Rosselló recuerda pelea con El Nuevo Día, 17 años después
Luego de casi 20 años de haberse iniciado el histórico pleito legal con el grupo de empresas Ferre Rangel, el exgobernador Pedro Rosselló opinó esta semana que durante su mandato tuvo que lidiar con las pretensiones de sectores particulares, vinculados a la prensa, 'que querían conseguir permisos para actividades comerciales', que no iban acorde con el bien común.
Tras culminar el foro 'La noticia como empresa corporativa: Disolución del cuarto poder' en la biblioteca que lleva su nombre, Rossellómencionó que es el deber ciudadano ejercer presión para lograr una prensa que sea más veraz y socialmente responsable. Cuando los periodistas le preguntaron acerca de su decisión de retirar los anuncios del periódico El Nuevo Día, en 1997, el también profesor aseguró que la determinación no fue un boicot a la empresa por losreportajes sobre su gobierno, sino una decisión para distribuir mejor los recursos de publicidad que no eran costo efectivos en ese diario, ni cumplían el propósito de 'informar al pueblo'.
El exmandatariono especificó si las pretensiones económicas a las que aludió provenían de esta empresa, en particular, en el afán por obtener más pauta comercial. Mas bien se limitó a responder de forma general. 'A lo mejor de manera ingenua pensé que iba a(l gobierno a) atender el bien común, y no a intereses particulares... Algunos entendían que mi función era facilitar privilegios para intereses comerciales y entendí en ese momento que esa no era mi función', respondió.
Durante la actividad llevada a cabo el jueves pasado, un grupo decomunicadores -panelistas del foro - hizo un llamado a la ciudadanía para que sean críticos del contenido que consumen en los medios de comunicación con fines corporativos, cuyos intereses comerciales van por encima del deber de informar, y en muchas instancias respaldan o desfavorecen discretamente a los candidatos que mejor les beneficien.
Ante esta realidad, la comunicadora Sandra Rodríguez Cotto comentó que la prensa puede ser igual de corrupta que el gobierno, con el agravante de que no tiene un ente fiscalizador que le vigile. Destacó que quien determina lo que es noticia es el dueño del medio, que sin el debido marco ético, incurre en el error de publicar los temas y ángulos que favorezcan tanto a sus aliados como a sus otras empresas. 'Ese dueño se va de viaje a disfrutar en la Riviera Francesa o en un safari en África y se lleva al jefe de gabinete para proponerle un empleo para cuando cambie la administración. Eso es periodismo o es una agenda económica? Es eso una agenda ciudadana?', cuestionó. Rodríguez Cotto criticó la manipulación de la información en que incurren estos medios corporativos para favorecer o desfavorecer a las figuras públicas de acuerdo a suconvenienciaeconómica.
Mientras,el periodista José Elías Torres enfatizó cómo la prensa corporativa elude su responsabilidad de informar sobre ciertos temas, como el crecientepoder de las aseguradoras en la industria de salud, porque significaría perder las pautas comerciales de sus grandesauspiciadores. En su lugar, se dedican a distraer. 'Qué voluntad puede haber cuando hay un constante entretenimiento diseñado para que no veamos esa realidad, para que no tengamos que organizarnos?', cuestionó.
Los panelistas coincidieron que el poder último lo tiene el ciudadano, quien debe ser crítico y exigente con la información que diariamente consume. Se expresaron esperanzados, además, con el surgimiento de medios alternativos cuyo fin primordial es informar y atender la necesidades de una población cada vez más desprotegida.
Rodríguez Cotto sugirió, por su parte, que los medios corporativos digan abiertamente cuáles son los intereses que respaldan, en lugar de ocultarse con el pretexto de objetividad.