Unos dos mil universitarios tendrán acceso al PAN
Los estudiantes universitarios cuyos ingresos están por debajo del nivel de pobreza podrán solicitar a partir del martes los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), luego de que el Departamento de la Familia enmendara el reglamento para que estos cualifiquen como un núcleo de servicio separado.
La medida, que promete impactar a más de dos mil estudiantes, responde al análisis que ha hecho la agencia sobre dónde se necesitan más los apoyos, indicó la subsecretaria, Roxana Varela Fernós, pero también a cambios en la política pública para que los programas de beneficios ayuden a un sector, que se esfuerza por alcanzar la movilidad social.
Tiffanny Torres, de 18 años, rápido que se enteró hizo la fila para recibir orientación en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Carolina. La joven estudia administración hotelera y ayuda con el cuidado de su abuela, quien es paciente de Alzheimer. Ella y el hermano viven del seguro social de su papá, quien se incapacitó en el trabajo. Es un dinero limitado para cubrir todos los gastos y necesidades. La abuela también recibe un seguro social del esposo, quien era militar, 'con eso hemos podido subsistir', contó a este diario.
Más del 60% de los estudiantes del recinto reciben Beca Pell. 'Tenemos una población socialmente desaventajada', confirmó el rector Moisés Orengo Avilés, quien recordó que reciben estudiantes de las comunidades cercanas como San Antón, Loíza o Canóvanas, quienes en ocasiones, tienen pocos medios de transporte o necesitan trabajar para costear sus gastos.
Aunque los estudiantes universitarios, que provienen de familias que reciben el PAN, representan casi 260 mil en total, el DF optó por limitar las ayudas a estudiantes que dependen de padres o encargados con más de 60 años o incapacitados, debido al 'impacto económico que la enmienda tiene'. Esto representaría una cantidad total de $290 mil, dado al promedio de $112 mensual por participante, que deben ser utilizados exclusivamente en alimento.
Marta Elsa Fernández, administradora de la Administración de Desarrollo Socioeconomico de la Familia (Adsef), detalló que muchos de estos jóvenes emprenden estudios de bachillerato, aún cuando a penas tienen oportunidad de comer, se hospedan lejos de sus hogares o viajan diariamente pese a las dos o tres horas de distancia. 'Con esta enmienda queremos ayudar que los estudiantes puedan culminar sus estudios', aseguró, en referencia al artículo Comer o estudiar?, publicado originalmente en Radio Universidad.
Recordó que la población de 60 años o más ha sido la de mayor crecimiento entre los beneficiarios del PAN, debido a que muchos viven solos y el seguro social no les da.
Otros jóvenes hicieron fila a consecuencia de la crisis económica, que ha afectado la condición laboral de sus padres. Arnaldo José, de 24 años, indicó a este diario que a su papá le han reducido las horas, debido a la baja que ha habido en la industria de la construcción. 'No pierdo nada con orientarme... Estamos mal económicamente', contó.
El rector del recinto aplaudió la iniciativa porque promueve la autosustentabilidad y la posibilidad de movilidad social de los jóvenes. Reveló que él mismo provino de un hogar de escasos recursos, donde convivían doce hermanos y solo dos pudieron culminar estudios universitarios, una cifra que pudo haber sido más alta de haber existido la enmienda.
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