Nueva DivEdCo empieza con el pie izquierdo
Finalizado el primer semestre del programa piloto de Taller Cien - una iniciativa que rescata las raíces de la División de Educación a la Comunidad (DivEdCo) para impulsar el desarrollo academico y cultural de cientos de alumnos de las escuelas públicas del país - los resultados ya son palpables. Sin embargo, quienes los propiciaron siguen sin recibir un centavo por la labor realizada.
Treinta artistas, treinta maestros y treinta coordinadores tomaron la batuta del proyecto durante los pasados meses, y ocuparon treinta escuelas públicas del país para brindar talleres artísticos dos tardes a la semana, o campamentos de verano intensivos en junio. La iniciativa resurgió para fortalecer el rendimiento académico - específicamente en la materia de español a través de las bellas artes - y la retención de los alumnos del sistema público, así como para impactar a la comunidad mediante la realización de actividades culturales.
'Estoy seguro de que el proyecto sí los impactó, el proyecto sí funciona - llevar artistas a la escuela -, pero para que sea justo, los artistas y maestros también tenemos que cobrar', manifestó el actor Mickey Negrón.
Mediante una orden ejecutiva firmada el 14 de enero de 2014, el gobernador Alejandro García Padilla puso en efecto la creación de Taller Cien, apodado como 'la nueva DivEdCo'. Según reseñado por los medios, la iniciativa se proponía también 'potenciar la participación y el empleo de artistas locales y de maestros de las bellas artes y de deportes, así como proponer las escuelas como lugares de encuentro de artistas y de exposición de trabajos realizados'.
Durante el semestre, Negrón, joven y experimentado actor y performero, fue maestro en la escuela SU María C. Santiago en el municipio de Comerío. A lo largo del semestre, los estudiantes entraron en contacto con los poemas de Angelamaría Dávila, los cuentos de Luis Rafael Sánchez, todo sumado a los adjetivos, los verbos, esos temas básicos de la enseñanza del idioma español en intermedia.
Luego, todo se llevó al teatro, con la presentación de tres piezas cortas: 'Tiene la noche una raíz' de Luis Rafael Sánchez, y 'Control remoto' y 'Qué tostón', ambas de Jóvenes del 98, que hablan sobre la violencia y los embarazos juveniles respectivamente.
'Amo tanto el trabajo de enseñar. Enseñar el lenguaje del teatro, que los estudiantes sepan que tienen voz, y que existen otras maneras de aprender valores... Tuve un grupo de estudiantes maravillosos, y hasta tuve los famosos charlatanes, de lo que me decían 'ten cuidado con ellos', pero la experiencia del teatro en ellos les mostró que puede ser divertido aprender... El teatro es un vehículo maravilloso para sanar', dijo el joven pero experimentado artista.
Negrón lo vivió en carne propia. Era un joven alumno de Aibonito cuando conoció a su maestra Maritza Pérez Otero, fundadora de Jóvenes del 98. Fue así que se internó en lo que se convertiría en su voz y su cuerpo: el teatro. Años después, es él el maestro que traza la magia del escenario como vehículo de expresión. Sin embargo, la compensación monetaria, en momentos de crisis económica, aumento de impuestos y cuentas que se amontonan, sigue brillando por su ausencia.
Ya el taller concluyó, pero Negrón mantiene el vínculo con los estudiantes. 'La experiencia fue maravillosa', repitió. En un proceso educativo horizontal, nutrido por la retroalimentación, Negrón logró despertar en los estudiantes el amor por el teatro de tal forma que, ahora que pasaron a escuela superior, algunos de sus alumnos están decididos a continuar con su grupo de teatro en la nueva escuela. 'Sembré una semilla maravillosa en Comerío, lo único que falta es que ahora nos compensen', reclamó.
En la misma situación se encuentra Abey Charrón, fotógrafo y artista plástico. Su marca como artista urbano ha dejado huella en las paredes de la ciudad. Solo hay que asomarse al mural gigantesco de un niño que le tiende la estrella alargada de la bandera boricua a otra niña en la fachada de un edificio en Santurce. Y hay más huellas que ha dejado, en Río Piedras, recientemente en Dorado, con la suma de las manos de estudiantes de escuela intermedia.
Como artista maestro de la 'nueva DivEdCo', Charrón ofreció 30 talleres de dos horas cada uno en la escuela intermedia Ricardo Arroyo Laracuente en Dorado. A través de la iniciativa, que funcionó como una especie de internado de artistas en escuelas públicas del país, los estudiantes pasaron algunas de sus tardes trabajando la madera - material reciclado de la propia comunidad -, quitándole los clavos, lijándola, tratándola para espantar insectos, en fin, preparándola para luego imprimir sobre las bases sólidas las fotografías de su pueblo.
