Lázaro justifica remiendos de la AAA con los embalses
El presidente de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Alberto Lázaro, defendió el retraso de la corporación pública para implementar medidas de control de uso del agua potable.
De primera instancia, Lázaro le achacó también la culpa a otras administraciones que tampoco tomaron medidas a pesar de que un informe del Servicio Geológico Federal (USGS, por sus siglas en inglés) advirtió en el 2004 que en el 2015 la represa de Carraízo alcanzaría el volumen de almacenamiento de agua del 1994, debido al problema de sedimentación.
Asimismo, expuso que bajo este cuatrienio tampoco se salió corriendo a implementar medidas, porque supuestamente en el 2012 la AAA hizo una batimetría con un equipo más sofisticado que el de USGS, y esta arrojó que a partir de ese año el embalse llegaría al nivel de sedimentación del 1996 dentro de un periodo de 6 a 10 años.
'USGS como hacen este trabajo es que ellos hacen unas transversales, que no es otra cosa que unas líneas perpendiculares al flujo del lago. Hacen una serie de transversales y van midiendo la profundidad del lago. Eso se llama una batimetría. Con esa batimetría, ellos sacan el nivel del fondo, pero como lo hacen de esta forma, que es un poco manual, ellos tienen que extrapolar la data. La proyección de sedimentos es basada en unos cálculos científicos… En esas extrapolaciones se puede estar sobreestimando… Pero no es lo mismo tu predecir en el 2004 qué está pasando en el 2015, a tú en el 2012 medirlo y te das cuenta que todavía te queda vida. Básicamente con ese nuevo estudio de batimetría que se hizo en el 2012, nosotros nos sentimos más cómodos de que nos queda más tiempo. Y no es que no hay que dragar el lago, pero no hay que salir corriendo hacer un proyecto de dragado de emergencia. Por eso es que a partir del 2012 se propone la idea de dragados de mantenimiento, que son dragados de menor escala, que no requieren la cantidad de fondos todos al principio', planteó para marcar las diferencias del trabajo hecho en el pasado cuatrienio.
Para los dragados a menor escala se requeriría una inversión anual de entre $7 a $12 millones, dependiendo del tipo de operación que se haga. A diferencia de un dragado de emergencia, que para extraer 5 millones de metros cúbicos del sedimento acumulado, se requeriría una inversión de entre $100 a $120 millones.
De paso, resaltó que existen problemas para financiar los dragados porque son trabajos de mantenimiento que no añaden vida útil adicional al embalse ni representan una construcción de una infraestructura nueva, sino que su fin es restituir la capacidad original de la represa. Ante esto, los gastos para hacer el dragado no podrían ser sufragados pidiendo prestado, sino que se tiene que financiar por medio de los fondos operacionales. Por ello la corporación proyecta implementar medidas internas que mejoren la eficiencia del sistema.
Precisamente, Lázaro argumenta que nunca se concretó el dragado de Carraízo anunciado en junio de 2011 porque no se contaba con los fondos, la situación financiera de la AAA en ese entonces era 'difícil', y el estudio del 2012 daba tiempo adicional a dicho embalse. De esta manera contradijo al portavoz de la minoría del Partido Nuevo Progresista (PNP) en el Senado, Larry Seilhamer Rodríguez, quien el martes radicó la Resolución del Senado 1202 para que la Comisión de Asuntos Energéticos y Recursos de Agua, investigue por qué la AAA paralizó el proyecto del dragado del Lago Carraízo a pesar de que presuntamente la Junta de Directores de la corporación pública asignó los fondos para hacer el dragado inicial.
Pese a que en diciembre de 2014 se alertó que este año sería uno severamente seco, y desde el 2013 disminuyó en el nivel de precipitaciones, el funcionario sostuvo que como el pasado febrero fue relativamente lluvioso se retrasó la puesta en vigor de medidas de control. La determinación de empezar a implementar medidas fue consultada con el Servicio Nacional de Meteorología, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), agregó.
'Obviamente cuando uno mira para atrás y ve qué ha pasado, si hubieses tomado la decisión antes, pero antes tenía el embalse lleno. Nosotros hemos ido tomando la decisión en la medida que se ha ido reduciendo el nivel del embalse. Yo creo que tomar la decisión de ir a racionamiento, no es una ciencia súper precisa, hay que un poco ver el entorno climatológico, y todo lo demás. Y ciertamente uno no quiere declarar un racionamiento antes de tiempo porque entonces afectas a la gente antes de tiempo. Pero tampoco lo quieres declarar muy tarde, porque si lo declaras tarde estás extinguiendo la posibilidad de tener agua por más tiempo. Y ese es un poco la balanza que hay que tener en estas decisiones. A mí me parece, que dentro de todo, yo creo que las decisiones las hemos tomado en el momento oportuno', reflexionó.
A mediados de marzo, ante la reducción en los niveles de los embalses y la falta de precipitaciones, la corporación afirma que comenzaron a reducir la presión a ciertos abonados, por ejemplo, en el área de Santurce. Posteriormente se anunciaron los planes de racionamiento.
En otros aspectos, el funcionario negó que se hubiera dado un trato distinto a los residentes de ciertas urbanizaciones de alto poder adquisitivo, porque presuntamente se retrasó la implantación de los planes de racionamiento. En esa línea, planteó que urbanizaciones como Montehiedra, Los Paseos y Encantada están en racionamiento. Mientras Puerto Nuevo, Barrio Obrero, Loíza, Piñones y otras áreas de Santurce, Viejo San Juan, Condado e Isla Verde están recibiendo agua del Superacueducto. Por el momento, no pronostica que estos entren en racionamiento si el Superacueducto sigue saludable y continua lloviendo en esa área.
Actualmente, Lázaro no descarta tener que aumentar a 4 días la interrupción de servicios para los abonados que se suplen del embalse de Carraízo y a tres para los clientes que recibe agua del embalse de La Plata. Precisó que al embalse de Carraízo le quedan como unos 40 días operacionales con el actual plan de racionamiento y si no llueve sobre las cuencas. A su vez, a La Plata le quedan poco más de 50 días operacionales. De paso, aseveró que ni Carraízo ni La Plata quedarán inoperantes porque en la medida que siga bajando el almacenamiento se aumentaría la cantidad de días sin servicio para preservar el agua que seguirá entrando a los embalses.
'En el peor de los casos, Carraízo, filtraría lo que le entra de escorrentía, que le llega entre 15 a 20 millones de galones diario. Eso es equivalente a un racionamiento de 5 días sin agua y uno con agua', sentenció.
La corporación pública, precisó que en estos momentos cuentan con 104 camiones cisternas de la AAA y de compañías privadas. Y de ser necesario podrían usar los camiones de la Guardia Nacional.