Contralora subraya problemas que debe erradicar la UPR
El desconocimiento, las reglamentaciones obsoletas, la falta de continuidad y la falta de uniformidad entre las unidades institucionales son algunos de los problemas que debe erradicar la Universidad de Puerto Rico (UPR) para poder lograr una sana gerencia y administración financiera.
Así lo observó hoy miércoles la contralora de Puerto Rico, Yesmín M. Valdivieso, quien compareció ante la Comisión Conjunta sobre Informes Especiales del Contralor de la Asamblea Legislativa, que evalúa 33 informes de auditoría a la UPR de los últimos cinco años, de los cuales se desprenden 156 hallazgos y 6 comentarios especiales que objetan el uso de fondos públicos en el sistema universitario.
La Comisión abundó sobre los señalamientos del informe que comprende el período del 2010 al 2015 en auditorías al sistema universitario, enfocándose en los renglones de cuentas por cobrar, manejo de cajas menudas, la autonomía de los recintos, entre otros.
Los informes, que develaron que la UPR tiene $56 millones en cuentas por cobrar, señalan incumplimientos con disposiciones reglamentarias relacionadas con las operaciones de las cuentas por cobrar, ausencia de gestiones de cobro y de procedimientos para regir las transacciones, así como deficiencias relacionadas con los contratos de arrendamiento.
Valdivieso comentó que esas deudas pendientes de cobro pueden incluir deudas estudiantiles, rentas que a veces no cobran - como una cafetería del recinto de Arecibo - y contratos que hacen a los que no se les da seguimiento - como las mismas máquinas expendedoras, 'que quizás se suponía que te dieran el 10% de ganancias pero no se está cobrando porque nadie se leyó el contrato y no recuerdan cuál era el arreglo'.
En momentos de estrechez económica, en que la Universidad necesita todos los fondos que pueda allegar a sus arcas para atender todas sus necesidades académicas y administrativas, queda la interrogante de por qué no cobrar las deudas. 'Eso me pregunto yo. En la privatización del aeropuerto, por ejemplo, en los cinco informes que sacamos antes de que se privatizara, a nadie le importaba que tenían cuentas por cobrar de inquilinos en el aeropuerto a quienes no le habían cobrado en dos o tres años', comentó.
Valdivieso achacó este comportamiento a una forma de conformismo y de desinterés, debido a que si el empleado cobra su salario haga su trabajo o no, cobre o no las deudas, puede que le reste importancia al asunto. 'Ahora, si tú eres un empresario, tú te aseguras de estar todos los días detrás de esa persona que te debe. Pero no hay ese compromiso. No es ni por falta de información, es falta de interés', añadió.
Otro de los señalamientos se refiere al mal manejo de las cajas menudas o el flujo de efectivo en las unidades institucionales. Según la Contralora, se hallaron funciones conflictivas con las recaudaciones, deficiencias relacioandas con los desembolsos, cheques en blanco y cheques devueltos, así como ausencia de verificación del buen uso del fondo de caja menuda, entre otras.
También, se cuestionaron gastos inútiles - así lo llamó Valdivieso - como la inversión de $81 millones en la instalación del programa Oracle según refleja una auditoría para el periodo entre 2000 a 2012, que terminó sin funcionar para el pago de matrícula, e incluso, la Universidad tuvo que invertir dinero para comprar otros módulos. 'Es un gasto inútil, un gasto perdido. No cumplió su función', señaló la Contralora.
Precisamente, en el renglón de compras, cuentas por pagar y desembolsos, los informes señalaron el uso indebido de tarjetas de crédito, gastos extravagantes e innecesarios en actividades, deficiencias relacionadas con las facturas y el proceso de desembolsos, e incumplimiento de disposiciones reglamentarias relacionadas con gastos de viaje, entre otros.
Por otro lado, la Contralora objetó una vez más la falta de uniformidad en las distintas unidades institucionales, que incluso muestran bachilleratos que comprenden esencialmente las mismas clases pero que reciben nombres diferentes dependiendo del Recinto. Esta falta de unificación también representa un problema, prosiguió Valdivieso, debido a que el Presidente de la UPR a veces deja de ser responsable por todas las unidades.
A eso sumó, como 'un problema grandísimo', el constante cambio de figuras administrativas claves, que afecta la continuidad de proyectos y quiebra el ritmo de trabajo. 'De verdad necesito cambiar de rectores cada vez que cambio de presidente?', cuestionó la Contralora. Explicó que el hecho de que los rectores tienden a ser académicos y no administradores, les dificulta comprender la dimensión burocrática y gerencial de su cargo, y una vez logran entender su puesto a plenitud, cambia el Presidente, cambian los rectores y empieza el ciclo de nuevo.
Y de ciertos tipos de cambios también habla uno de los estudios hechos a modo de informe especial, en que se analizaron los despidos, acciones disciplinarias, entre otras transacciones de personal, por motivos político-partidistas contra funcionarios y empleados del sistema.
Para finalizar, el desconocimiento de reglas de contabilidad, de contratos, de leyes, además de reglamentaciones obsoletas que datan de cuando los recintos eran aún colegios regionales, son grandes enemigos de la eficiencia administrativa. Citó el ejemplo del Centro Comprensivo de Cáncer, ante preguntas de la Comisión, que cuando comenzó, dirigido por académicos e investigadores enfocados en el trabajo creativo, 'no estaban conscientes de lo burocrático que podía ser el Gobierno' y se cometieron errores que ya se están subsanando.
Otros de los señalamientos abunda en los rengoles de personal, por la ausencia de sistemas de evaluación del desempeño del personal, así como ausencia de expedientes y registros de asistencias de personal docente regular; de propiedad, por la ausencia de inventarios e incumplimiento en la notificación de irregularidades; así como contratos de servicios profesionales y consultivos.
La actual administración universitaria ya está bajo evaluación, según la Contralora. Aunque todavía no existen mejoras, y persisten los señalamientos, Valdivieso si se mostró esperanzada de que exista una oportunidad concreta de subsanar el cuadro adverso de las finanzas y gerencia universitarias. En gran parte, se debe a la presencia de la que llamó una auditora interna capacitada, Miriam Quintero, y el conocimiento del contable Juan Acosta, uno de los integrantes de la Junta de Gobierno que ya precisó que se están revisando las reglamentaciones.
'Todavía estoy encontrando señalamientos, las mejoras no, pero la oportunidad de que haya una mejora existe. El hecho de que auditora interna, esté reuniéndose con nosotros, preguntando, que esté interesada en adiestramientos nuestros, interesada en que se le expliquen los señalamientos de la unidad que sea, eso me da muchísima esperanza. Entiendo que la intención de que todo se arregle está ahí y están poniendo personas capacitadas para hacerlo', concluyó.