ACAA de Mayagüez ignora patrón de acoso sexual y hostilidad
Dos mujeres demandaron a la Administración de Compensación por Accidentes Automovilísticos (ACAA) reclamando daños por un largo patrón de acoso sexual, discriminación de genero, ambiente hostil e intimidante, del cual siguen siendo víctimas.
Las demandantes, Carmen L. Miranda Tristani y Viviana Ramírez Vargas, son empleadas de la ACAA en Mayagüez, quienes alegan ser víctimas de la conducta atroz de sus supervisores tolerada por la agencia. Ambas solicitan medidas cautelares para protegerlas de represalias, y para asegurarse que puedan trabajar en paz en un ambiente que respete su dignidad. También solicitan $4 millones cada una por daños.
Las reclamaciones al Tribunal federal se basan en sus derechos constitucionales bajo la igual protección de las leyes y el debido proceso sustantivo y procesal, de conformidad con la Constitución de los Estados Unidos.
En el pleito figuran como demandados la directora ejecutiva de la ACAA, Dorelisse Juarbe, así como el director de la oficina de Mayagüez, Edwin Barreto y otros tres empleados, Edrick Vélez, Gerardo Vázquez y Gabriel Vega.
Según la demanda, en la oficina de Mayagüez hay un ambiente caracterizado por problemas disciplinarios graves de acoso laboral y sexual, y el uso de tiempo y recursos para actividades no relacionadas al servicio público, y de índole inmoral y criminal, que incluyen amenazas de muerte contra los empleados y amenazas de daño contra los miembros de la familia.
Las demandantes hicieron una larga lista de incidentes de acoso. A modo de ejemplo, Ramírez, quien dio a luz en el 2011, estuvo sujeta a un aluvión de comentarios despectivos en donde los demandados le dijeron que parecía un elefante, que esperaban que muriera durante el parto, y que fuera una inútil y una estúpida.
La demanda alega que Vélez siguió a Ramírez cuando iba a salir de la oficina y le dijo que esperaba que muriera en el parto y que era una lechona.
Por su parte, cuando Miranda tomó acciones para detener el acoso, Vázquez y Vélez empezaron a decir que el bebé de Ramírez era producto de una relación con el director regional. Vélez también empezó a decir que él era el padre del bebé. También se alega que los demandados hacían gestos obscenos a la demandada.
Con el cambio de administración en 2013, la situación no mejoró. En abril de ese año, Barreto se convirtió en administrador regional y fue informado por Miranda que Ramírez era tarjeta de acoso y de que se debía hacer algo con sus hostigadores. No obstante, Barreto no hizo nada.
En la demanda se alega que Barreto fomentó el acoso y hasta hizo fiestas en la oficina para los empleados cerrarondo las puertas al público.
Los demandados continuaron su patrón de hostigamiento contra Ramírez en donde llegaron a decirle 'parabicho' y 'cuando paso por la Tetas de Cayey, pienso en ti' y 'vamos para Pampas'.
En el 2013, Vega amenazó al Subdirector en un incidente que presenció Barreto. Miranda y el Subdirector lo reportaron a la Policía. Cuando Miranda llevó la preocupación a Juarbe sobre ese incidente, Juarbe simplemente se remitió a que no se podía hacer nada porque Vega era unionado. Como resultado, Barreto le dijo que todas las quejas tenían que ser canalizadas a través de él. Como resultado, Miranda también fue tarjeta de hostigamiento, ya que los demandados empezaron a insultarla y hasta le dijeron 'gorda cabrona'.
Miranda alega que reportó el hostigamiento contra Ramírez a la oficina central de Recursos Humanos de la ACAA, pero no se hizo nada.
La demanda relata que otro empleado se quejó contra Vélez, y cuando Miranda trató de tomar cartas en el asunto, sufrió un patrón de hostigamiento. El documento relata un incidente ocurrido el 3 de octubre de 2013, en el cual un empleado se quejó con Barreto de que Vélez usó lenguaje inapropiado. Barreto sostuvo una reunión con varios empleados, en donde otro funcionario se quejó de las vulgaridades de Vélez. Vázquez acusó a los empleados de afectar la paz laboral, le dijo a Miranda que era una 'pendeja' y que se fuera 'al carajo', abandonando la reunión. Ante esto, Barreto no hizo nada. Ramírez se quejó en la reunión de la conducta de Vélez, a lo que este respondió que Ramírez lo había invitado a 'grajearse' con él en un elevador. Nuevamente, Barreto indicó que no tomaría acción contra los hostigadores.
Al día siguiente, Miranda le informó a Barreto que estaría fuera de la oficina por no sentirse bien, y este la acusó de querer reportar el incidente a las oficinas centrales.
El 7 de octubre, Miranda solicitó protección contra los hostigadores y días después pidió ayuda al Director de Recursos Humanos de la ACAA. También hizo un escrito relatando el patrón de hostigamiento, y le informó a Juarbe, pero nada sucedió. Sin embargo, en noviembre el Director de Recursos Humanos la llamó para indicarle que era señalada en una querella por parte de otros empleados.
De otro lado, Ramírez,solicitó ayuda a la Procuradora de la Mujer. En noviembre, la Oficina de Recursos Humanos le instruyó a Miranda que tenía que sentarse cerca de Ramírez y que esta buscara la ayuda de Miranda si se sentía amenazada.
A Ramírez también se le ofreció transferencia a otra oficina pero rechazó la idea porque tiene que cuidar familiares en Mayagüez. El patrón de hostigamiento continuó por varios meses más. En febrero, se hizo una fiesta en la oficina y se le instruyó a Miranda a contestar los teléfonos, pero decidió no hacerlo porque los demandantes comenzaron a llamarla para hostigarla. Luego de quejarse con Barreto, este decidió suspenderla por cinco días.
Posteriormente, los demandados fueron transferidos a otras oficinas, pero Vázquez sigue trabajando en Mayaguez. Vega, quien fue transferido a Aguadilla, sigue visitando la oficina de Mayagüez y continúa su patrón de hostigamiento, según la demanda.
Demanda contra ACAA - NotiCel_9117