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Débil el mollero de la fuerza laboral boricua

La política pública de Puerto Rico siempre se ha enfocado en la atracción de capital y el desarrollo industrial, dejando desatendida otra parte importante en la discusión sobre el desarrollo: las condiciones y destrezas de la fuerza laboral.

Así lo argumentó esta semana la doctora María Enchautegui, experta en condiciones laborales de trabajadores de bajos ingresos. La investigadora del Urban Institute destacó que más allá de los incentivos que se otorgan a las empresas, es importante desarrollar al capital humano con las destrezas que se requieren en el trabajo.

La alta tasa de desempleo es un indicio del desajuste entre la demanda laboral y la totalidad de empleados hábiles para trabajar en esas industrias. Un plan de desarrollo de la fuerza laboral iría dirigido a capacitar la mano de obra, para responder con mayor agilidad a las áreas donde hay demanda de empleo.

Las políticas existentes sobre la fuerza laboral 'no parecen estar bien integradas como alternativas para el crecimiento de empleo', analizó Enchautegui.

Se trata de integrar mejor las demandas de los patronos, mediante adiestramientos, cursos de dos años, certificados, y acreditaciones reconocidas por las industrias. Esto ofrece alternativas a las personas que no quieren estar cuatro años en una universidad.

Resaltó, además, que hay que sentar a la mesa a los patronos para conocer cuáles son las credenciales para hacer una transición más rápida a la industria.

Descartó que se trate exclusivamente de un crecimiento del Producto Nacional Bruto, sino que también pudiera representar desarrollo en la calidad de vida de personas de bajos recursos. 'Muchas de estas comunidades tienen demasiados recursos que no se están utilizando. Lo que tenemos que ver es cómo están mejor preparados esos recursos humanos', compartió.

La administración Obama se ha movido en esta dirección, con una inversión multimillonaria en becas a organizaciones que se dedican a adiestrar jóvenes y personas desempleadas, así como en la presentación de enmiendas a los programas de fondos federales para que se incluya como requisito que toda compañía que reciba fondos, rendirá cuenta por el desempeño de sus empleados.

Las disparidades entre la cantidad de graduandos y las oportunidades de empleo, surgen en la medida en que la demanda de habilidades evoluciona a consecuencia de los cambios tecnológicos y económicos.

A la derecha, María Enchautegui (Josian Bruno/NotiCel)
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