Madre de niña sobreviviente al tiroteo en Texas narra la odisea que vivió
Su hija alega que el tirador se reía mientras disparaba y lo describe como "la risa del demonio".
Gladys Castillón vivió en carne propia la incertidumbre cuando esta semana un joven de 18 años entró a la Escuela Elemental Robb en Uvalde, Texas, donde estudia su hija, y comenzó a disparar sin piedad.
Madre de una niña, Castillón se encontraba en su residencia, cercana al plantel, cuando todo comenzó. Según contó, su hijo mayor entró a la sala y le dijo que se escuchando disparos en la zona.
La mujer decidió salir en su carro, pero la imagen que encontró no era lo que se imaginaba. Los disparos no venían de ninguna casa cercana, sino que eran en la Escuela Elemental Robb.
Según narró a Telemundo 31, su instinto maternal la hizo correr hacia el plantel, pero fue detenida en el camino. Un vecino la aguantó, y aunque logró liberarse, un oficial de la Policía luego le impidió continuar porque los disparos no habían cesado.
Castillón no puede precisar el tiempo que pasó esperando a que todo terminara, pero dice que pudieron haber sido "horas" hasta que vio un portón abrirse y niños corriendo para salir.
Vea también: La Policía asegura que el agresor de Texas entró en la escuela sin oposición
"Llamaban a sus mamás y decían que tenían miedo", contó la mujer sobre los niños que corrían para salir del aula.
Pese a que no había encontrado su hija, Gladys comenzó a ayudar niños. Algunos, dice, salían muy asustados, otros con ataques de asma, y requerían trasladarlos hasta una funeraria cercana, que fue catalogada como una zona segura.
"Después de un largo tiempo, la verdad no se cuántas horas pasaron, nos comunican que se habían trasladado niños al 'civic center'... y me dicen, tenemos que ir para ver si tu niña está ahí. En ese momento dije, es momento de enfrentar la realidad", recordó.
Una vez allí, encontró a su hija, que corrió a abrazarla.
"Al verla yo me quebré", sostuvo.
Gladys contó que su hija le decía: "mami, mami, mami, yo sabía que estabas orando por nosotros... Dios estaba ahí".
Aunque pasaron varios días para que su hija pudiera hablar sobre lo ocurrido, Gladys narró que la niña le dijo que cuando comenzó todo, ella estaba jugando fuera del salón al que entró el tirador con unas amigas. Escuchó gritos que los llamaban a esconderse.
"Mi hija solamente dice que ellas estaban muy cerca del salón en el que él entró... se escondieron, apagaron todas las luces y comenzaron a escuchar niños gritar y una carcajada que es lo que mi hija dice que sigue escuchando. Mi hija la describe como que era la risa del demonio", sostuvo la madre.
La pesquisa en torno al tiroteo alude a que Salvador Ramos, el tirador, fue asesinado por las autoridades cerca de una hora después de haber entrado a la escuela. 19 niños y dos maestros murieron a consecuencia de los disparos.