pueda dar ese apoyo sicológico a los familiares tras la pérdida de su ser querido.

Y es que, en este tipo de casos, la fe no revive muertos.

'Su familiar dejó de vivir, como se conoce la vida, tiene muerte cerebral y eso significa muerte total, por decirlo de alguna manera', destacó Ibarra.

El galeno reconoció, no obstante, que ese proceso es muy delicado, por lo que profesionales como antólogos, sicólogos y capellanes deben integrar los Comités de Bioética para facilitar el proceso de mediación con la familia tras el diagnóstico de muerte cerebral de un paciente.

El padre de Karla Michelle se declaró fiel creyente de la donación de órganos, porque los de su hija les regalaron vida a otras cinco personas.

Sin embargo, reconoció que el proceso de tomar la decisión de desconectarla no fue fácil y urgió porque se haga sin que los familiares reciban presiones de los médicos de los diferentes hospitales.

'Fue algo duro… es bien difícil y hay que estar en los zapatos de uno (para tomar la decisión de desconectar a un ser querido)', sostuvo con voz entrecortada por el llanto.

Destacó que ha sabido de casos en los que el personal médico presiona a los familiares para que desconecten a los pacientes.

'La vas a desconectar porque después no se pueden usar los órganos. Esa presión no se puede hacer', afirmó Negrón.

Finalmente, Zadee aclaró que un usuario de drogas sí puede ser un donante de órganos, aunque hay sus riesgos si esas personas tienen enfermedades como el sida y de transmisión sexual, entre otras.

'No es un criterio de exclusión para la donación de órganos el abuso, el uso de sustancias controladas… un positivo (a drogas) puede ser donante, lo que es importante son los resultados de las pruebas serológicas', destacó.

'Si hay una persona que está esperando por un corazón y sólo que le quedan horas de vida, va aceptar, quizás, un donante clasificado como alto riesgo y hay muchos otros criterios', sostuvo.

El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Dr. Eduardo Ibarra. (Archivo)
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