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Exinvestigadora de primates demanda a UPR alegando discrimen por edad

Una exinvestigadora de la Universidad de Puerto Rico (UPR) demandó a su antiguo patrono bajo la ley federal que prohíbe el discrimen por edad y genero por cerrar un laboratorio de primates que investigaba desórdenes en el sueño y destruir su reputación.

En la demanda de Janis González se incluyeron como co-demandados a Carlos Sariol, director de la Unidad de Medicina Comparativa del Recinto de Ciencias Médicas, y a José Rodríguez Orengo, rector del Recinto de Ciencias Médicas.

González, exdirectora asociada de investigación y coordinadora de recursos para el Centro de Primates del Caribe, y empleada de carrera para el Recinto de Ciencias Médicas, alega que Sariol ha destruido su carrera tras crear un ambiente de trabajo hostil, discriminar contra ella y despedirla, luego que se quejara en todos los niveles de la decisión de cerrar un laboratorio de investigación de primates.

La demandante había estado haciendo investigaciones en torno al ritmo cicardiano o del sueño y sus impactos sobre los humanos y el envejecimiento, usando monos Rhesus, en conjunto con la Escuela de Medicina de Boston y la profesora Irina Zhadanova. Estos resultaron en el descubrimiento de ciertos desórdenes relacionados.

Según la doctora, su labor fue instrumental para la creación de un laboratorio en el 2012 en la Estación de Campo de Primates de Sabana Seca de la UPR a un costo de $600 mil que otorgó el National Institute of Health.

En abril del 2012, el Dr. Rafael Rodríguez se reunió con el profesor Edmundo Kraiselburd, director del Centro de Primates en ese momento, y con Ingrid Acevedo, para discutir alegaciones de que González estaba teniendo relaciones con un empleado para que Kraiselburd la despidiera de su posición de directora asociada del Centro de Primates. Para esa época, una empleada había acusado al propio Kraiselburd de hostigamiento sexual y la UPR no hizo nada.

En mayo del 2012, Sariol fue nombrado director de la Unidad de Medicina Comparativa del Recinto de Ciencias Médicas, y Mel Martínez director del Centro de Primates. Ambos fueron nombrados principales investigadores de ciertas subvenciones que fueron solicitadas por otras personas, incluyendo González, y recibieron bonos por el trabajo hecho por otros.

En enero del 2013, Sariol en una carta le cuestionó a Zhadanova la conveniencia de continuar las investigaciones con la escuela de medicina de Boston. Más tarde en el 2013, González fue bajada de su posición.

En agosto de ese año, González le escribió a Rodríguez Orengo para pedirle reconsiderara el cierre del laboratorio al explicarle la importancia del laboratorio y que era fuente de trabajo para estudiantes e investigadores. También le expresó preocupación por los animales allí.

En septiembre del 2013, González sometió un plan de trabajo a Sariol para una investigación para obtener unos $800 mil en ayuda de la NIH.Sariol contestó haciendo criticas del trabajo, las cuales fueron refutadas. Rodríguez Orengo y otros investigadores ese mes solicitaron el cierre del laboratorio. Posteriormente, González le solicitó a Celeste Freytes, quien era presidenta de la UPR, que reconsiderara no cerrar el laboratorio pero su pedido cayo en oídos sordos.

A su vez,Sariolinformó a Zhadanova que su trabajo con González había terminado, a lo que la investigadora pidió reconsiderara. Incluso, hizo una encuesta con miembros de la comunidad científica, quienes concluyeron que la investigación que se llevaba a cabo con los monos era necesaria.

Fue entonces cuando en octubre del 2013, Rodríguez Orengo suspendió a González de su empleo tras alegar falsamente que usó una dirección de correo electrónico oficial para publicar los resultados de la encuesta, por usar propiedad intelectual de la UPR y por hacer falsas expresiones en un estudio. Sin embargo, la encuesta fue dirigida a investigadores y estaba disponible en la Universidad de Boston. Luego del cierre del laboratorio, se perdió dinero y esfuerzos de investigación.

González, de más de 40 años de edad, fue sustituida por una persona más joven y con menos experiencia. La profesora solicita sobre $1 millón en pago por daños y sobre $500 mil dólares en pago por salarios y beneficios adeudados.

El director de la Unidad de Medicina Comparativa y el rector de Ciencias Médicas forman parte de la demanda. (Archivo/NotiCel)
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