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Jorge Suárez se casa prometiendo que no vuelve a la política

El exsenador y exsecretario del Partido Popular Democrático habló en El Push de la Mañana, edición estelar, sobre cómo ha cambiado su vida desde que dejó atrás la política.

Entrevista a Jorge Suárez en El Push de la Mañana, edición estelar
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

Han transcurrido ocho años desde que desapareció del espectro político del que fue espectador, fiebrú y parte protagónica.

Jorge Suárez Cáceres, exsenador y exsecretario del Partido Popular Democrático (PPD) vive una etapa distinta, una etapa mejor, si bien no resiente la previa a pesar de todo lo que le costó.

“El mármol embrutece y La Fortaleza te traga. Asumes como un personaje”, dijo Suárez en entrevista con El Push de la Mañana, edición estelar.

El hoy analista y mantenedor del programa mañanero NaciónZ nació en Fajardo, pero su familia es de Naguabo, se crió en Humacao y ahora vive en Gurabo. Viene de una familia de educadores. Su abuelo materno era alguacil en el Tribunal de Fajardo. Un día se pegó en la Lotería y compró una gasolinera y entre carros, aceite de motor, gasolina y octanaje, se crió Suárez. Era el nieto mayor.

Le gustaba la escuela, pero principalmente el deporte, sobretodo el baloncesto en el que según dijo, no era tan malo.

Su padre fue profesor, decano y rector de la Universidad Interamericana de Fajardo, y su madre fue maestra de Estudios Sociales hasta que su abuelo compró la gasolinera y se la llevó a trabajar con él. Tiene dos hermanos, una tecnóloga médica y un músico.

Su nacimiento en la política

La vena política surge también de su entorno, esta vez del lado paterno. Su abuela fue candidata a representante por el PPD y se codeaba con Inés Muñoz en su natal Naguabo. Y poco a poco, como resultado de su pasión por la Historia, se fue insertando en procesos políticos.

Fue presidente de la Juventud en Humacao y en la coyuntura de un plebiscito de estatus, logró conectar con el ahora exgobernador Aníbal Acevedo Vilá para coordinar un debate. Y ahí comenzó todo en serio.

Llegó al Senado en medio de una elección especial. Llegó sin la edad requerida por la Constitución y precisó esperar un tiempo hasta alcanzar los 30 años para juramentar. En ese mundo estuvo, entre ganar, perder y entrar por ley de minorías estableciendo un precedente jurídico, doce años. Fue senador y secretario del PPD en la administración de Alejandro García Padilla. Lo agradece y lo valora, pero sabe y confiesa que le costó amigos, tiempo para la familia, le ganó enemigos y abandonó su distrito. Lo próximo que supo fue que perdió.

Y en la reflexión de la derrota decidió retirarse del mundo electivo, a pesar de las voces que siempre insisten en que permanezca porque personalmente les conviene. No quiso contratos con el gobierno, llegó el huracán María y hasta toldos montó. Retomó su maestría en Justicia Criminal y al cabo del tiempo logró una plaza como profesor en la Universidad Interamericana, recinto Metro.

Lo llamaban de programas radiales y de televisión para hacer análisis, esporádicamente, de asuntos políticos. Y así llegó a NaciónZ, primero como colaborador y luego como mantenedor principal. Y ahí continúa, despertándose de lunes a viernes a las 3:45 am, para estar en vivo a las 6:00 am.

Mientras da clases, toma clases. Está decidido a terminar su doctorado el año que viene como criminólogo, no criminalista, sino la persona que estudia el origen, las razones y el comportamiento humano del criminal.

Suenan las campanas

De inmediato, sin embargo, hay un evento que marca su vida. Luego de un primer matrimonio que duró 18 años y en el que procreó dos hijos, se casará en dos semanas con Marisol Aguilú, una agente de bienes raíces, a quien conoció por Facebook. La red social insistía en mostrársela porque tenían amigos en común. Y un día le envió invitación y en quince minutos, ella lo aceptó.

Luego de un período de convivencia, decidió que además de testigos terrenales, quería sellar su compromiso ante Dios “y hacer las cosas bien”. Y el fanático de los Medias Rojas de Boston, luego de un partido al que asistieron juntos, le ofreció matrimonio.

Ese es su plan inmediato. Y aunque él tenía claro que no volvería a la política, bromea con que su acta de matrimonio tiene unas letras chiquitas que establecen que no lo hará jamás. Como una promesa personal y como un compromiso a su prometida.

Vea ahora la entrevista en El Push de la Mañana, edición estelar, pulsando aquí:

Egresada de la Universidad de Puerto Rico. Periodista con 23 años de experiencia en los medios de comunicación. Mamá de Manu, portavoz de la adopción de niños grandes y creadora de #primerizayqué