En la decada de los noventa, en la comunidad El Vigía, ubicada en un cerro de Arecibo, no habían calles, sino callejones. Cuando una persona se enfermaba, había que sacarla en brazos, entre los hombres más fuertes, según relató Yenitzia Rivera. Tras la Ley 1 de 2001, esa comunidad tiene ahora no solo calles por donde transitan los carros, sino un centro comunal y tecnológico.

El Proyecto de Comunidades Especiales logró hace trece años que la esperanza alzara vuelo, entre la gente pobre del país, según relataron los líderes comunitarios durante lapresentación del libro 'El Vuelo de la Esperanza', de la socióloga Marcia Rivera.

En el Callejón de los Buenos, de Juana Díaz, 26 familias pernoctaban en 18 casas de madera y zinc, sin servicio de agua, ni electricidad. A través del Proyecto no solo se destinaron los fondos para construir las 26 casas, sino que en palabras de Virgen Alvarado, se les 'devolvió la autoestima, nos devolvió la dignidad'.

La presentación de este libro, que expone la gestión social del Proyecto de las Comunidades Especiales, reunió a líderes comunitarios, exfuncionarios y académicos, en una actividad donde se hizo un llamado, desde el podio, para que la clase política coloque los derechos humanos por encima de los intereses políticos y económicos.

'Este proyecto era demasiado amenazante para mucha gente y por eso los gobiernos que salieron (electos) después no le dieron el apoyo, ni el presupuesto, o cambiaron la visión... porque romper el clientelismo político es lo más difícil', comentó a este diario, Rivera, la autora del libro.

'El valor de la comunidad es impagable. Es más difícil saldar esa deuda que la deuda financiera que tiene Puerto Rico', comentó la doctora, cuyo trabajo de investigación tardó ocho años en publicarse.

Los logros del proyecto no son todos palpables, pues dijo que conllevó un proceso de capacitación de líderes comunitarios, más allá de la construcción de obra. Destacó que en tan sólo tres años, hubo una reducción del porcentaje de personas bajo el nivel de pobreza de 48.2% a 44.9%. También se redujo la desigualdad bajo el índice Gini, de 56.4% a 53.5%.

'Imagínense ustedes si el programa hubiera tenido más tiempo... Estuviéramos hablando de otro país', aseguró Rivera, quien reconoció que la situación económica es más difícil que hace una década.

El proyecto también fue publicado como un testimonio de cómo se utilizaron los fondos, ante las críticas del Partido Nuevo Progresista (PNP) de que los $1,000 millones habían sido mal utilizados. Rivera recordó al público la 'persecusión política' de la que fue objeto la exdirectora del proyecto, la doctora Linda Colón, a quien después la exoneraron de todos los cargos. En ese momento, el público se puso de pie en un extendido aplauso a la doctora. 'Acepta, Linda, este aplauso como desagravio', le comentó Rivera.

Colón indicó, por su parte, que el proyecto es prueba contundente de que erradicar la pobreza es posible. 'Si pudimos hacerlo entonces, podemos hacerlo ahora', reiteró.

A preguntas del público, la exgobernadora, Sila Calderón, indicó que la única forma de institucionalizar una política pública en favor de los más pobres, es 'que los gobiernos adopten sucesivamente los proyectos que heredan y los mantengan como de ellos', en obvia referencia a la administración Acevedo Vilá, que no le dio seguimiento al proyecto.

'Quiero volver a lanzar un grito(...) que retumbe a pesar de los problemas fiscales y económicos; entender que en esta realidad, los que no tienen, están peor que nunca', urgió la exgobernadora, para aclarar inmediatamente: 'no es para darles, es para ofrecerles oportunidades'.

Durante la actividad también estuvieron presentes la jueza asociada del Tribunal Supremo, Anabelle Rodríguez; la exsecretaria de la Gobernación, Ingrid Vila; el senador Ramón Power Nadal; así como los exsecretarios de Educación y Salud bajo la administración Calderón, César Rey y Johnny Rullán, respectivamente.