Fue así que surgió el mural que hoy descansa frente a la escuela como huella final de los meses de trabajo artístico. En él, los rostros de los estudiantes acompañan estampas icónicas del pueblo de Dorado, capturadas precisamente por la mirada joven de sus alumnos. Con una técnica empleada por Charrón, de imprimir fotografía sobre zinc, el mural funciona como un collage de fotos que corona las letras grandes de Dorado en el color original de la pared hasta entonces vacía.
'La técnica de transferir fotografía a madera es un proceso bien tedioso, y ellos aprendieron a hacer esa técnica, a trabajar con herramientas como sierras, lijadoras. También se trabajó la fotografía. Y cada segmento, cada visita que yo daba a la escuela, estaba programado con algún tipo de ejercicio que tuviera que ver con la materia de español, con cómo incorporar el lenguaje español dentro de esas tareas', contó Charrón.
Todos los estudiantes reclutados para la iniciativa carecían de recompensa académica. Su participación era enteramente voluntaria, en horario extracurricular. Los diversos contextos familiares, los intereses variados, según Charrón, hacían que a medida que pasaban las semanas, los estudiantes fueron abandonando el taller.
Según una documentación enviada por portavoces de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública - también corroborada por Charrón -, el contrato contenía una cláusula que indicaba que, debido a que el proyecto tiene como objetivo que 50 jóvenes asistan a cada sesión de taller, el Departamento de Educación dispuso que, en caso de que menos del 70%, o 35 jóvenes asistan, el DE determinaría el costo por participante y pagaría a la Corporación el costo correspondiente al número de participantes.
'De ser ese el caso, la compensación que la Corporación pagará a la segunda parte (el artista maestro) será reducida en la misma proporción que el DE reduzca su pago a la Corporación por razón de que la asistencia de estudiantes a una sesión taller haya sido por debajo del 70%', lee el contrato.
Charrón admitió que el contrato contiene ese vocabulario. Sin embargo, NotiCel también tuvo acceso a una parte del contrato que establece que 'la Corporación se compromete y obliga a retribuir a la segunda parte (el maestro artista) por los servicios objetos de este contrato'. Según el contrato, los artistas contratados recibirían un primer pago luego de las primeras 20 sesiones, y el resto al concluir las últimos 10. Han pasado ya tres meses desde que algunos de los ciclos de talleres finalizaron.
Pero, según la postura de la Corporación, los fondos provienen del Departamento de Educación, por lo que dependen de la disponibilidad de los mismos. Según la documentación provista por la Corporación, 'la segunda parte (el artista maestro) está consciente de que los servicios objeto del contrato son parte de los servicios contratados por el DE... cuyo pago está sujeto a la disponibilidad de los fondos del DEPR'.
Por lo tanto, según la infomación que ha aflorado, en la actualidad la bola se encuentra en la cancha del Departamento de Educación, que está supuesto a revisar la abultada ristra de documentos que durante todo el semestre los maestros tuvieron que llenar - hojas de asistencia, desglose de actividades, firmas de artistas y maestros - para entonces adjudicar los fondos, que provienen alegadamente del programa de español.
'Lo más terrible de esto, además de que se tarden y no te paguen, es que no tenemos una fecha. A mí no me molesta tanto que no haya cumplido con el contrato, como me incomoda que la persona que se supone que sea el enlace no conteste las llamadas, no conteste las preguntas. A lo mejor tampoco tiene información, pero lo más terrible que se siente es no tener idea alguna de si vamos a cobrar y cuándo', lamentó Negrón.
La División de Educación Continua se fundó en 1949 por Luis Muñoz Marín para impulsar la alfabetización de la ciudadanía, así como servir de detonador para el desarrollo artístico y comunitario del país. Con el fin de rescatar esas raíces, Taller Cien estaba supuesto a impactar cien escuelas públicas del país, para a la vez integrar a cien comunidades con alta incidencia criminal mediante actividades artísticas y deportivas.
Pero, el cineasta Chemi González, que ofreció a los estudiantes de la escuela Luis Muñoz Marín en Cabo Rojo, talleres de escritura y realización de guiones en junio, a modo de campamento de verano, que eventualmente resultaron en tres cortometrajes presentados en el Museo de los Próceres en Cabo Rojo, tampoco ha recibido compensación. Ni la actriz Mariana Monclova. Ni el pintor José Graziani. Ni el resto de artistas del patio que fueron convocados por sus méritos.