Diócesis de Arecibo compartirá datos sobre sacerdotes expulsados con autoridades
El Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, anunció el jueves que estará compartiendo con las autoridades civiles los datos sobre los sacerdotes expulsados por conducta impropia, con la debida protección a la confidencialidad solicitada por las víctimas.
En un comunicado de prensa, el Obispo explicó que, independientemente de la edad que tenía la víctima al momento de los hechos, todas las denuncias que ha tenido que atender durante los tres años que lleva al frente de la Diócesis de Arecibo, han sido presentadas por personas que ya eran mayores de edad.
'Nuestro protocolo dispone que de tratarse de un menor de edad, hay que instruir a los padres sobre la obligación en ley de denunciar la conducta ante las autoridades civiles, independientemente del proceso eclesiástico. Si los padres no lo hacen, nosotros tenemos la obligación de denunciarlo. No obstante, cuando se trata de un adulto y éste pide confidencialidad, no podemos revelar su identidad ni referir el asunto a las autoridades civiles en contra de la voluntad de la víctima', expresó Fernández Torres.
En esa línea, aseguró que no es parte de la política de la Diócesis que dirige pagar a las víctimas a cambio de su silencio, ya que ello sería contrario con el protocolo que sigue en estos casos, que incluye un proceso riguroso para investigar toda denuncia, publicar los nombres de aquellos que hayan sido expulsados del estado clerical por conducta impropia como resultado de la investigación y mantener una campaña en todos los templos parroquiales de la Diócesis de Arecibo en contra del abuso de menores.
Al abundar sobre el particular, expresó que 'quiero dejar meridianamente claro que la ayuda que se le brinda a la víctima, de ser solicitada, es para costear gastos relacionados con servicios psicológicos en el que haya tenido que incurrir la víctima como parte del trauma provocado por los actos de abuso. Nuestro compromiso es de cero tolerancia contra el abuso de menores y nuestras actuaciones durante los pasados tres años al frente de la Diócesis de Arecibo así lo demuestran. Sé que ello nos ha valido la enemistad de algunos para quienes la verdad resulta dolorosa, pero nada ni nadie impedirá que siga haciendo lo correcto para cumplir lo que me ha sido encomendado por el bien de la Iglesia y de los más vulnerables'.