Centros de cuidado infantil esperan por luz verde del Gobierno para abrir
El Departamento de la Familia todavía no ha divulgado las guías para la reapertura, pero algunas guarderías ya empezaron a tomar medidas y ajustar sus espacios usando las recomendaciones de los CDC.
La incertidumbre arropa a los padres trabajadores que deben regresar a sus espacios de oficina y siguen buscando respuestas de parte de los centros de cuido que aún no tienen información sobre cuándo retomarán operaciones.
Ayer, el secretario del Departamento de la Familia, Orlando López Belmonte, anunció que la agencia está próxima a presentar el plan de reapertura de los centros de cuido de menores, que permanecen cerrados a causa de la crisis de salud provocada por el COVID-19.
En un escueto comunicado de prensa, señaló que realizará esta gestión en alianza con la Asociación de Centros de Cuido de Niños y la Cooperativa de Servicios Integrados a la Niñez.
“Este plan será la guía mediante la cual la división de licenciamiento del Departamento de la Familia evaluará los establecimientos para la reapertura. Una vez sea discutido con los componentes internos y externos que brindan los servicios directos, presentaremos las guías para su implementación,” aseguró el secretario.
“Una vez sea discutido con los componentes internos y externos que brindan los servicios directos, presentaremos las guías para su implementación”, añadió.
Pero no ofreció fecha de apertura, pese a que madres y padres requieren de este servicio para retornar a sus espacios de trabajo.
“Es que hay una total disparidad en las fases de apertura del gobierno. He estado trabajando remoto y ya me tengo que reportar a trabajar. Todos mis compañeros ya se están presentando en la oficina, y yo no he podido estar presencial”, afirmó a NotiCel Astrid Marrero, una profesional de la industria de alimentos, madre de un varón de cuatro años, a quien cuida desde casa mientras trabaja.
Mientras el Departamento de la Familia se mantiene evaluando cómo se dará la fase de apertura, los padres trabajadores -que tienen a sus hijos en alguna de las 588 guarderías con licencia que la agencia tiene en su registro- se mantienen haciendo malabares para cumplir con sus patronos y su familia.
“Llevo trabajando desde principios de la pandemia, tuve reducción de horas, pero fueron dos o tres semanas, no duró mucho y el resto del tiempo he estado con dos niños saliendo en las reuniones de Zoom y Teams”, contó a NotiCel Alexandra Rivera, quien se desempeña como consultora de proyectos, y es madre de un niño de cinco años y una nena de dos.
“Mi patrono es flexible y condescendiente. Sabe que mi esposo es un trabajador de servicios esenciales, así que siempre trabajó ocho horas diarias fuera de la casa y lo expliqué, pero llega un momento en que a uno se le cae la cara de vergüenza. Si estás con clientes y tienes una presentación, y los niños están atrás brincando. Ha sido bastante complicado y frustraste”, añadió.
Según López Belmonte, el tema de la reapertura de los centros de cuido se está trabajando “con urgencia y con la coordinación requerida en beneficio de las familias que necesitan de ese servicio”. Sin embargo, en los centros de cuido la información que llega sobre el estatus del retorno de operaciones sigue siendo escasa.
“Hemos hecho de todo sin que me lo pida el Departamento de la Familia. Todo ha sido iniciativa nuestra, por mis clientes... porque ellos depositan la confianza en nosotros. Nos preparamos, dijimos, estamos listos, vamos a comunicar esto al Estado, y la respuesta ha sido ninguna. Mi último intercambio fue con la directora de licenciamiento y se limitó a decirme que recibió el plan que le enviamos y que la determinación la toma la gobernadora”, contó Michael Ayala, propietario de Bright Beginnings Day Care and Learning Academy, en Cupey.
Ayala explicó que ha invertido más de $16,000 para asegurar que su centro cumpla con las pautas de salubridad adecuadas y, ante la ausencia de una guía de parte del estado, utilizó las pautas de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), sumado a comunicación directa que estableció con centros que ya se encuentran operando en los Estados Unidos. Además de adecuar su local, dijo, trabajó en una guía completa, que suministró al Departamento de la Familia para que pudiese ser utilizada como modelo.
Bright Beginnings Day Care and Learning Academy, que ofrece atención a niños desde los dos meses gasta los cuatro años y 11 meses provenientes de unas 110 familias, cesó operaciones desde el 16 de marzo, con el primer cierre implementado por el gobierno, y permaneció ofreciendo un currículo digital para niños de tres y cuatro años.
Una vez culminó esa fase, contó Ayala, invirtió miles de dólares en equipo para mantener la escuela desinfectada, así maquinaria para mantener el ambiente libre de gérmenes, mascarillas para los niños y su plantilla de 14 empleados y la reestructuración de las facilidades, para garantizar el espacio suficiente para mantener el distanciamiento físico que se utiliza como medida preventiva para evitar la propagación del COVID-19.
“Enviamos cartas al Departamento de la Familia para explicar nuestros esfuerzos y por tres semanas no contestaron ni una sola petición de nosotros, ni una llamada para hablar de esto. Elaboramos un plan de control y mitigación, que es lo que pide el gobierno. Abril fue un mes de mitigación y limpieza, más entrenamiento al personal. Establecimos cómo sería el almuerzo de las maestras. Hicimos áreas en exterior para que puedan comer en distanciamiento, compramos fregaderos portátiles para lavarse las manos con jabón antibacterial con más frecuencia”, relató.
“Mayo fue un mes para remozar el edificio y ver cómo cambiar la estructura y permitir un distanciamiento en los espacios, poniendo menos niños en las mesas, dejándonos llevar por las guías de los CDC y me dieron información valiosa para usarla como base. Nosotros hicimos autogestión, y no ha habido respuesta. La necesidad de los padres se intensificó cuando la gobernadora anunció más reapertura y nosotros no estábamos en el panorama”, añadió.
Para muchos padres trabajadores, los centros de cuido son las únicas opciones viables para dejar a sus niños, pues no pueden contar con un refuerzo familiar en todo momento.
En el caso de Astrid, ella es natural de Mayagüez y su esposo de Ponce, pero residen en Guayabo, por lo que no cuentan con familiares cercanos que le extiendan la mano en el cuidado del niño.
Alexandra, por su parte, contó que tanto su mamá como su suegra fallecieron, y solo queda su abuela, que es una persona muy mayor con diversas complicaciones de salud, lo que no es una opción.
“De regresar al cuido, sé que estarían bien porque ellos han tomado todas las medidas y han sido muy comunicativos. Mi mayor preocupación es con algunos de los padres. Creo que es fundamental que, ahora más que nunca, si su niño está enfermo o usted ve algo, vaya al pediatra a descartar enfermedades antes de llevarlos al cuido y poner en riesgo a otros niños", apuntó Alexandra.
"Si yo puedo seguir remoto, no mando mis nenes porque no voy a tomar el espacio de alguien que verdaderamente lo necesite y tenga que reportarse a trabajar”, agregó.
Bright Beginnings Day Care and Learning Academy realizó un análisis similar. Para controlar la matrícula y repetar los límites que impone la nueva realidad del coronavirus, decidió que al inicio solo aceptará a los pequeños cuyos padres estén obligados a regresar a sus puestos de trabajo.