Masacre en aeropuerto de Fort Lauderdale consterna a peñolanos
La masacre en el aeropuerto de Fort Lauderdale, en Florida, empañó la alegría del Día de Reyes en el barrio Cotto Quebradas de Peñuelas, ya que uno de sus hijos fue señalado como el autor del ataque en el que fallecieron cinco personas y otras seis resultaron heridas de bala.
Esteban Santiago Ruiz, un exmilitar de 26 años de edad que recién se había estrenado como padre, protagonizaba las principales noticias a nivel internacional por el terrible suceso que dejó atónita a una comunidad generalmente tranquila cuyos sectores están habitados por familias de una misma cepa, desde hermanos, primos y algún tío que hizo su casa en la misma parcela.
De hecho, la familia de Santiago Ruiz no es la excepción, pues viven en residencias colindantes. Sin embargo, algunos vecinos aseguraron no conocerlo personalmente.
'Aquí todo el mundo se sorprendió por esa noticia y más que dicen que es del barrio. A ese muchacho no lo conocemos, al papá sí, que le decían ‘Cuco' pero se llamaba José Santiago', confesó un matrimonio que vive cerca del lugar, quienes prefirieron no revelar sus nombres por la delicadeza del asunto.
El matrimonio agregó que 'el papá siempre estaba por allá fuera y a lo último antes de morir vino a vivir otra vez aquí, que fue el rinconcito donde tenía la casa'. Según relataron, el padre de Esteban falleció hace casi un año por condiciones asociadas a la diabetes.
Santiago Ruiz nació en Nueva Jersey y se crió en Peñuelas desde los dos años de edad. Allí se graduó de la escuela superior Josefa Vélez Bauzá en el 2008 y luego ingresó al Ejército de Estados Unidos.
NotiCel llegó hasta la residencia donde se encontraba la familia Santiago pero declinaron hacer expresiones al respecto. Esto, luego de conceder entrevistas para varios medios internacionales en su mayor parte.
'Queremos espacio. Desde el viernes han venido muchos periodistas y no diremos más porque todavía no lo hemos podido asimilar', dijo una fémina que se identificó como familiar de Esteban.
Mientras, en la plaza de recreo sus compueblanos no salían del asombro.
'Nos sentimos tristes, porque uno no espera que ocurran estas cosas de un peñolano, porque al muchacho lo conozco. Sé quién es porque iba cerca de mi casa con frecuencia porque era amigo de un primo mío y se veía un muchacho tranquilo', manifestó Ervin García, campanero de la parroquia San José en el pueblo.
'Es un muchacho bueno, no sé lo que le pasó, me sorprendió mucho. A veces uno entra en una depresión de momento que no puede resolverla y hay que tener mucha estabilidad emocional para contener eso', confesó García, acompañado de Miguel A. Cruz Santiago, primo de Esteban.
Cruz Santiago tampoco hizo expresiones al respecto, aunque aceptó el parentesco.
'El FBI falló porque estando en esa condición le permitieron tener el arma. Y que sirva de experiencia para que en el futuro una persona que esté en tratamiento sicológico ya sea en el ejército, en la policía o donde esté, no le permitan tener arma de fuego porque esto se puede volver a repetir', reclamó otro peñolano que rehusó identificarse.
Otros, aguardaban por la culminación de la misa en una iglesia repleta de feligreses que observaban los alrededores aún incrédulos por el suceso que conmocionó a la comunidad internacional.