Un solo químico, casi de salida, atiende todos los casos en Ciencias Forenses
Atraso en los juicios y desfiles de prueba es lo que le espera a los Tribunales, cuando uno de los departamentos dentro del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), que evalúa minuciosamente la prueba de una escena criminal, se quede sin personal.
Se trata de la División de Química Forense, sección dentro de la dependencia gubernamental que estudia en detalle la evidencia generada en una escena, entre las que se destacan los residuos de pólvora, fibras, pinturas, sustancias incendiarias (acelerantes), entre otros.
Los empleados de esa oficina estudian, también, la distancia en la que se disparó un proyectil, determina, mediante la ropa, cuán cerca o lejos se apretó el gatillo y puede analizar, como en el caso de Pablo Casellas, si los disparos se hicieron dentro o fuera de un vehículo.
La información fue confirmada a NotiCel por la portavoz del ICF, Patricia Vélez, quien sostuvo que, al momento, solo un químico forense atiende, analiza y procesa la evidencia en esa división.
De acuerdo a una fuente de este medio, que prefirió no ser identificada por temor a represalias, reveló que al menos tres profesionales de ese departamento renunciaron a sus puestos en los pasados meses por mejores ofertas de trabajo.
'Ya se han ido dos para Estados Unidos y otro para las farmacéuticas. Ahora lo que queda es uno y él se va para diciembre o antes', denunció la fuente, quien trabajó en Ciencias Forenses.
El exempleado de esa agencia, esencial en el esclarecimiento de crímenes, señaló, además, que las renuncias responden al bajo salario que recibe ese puesto y la responsabilidad que incluye. Sobre la recompensa anual, indicó fluctúa entre los 26 mil dólares.
'En otros lugares le pagan el doble y si te vas para Estados Unidos te pagan hasta el triple y te incluyen un plan médico completo', comentó sobre ese asunto en particular.
Entretanto, Vélez, aseguró que la directora del Instituto, Edda Rodríguez, está al tanto de la situación y atendiendo la misma para contratar a nuevo personal, pero al momento no han conseguido a ninguno.
El ICF perderá, tras conseguirla por primera vez en el 2009, su acreditación de la Asociación Nacional de Examinadores Médicos (NAME, por sus siglas en inglés), prestigiosa organización que acredita centros forenses en todos los Estados Unidos.
La licencia, obtenida bajo la dirección de María Conte Miller, será degradada de ‘completo' a ‘provisional' luego de una auditoría que reveló deficiencias en la administración de ese centro por los pasados dos años.
A inicios de este año, Rodríguez admitió, en vistas públicas en la Legislatura, que la ausencia de fondos públicos para su agencia había logrado que 22 mil casos criminales estuvieran atrasados en espera de análisis de evidencia.