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Indispensable la alianza interdisciplinaria para encarar la pobreza en PR

'¿Que implica ser mujer en este país ante el escenario [fiscal] que se ha planteado hoy?', cuestionó la doctora Adalisse De Jesús, trabajadora social y educadora.

Más que una cita, resulta imperativo cuestionárselo: Qué implica ser una mujer, ya sea de la clase trabajadora o desempleada, con o sin estudios universitarios, de ascendencia afroamericana, europea o la que fuera, cuya orientación sexual cumple con la visión tradicional o que rompe todos los esquemas en un Puerto Rico que constantemente tropieza con su identidad y, encima de eso, se ve atestado por una crisis económica?

Cada caso es particular pero todos desembocan en una realidad: las mujeres en Puerto Rico representan la mayoría de las personas afectadas por el discrimen, y la desigualdad social y económica.

'En Puerto Rico, al 2015 el 43 por ciento de nuestras familias se encontraban bajo el umbral de la pobreza. Sin embargo, cuando esas familias estaban lideradas por una mujer, ese por ciento subió al 60', reseñó De Jesús durante su ponencia titulada 'El reto de enfrentar la feminización de la pobreza en Puerto Rico'.

En su alocución, enumeró las instancias recientes donde la mujer compone el sector más impactado como es la Ley de Transformación y Flexibilidad Laboral y su 'flexiseguridad', la falta de empleo a tiempo completo, la ausencia de mujeres en posiciones de poder, el discrimen laboral hacia las embarazadas y, en el pasado, los despidos provocados por la Ley 7, por mencionar algunos.

'En el recorte de servicios sociales, las mujeres son las más afectadas de forma especial, primero porque es este sector en donde más se nos emplea y si hay recortes, es por donde nos van a despedir, pero también es el sector en que las mujeres son las mayores receptoras de servicios, particularmente el área de Salud y de Educación', añadió De Jesús, quien es profesora de la Universidad del Sagrado Corazón.

Hoy día, las mujeres componen un 58% de la matrícula estudiantil de las instituciones de educación superior de Puerto Rico y el 61% de sus egresados, según datos datos del Consejo de Educación Superior de Puerto Rico del año académico 2015-2016. Por consiguiente, constituyen la mayoría que recibe ayudas económicas (60%), con una carga académica a tiempo completo (87%), cuyos ingresos familiares anuales no alcanzan $20,000.

Asimismo, un informe del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos demuestra que los hombres aún reciben una compensación mayor por realizar las mismas tareas que una mujer, quien en la mayoría de los casos cuenta con mejor preparación académica para completar el trabajo.

Incluso, no fue hasta el pasado marzo que el Gobierno de Puerto Rico firmó la Ley de Igualdad Salarial que establece, entre otros asuntos, igual paga por igual trabajo. No obstante, la población femenina continúa como la más vulnerable y tiende a ser la más oprimida.

'La opresión se concibe como la privación o negación a una persona o grupo de la libertad, su bienestar y el acceso por otra persona, grupo o instituciones u organizaciones sociales. La opresión es un fenómeno social en donde opera la suma de muchos prejuicios, sumado a una posición de poder. Miren qué peligroso, alguien con muchos prejuicios y poder', destacó De Jesús.

Ese grupo 'poderoso', que tiene a su cargo la creación de políticas públicas y la persuasión a otros para ejecutarlas, se responsabiliza del 80% restante de los habitantes locales, quienes provienen de diversos trasfondos y no cuentan ni han contado con las mismas oportunidades en términos sociales y económicos.

'La interseccionalidad permite que las personas vivan o experimenten la opresión, pero en distintos niveles e intensidades. La historia de nuestra sociedad ha estado matizada por relaciones de explotación y dominio político y ecológico. Las diversas maneras en las que se construyen las relaciones de poder dentro de una sociedad respondiendo a una normativa particular, a un conjunto ideológico particular, hace que sectores específicos vivan un conjunto variado de opresiones sin la posibilidad de separarles', añadió la Trabajadora Social.

En la Legislatura, por ejemplo, 14 de los 81 escaños son ocupados por mujeres, no obstante, con un sesgo conservador que no representa a todos los sectores. Mientras, en las alcaldías solo siete de los 78 puestos son encabezados por mujeres.

Ante estos retos, De Jesús clamó por la unión holística en la Academia a fin de analizar las leyes y otros documentos de la administración actual para apuntar en qué áreas se podría mejorar e idear posibles soluciones al problema.

Las expresiones de la Trabajadora Social se dieron en el marco de la 34ta Asamblea de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, llevada a cabo en el Centro para Puerto Rico.

(Archivo / NotiCel)
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