"Seguimos teniendo un berenjenal de datos" sobre COVID-19
Dos científicas cuestionaron la nueva metodología adoptada por el Departamento de Salud en la antesala de la flexibilización de la cuarentena.
Los cambios de metodología que adoptó el Departamento de Salud para reportar casos de COVID-19 no resuelven el problema de falta de confiabilidad de los datos que produce la agencia, según dos científicas e investigadoras que han seguido de cerca el desarrollo de la pandemia en la Isla.
Ayer, el secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, anunció los cambios en una conferencia de prensa en donde aseguró que la emergencia salubrista estaba bajo control y que los datos apoyaban que el Ejecutivo continuara con el plan de reapertura de la economía.
Esta mañana, la gobernadora Wanda Vázquez Garced, informó que este tarde ofrecerá detalles de los cambios a la Orden Ejecutiva, que impone el toque de queda y limita la actividad comercial en la Isla como medida para evitar la propagación del peligroso virus.
Pero la bióloga Mónica Feliú Mojer describió la acción como cambios "cosméticos" y de "narrativa".
"Seguimos teniendo un berenjenal de datos y carecemos de sistemas robustos para detectar casos luego de reabrir", afirmó en su cuenta Twitter.
También criticó la decisión de la agencia de acoger con timidez el muestreo en bloque, conocido como ‘pooling’, para aumentar las cantidades de pruebas moleculares que se realizan en la Isla para detectar el novel coronavirus.
Este método consiste en agrupar cinco muestras en un mismo tubo de ensayo, donde comparten la mezcla de reactivo. Un grupo de científicos propuso esta alternativa para lidiar con el problema de la falta de reactivos.
"Para mí es sumamente preocupante que en vez de meter mano para asegurar que Puerto Rico haga suficientes pruebas moleculares, el Departamento de Salud sigue lavándose las manos con 'no hay reactivos" o pasando culpas", apuntaló.
Para atender la falta de reactivos, propuso usar fondos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para la compra de dicha solución, hisopos y material de transporte viral. También recomendó que la agencia coordinara con los laboratorios privados la distribución de los materiales.
"Puerto Rico se apresta a entrar en la próxima fase de reapertura y el Gobierno parece más interesado en proyectar que vamos bien, que en tomar acciones concretas para que eso sea cierto. ¿Cómo vamos a detectar nuevas infecciones y detener brotes?", cuestionó.
Pero aseguró que no todo eran malas noticias puesto que había indicios de los índices de contagio se mantenían bajos en la Isla.
En otro escrito en sus redes sociales, la bióloga celular y molecular Marieli González Cotto aseguró que casos de COVID-19 no habían bajado.
"El Departamento de Salud hizo unos cambios en la forma en que reporta las ya limitadas estadísticas de casos positivos. Ahora reportan dos renglones: casos confirmados y casos probables", apuntó sobre las nuevas categorías creadas para reportar contagios.
"Es importante entender que ambos números son importantes, sólo que se les han aplicado unas clasificaciones artificiales a los mismos", agregó.
La categoría de casos confirmados agrupa los contagios confirmados mediante una prueba diagnóstica o molecular. Bajo el renglón de casos probables ahora se agruparán los resultados positivos de las pruebas serológicas (rápidas), que detectan la presencia de anticuerpos, pero no confirman la enfermedad.
"Los casos probables deberán ser entonces confirmados por criterio médico, epidemiológico (por ejemplo, si ha estado en contacto con persona positiva confirmada) y/o prueba molecular para ser pasados a casos confirmadosn", plateó.
Pero, a su juicio, el problema estriba en que el Gobierno arrastra los pies para confirmar los casos probables.
"Es entonces donde nos debemos dar cuenta que ambos casos, confirmados y probables, son casos que nos deben preocupar. Esto es así por qué un caso probable puede nunca confirmarse con las prueba correcta. Sin embargo, puede tener COVID19, ser contagioso y estar contagiando a los demás", insistió.
Apuntó que '"decorar" las estadísticas no resolvía el problema de los datos.
Por tanto, ambas científicas llamaron a no bajar la guardia y continuar las prácticas para disminuir el riesgo de contagio.