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Caos en Autoexpreso demuestra problema de comunicación del gobierno (análisis)

¿País de ley y orden? Los políticos, funcionarios estatales y federales se pasan cacareando un discurso cada vez más desprestigiado de que Puerto Rico 'es un país de ley y orden'. ¿Pero realmente, lo somos? Me atrevo a decir que no.

El comportamiento de las y los ciudadanos es totalmente distinto cuando se encuentran en gestiones personales en empresas privadas, y se envalentonan y no respetan a los trabajadores del servicio público.

La prueba de que los ciudadanos no respetan a las y los servidores públicos, es que hacen largas filas en la empresa privada sin protestar. En los bancos, compañías de celulares, megatiendas y oficinas médicas, por mencionar algunos ejemplos, esperan sin formar reyertas ni motines. En una agencia pública, se les sale la cafrería por los poros.

Puerto Rico es un país donde la comunicación y el diálogo entre las partes cada vez se diluyen más y más, y por eso la ola criminal no da tregua. Por eso te tiran el auto encima en la carretera y rebasan semáforos con luz roja. Por eso los hombres matan a sus compañeras, o viceversa. Por eso los padres, padrastros, madres, madrastras, tíos, tías, pastores y sacerdotes, entre otros, se sienten con el valor de destruir la vida de los menores de los que abusan sexualmente.

Esas cosas no deberían pasar en la 'Isla del Encanto' si, de verdad, este fuera 'un país de ley y orden'.

Los conductores que visitaron el martes las instalaciones del Autoexpreso en Guaynabo'perdieron la tabla', y los empleados, que siguen instrucciones y acatan órdenes de superiores pagaron las consecuencias.

Si bien es cierto que las personas que llegaron allí, lo hicieron confiando en una información publicada erróneamente por el diario Primera Hora, sin intención de crear un caos, no es menos cierto que una vez se formó el revolú, los directores de la agencia debieron dar cara y atajar la crisis.

Ciertamente, el despelote que hubo ayer se pudo haber evitado con una comunicación efectiva, sobre todo por parte de la gerencia del Autoexpreso, empresa privada, y el Departamento de Transportación y Obras Públicas.

El problema mayor en el presente gobierno de Alejandro García Padilla es que ha fracasado en su estrategia de comunicación, en términos generales.

Pero no hay oficiales de prensa en el gobierno capaces de atender este tipo de crisis. Ello puede deberse en gran medida, a que muchos no tienen preparación en relaciones públicas.

En términos generales, los oficiales de prensa hasta se desparecen en los fines de semana, y más si hay días feriados. En lugar de ser facilitadores del trabajo de la prensa, en muchas ocasiones se convierten en una barrera de obstrucción al flujo de información.

Lamentablemente, muchos de los que ocupan puestos claves en comunicaciones en las agencias son excolegas periodistas que antes de dar el salto al gobierno criticaban, precisamente, lo que hoy están haciendo.

Y lo más lamentable es que no es por desconocimiento. Escondiendo información y entorpeciendo el trabajo de las y los periodistas del país, el gobierno de García Padilla seguirá teniendo tropiezos, crisis como las de ayer, y obteniendo malas notas por parte del electorado que evalúa su gestión.

Una mujer se desmayó mientras esperaba entre la multitud para ser atenddida en la oficina de Autoexpreso. (Josian Bruno/NotiCel)
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