Miembros de la comunidad La Cerámica en Carolina amanecieron apostados frente a los dos portones principales de la escuela Eduardo J. Saldaña para impedir su continuo desmantelamiento.

El nombre de la escuela apareció en el listado del pasado año escolar que amenazaba el cierre del plantel si no lograba aumentar su matrícula. Luego de la noticia de consolidación de planteles, los miembros de la escuela se enteraron a través de la prensa que su escuela dejaría de operar.

'La explicación que nos dio el Secretario de Educación a los empleados de la escuela luego del cierre, gracias a que exigimos que el Departamento de Educación viniera a decirnos personalmente qué era lo que estaba ocurriendo, fue que la infraestructura de la escuela no cumplía con los requisitos, y que la matrícula era muy poca', contó Noelanie Fuentes, maestra de inglés de séptimo grado y miembro de la comunidad.

Poco a poco, la escuela ha chocado con su posible desaparición. Les pidieron a los maestros que se llevaran sus materiales de los salones de clase, sacaron la compra del comedor escolar, quitaron el ponchador, y desmantelaron el internet de la escuela. Hoy, un truck del Departamento de Educación se encuentra a las afueras de la escuela, solicitando entrar, pero los portones están cerrados y velados por los rostros de la comunidad.

Por otro lado, tras exigencias de la comunidad, y la intervención del representante del distrito 40 de Carolina, Ángel Matos García, se anunció un acuerdo con el secretario de Educación, Rafael Román, que permitiría que se quedara abierta a la escuela para transformarla en una escuela especializada en el currículo Montessori. Matos García publicó un efusivo 'compromiso cumplido' en su cuenta en Twitter y agradeció a Román por 'haber escuchado los reclamos de la comunidad'.

Por el contrario, la decisión ha provocado el enojo de la comunidad. Fuentes cuestionó que cerraran su escuela por motivos de infraestructura y matrícula, cuando cumple con la infraestructura de un currículo Montessori que además, prevé una matrícula menor a la de la población estudiantil de la escuela que lleva más de 60 años enclavada en el barrio de Carolina.

A su vez, los estudiantes del área, que hasta ahora caminaban los pasillos de la Eduardo J. Saldaña, tampoco se beneficiarían de una educación alternativa, pues estos serían reubicados a las escuelas Paspacio P. Sancerrit y José M. Lázaro, para los niveles intermedio y superior respectivamente. Según información extraoficial, serían los estudiantes de la escuela Ángel P. Millán de Carolina quienes se expondrían al nuevo currículo de enseñanza, compartió Fuentes.

'Nuestra escuela es una escuela tranquila. Siempre hemos tenido muy buenas referencias donde quiera que vamos de nuestros estudiantes por su conducta. No son santos, pero son estudiantes humildes y respetuosos. Nuestra escuela no ha recibido ayuda a lo largo de todo este tiempo y soy testigo de que siempre que hemos necesitado, nosotros mismos hemos buscado ayuda o lo hemos puesto de nuestro dinero y bolsillo para que la escuela siga en pie', explicó Fuentes.