Mejores servicios públicos, y no más cemento, ayudaría a frenar migración
La reducción poblacional volvió a estar en escena tras un reciente estudio del Banco de la Reserva Federal que, aunque no trae grandes revelaciones sobre los patrones migratorios, tiene el suficiente peso para pincharle el botón rojo al Gobierno y al sector privado de que hay que reenfocar la dirección en la que se está cimentando el futuro del país.
Para el director del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, Mario Marazzi Santiago, ante la continua reducción poblacional es momento de hacer 'limonada de los limones'. Por esto entiende que es importante redirigir los pocos recursos económicos que tiene el país para mejorar la calidad de los servicios que se brindan a los ciudadanos en vez de concentrarse en, por ejemplo, seguir construyendo más escuelas, hospitales, cárceles y autopistas, o aumentar la capacidad de producción energética o de agua.
La postura de Marazzi Santiago resurge tras el artículo 'Las causas y consecuencias del descenso poblacional en Puerto Rico' de Jaison R. Abel y Richard Deitz, que fue publicado esta semana en un blog del Banco de la Reserva Federal, pero que el funcionario destacó que una primera versión salió el año pasado.
Según Abel y Deitz, en Puerto Rico en los últimos años ha continuado acelerándose la reducción poblacional. Ambos le dieron más peso al alto flujo migratorio que a la baja tasa de natalidad en su análisis de la reducción.
Los economistas agregaron que 'Puerto Rico está perdiendo una parte desproporcionada de sus ciudadanos más jóvenes, tendencia que ha acelerado el envejecimiento de su población'.
Por este, recomiendan que Puerto Rico fortalezca su economía, creen más empleos y mejoren la calidad de vida de los ciudadanos para contrarrestar el nivel de emigración.
Sin embargo, aunque Marazzi Santiago coincidió que la emigración está apresurando el envejecimiento de la población en Puerto Rico, tuvo sus reparos con que se aminore el impacto de la baja tasa de natalidad con la reducción poblacional.
'La reducción en nacimientos es fundamental para entender la reducción en población. La manera más sencilla de nosotros los puertorriqueños darnos cuenta de eso es comparar esta emigración con la de los 50. En los 1950 se fue medio millón de puertorriqueños a los Estados Unidos. Sin embargo, la población no bajó. Y eso se debió a que en aquel momento había muchos más nacimientos por cada mujer que lo que hay hoy en día. Si no fuera por ese otro factor, tal vez la población no se estaría reduciendo', manifestó Marazzi Santiago en entrevista con NotiCel.
Por otra parte, Abel y Deitz, señalaron que en la medida que se reduzca la población, disminuye la base contributiva del país, lo que al mismo tiempo agrava la situación financiera del Gobierno. Actualmente, la Administración García Padilla ha propuesto cambiar el sistema contributivo a uno enfocado principalmente en un Impuesto al Valor Añadido (IVA).
Para Marazzi Santiago, la merma de habitantes impacta adversamente a distintas gamas de la economía, y no solamente las finanzas del Gobierno. Destacó que al igual la situación económica de Puerto Rico incide para que haya más ciudadanos emigrando.
En esa misma línea va un análisis publicado el pasado marzo por el director general de Janney Capital Market, Alan Schankel, quien indicó que la condición 'anémica' de la economía de Puerto Rico es la causa y el efecto de la reducción poblacional, particularmente en los jóvenes con grados universitarios que emigran hacia los Estados Unidos. De hecho, expuso que la información disponible arroja que en los últimos 9 años, la población mayor de 44 años ha aumentado, mientras los segmentos poblacionales más jóvenes se han disminuido.
A juicio de Schankel, pocas sociedades pueden prosperar o incluso avanzar si el sector poblacional más joven y brillante se mueve a otro lugar.
Mientras tanto, Abel y Deitz, sostiene que hay muchos jóvenes emigrando entre las edades de 16 a 30 años. Y argumentaron que como se están yendo más jóvenes sin diploma a nivel postsecundario, ha aumentado la proporción en la Isla de personas que tiene completado estudio a nivel universitario. Y rebatieron que en Puerto Rico haya una 'fuga de cerebros', a raíz de la emigración.
'Los flujos migratorios recientes han reducido, sin duda, la cantidad de ciudadanos que ostenta un grado universitario en Puerto Rico. Sin embargo, en balance, dado que la tasa de migración de salida de los puertorriqueños menos educados es mayor que la de puertorriqueños con niveles más altos de capital humano, los patrones de migración han inclinado, en realidad, la composición de los que permanecen en Puerto Rico hacia los que tienen educación universitaria. Este hallazgo no significa que no haya habido una fuga de cerebros o que esto no sea una preocupación, sino que las personas con un capital humano de alto nivel no son particularmente vulnerables a las fuerzas que conducen a la emigración, al comparárseles con otros grupos de escolaridad', plantearon.
El Instituto nunca ha asumido posición sobre la alegada 'fuga de cerebros', pues Marazzi Santiago dijo que 'en la literatura demográfica no hay una buena definición operacional de lo que eso es. Por lo tanto, es un poco difícil especular si algo existe o no existe'.
Pese a esto, manifestó que puede haber una pequeña diferencia porcentual en las estadísticas sobre el perfil educativo de los emigrantes, por la definición utilizada por el Banco de la Reserva Federal.
'Ellos los ‘out migrants' (los migrantes que salen) los definen como aquellas personas que nacieron en Puerto Rico en algún momento y que actualmente viven en los Estados Unidos…. Esa no es una definición útil para mirar el perfil de la más reciente ola migratoria de Puerto Rico hacia Estados Unidos, porque una persona que nació en Puerto Rico hace 30 años y hace 25 años se mudó a Estados Unidos, ellos lo consideran un migrante del día de hoy. El problema es, que utilicen esa definición y las estadísticas que surgen de esa definición, para hacer un análisis sobre la ola migratoria de esta última década', aquilató Marazzi Santiago.
Datos de la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico del 2013, arrojan que 11,869 de los que migraron hacia Estados Unidos tenían diploma de cuarto año o su equivalente, 11,415 habían cursado estudios universitarios o tenían un grado asociado completado, 6,814 tenían un grado de bachillerato, y 3,050 tenían un grado a nivel de escuela graduada o profesional.
Al mirar los datos de 2012, se evidencia que para el 2013 hubo un alza de 1,083 en las personas que se fueron hacia Estados Unidos y que tenían un diploma de cuarto año o su equivalente, que subió en 1,513 la cantidad de personas que habían cursado estudios universitarios o tenían un grado asociado, que aumentó en unos 259 las personas con un grado de bachillerato, y que se incrementó en 639 las personas con un grado a nivel de escuela graduada o profesional.
Durante la presentación del informe del Perfil del Migrante de 2013, que fue publicado el pasado febrero de 2015 por el Instituto, Marazzi-Santiago, expresó que 'en el 2013, 19 mil personas con alguna educación terciaria o más se fueron de Puerto Rico a los Estados Unidos. Esto incluye personas con doctorado, maestría, bachillerato o alguna educación terciaria. En la dirección contraria, sólo 7 mil personas con este perfil educativo regresaron. No sabemos si eso constituye un 'brain drain' (fuga de cerebros). Pero, no podemos ser ingenuos en pensar que la emigración neta de 12 mil personas, con alto perfil educativo durante un solo año, no tiene efecto en nuestra sociedad'.