Muchos ancianos celebran Acción de Gracias sin sus familias (galería)
A sus 66 años de edad, una enfermera graduada y retirada, que es paciente de cáncer, dirige junto a su hija un centro de envejecientes en Bayamón, donde fue notable la ausencia de familiares de las casi 30 personas que viven allí.
NotiCel visitó el hogar Ramos Home Care, donde conoció fascinantes y desgarradoras historias que ponen de manifiesto que en este país existen leyes inoperantes porque el Estado no las hace valer.
La dueña del hogar, María Ramos Maldonado, es una enfermera retirada a quien le tocó cuidar a sus tíos enfermos y, posteriormente, se dedicó a cuidar a quienes hoy le dan fuerza para seguir viviendo, aun cuando es paciente de cáncer.
'Esto surgió cuando mis tíos comenzaron a enfermarse y yo vivía en Guaraguao, en La Morenita, que eran unas parcelas y cayó enferma una tía mía que vivía en la Ciudad de Retiro que se llama como yo María Ramos y mi mamá nos reunió y nos dijo quién la quiere, como nadie la quería cuidar, yo era la enfermera, me dijeron ‘a ti te toca', y yo, está bien. No pasaron seis meses, cae enfermo un tío mío del residencial Virgilio Dávila. Vuelve mi mamá: Nadie? Mis hermanos tienen sus esposas, las esposas no atienden a sus familias, van a cuidar los de uno, pues llegó mi otro tío. No pasaron ni tres o cuatro meses y cae otro, vuelve mi madre', narró Ramos, quien comenzó a llorar recordando la historia de cómo nació el hogar.
'Un día, yo me pongo a llorar, todavía lloro, porque no podía tenerlos, no tenía sitio y la tía mía de la Ciudad de retiro me dice Por qué tú lloras? Yo le digo, porque no tengo sitio para poner los demás, y me dijo, ‘no te apures nena, yo tengo chavos en el banco'. Yo no lo creía, eso fue un sábado, el lunes la llevo al banco y definitivamente… me dieron $10,000 y ahí yo le hice cuartos, la puse nítida', explicó sobre el origen del hogar.
Indicó que los cuatro tíos que comenzó a cuidar eran solteros y ya murieron, pero 'desde entonces, desde 1989, tengo yo hogar'.
NC: Y, usted que es paciente de cáncer, de dónde sale esa energía?
'Ellos me la dan', dijo con una amplia sonrisa en sus labios. 'Ellos me la dan, ellos oran por mí, ellos me quieren mucho y estamos bien. Ellos son mis chicos, ellos son los que me tienen de pie', sostuvo Ramos, quien agradeció la primera visita que realiza al hogar un medio de comunicación.
Su hija, Mérida Rosado, dejó su buen trabajo para una cadena de restaurantes para dedicarse en cuerpo y alma a ayudar a su mamá en tan encomiable labor.
'Ella es enfermera graduada, retirada del Hospital Regional, su vocación siempre han sido los envejecientes. Intenté retirarla porque es paciente de cáncer, pero esta es su vocación. Así que si no puedes con el enemigo, pues tuvimos que unirnos con ella y yo digo ‘hacer del limón limonada', porque si le quitamos estos viejitos, es matarla. Me integré aquí y llevo cinco años trabajando con ella', destacó Rosado, quien señaló que el hogar emplea a 18 personas que no ganan un gran salario, pero que tienen vocación por el cuidado de envejecientes.
Rosado lamentó que haya tantas familias en el país que, incluso en esta época, se olvidan de sus viejos.
'Normalmente, esta época, lamentablemente se olvidan de nuestros viejos', destacó Rosado, quien tradicionalmente celebra el almuerzo de Acción de Gracias y la historia se repite año tras año. Los familiares, en su mayoría, no van a compartir ese momento con sus viejos.
'A veces es que ponemos otras cosas primero, otras prioridades antes que nuestros viejos. Nos olvidamos que nuestros padres hicieron todo por nosotros y ahora, pues muchos de ellos tienen sus familias y los padres llegan a ser un segundo plano, y es triste', indicó Rosado.
Aunque la capacidad del hogar es para 39 personas, en este momento cuentan con 27 inquilinos, de los cuales 15 son referidos por el Departamento de la Familia.
Entre ellos destaca, Miguel Vázquez Rivera, de 84 años y contable de profesión, quien fue rescatado de un apartamento en el que 'vivía en condiciones infrahumanas' en la urbanización de Sierra deBayamón.
Vázquez Rivera dijo a NotiCel que su hijo es cantante en el estado de la Florida, pero no tiene contacto con él.
'Yo vivo solo. Tengo un hijo que es famoso en Florida, él es cantante y tiene discos y todo allá, pero aquí no lo conocen. Cuando van los puertorriqueños y él canta, los puertorriqueños se vuelven locos porque él empieza a cantar ‘Preciosa', ‘Lamento borincano' y todas esas canciones que son de acá y los puertorriqueños se ponen contentos allá', dijo Vázquez Rivera, quien fue co-pastor de una iglesia y estuvo a cargo de la oración del almuerzo de Acción de Gracias.
Rosado dijo que, en efecto, Vázquez Rivera tiene un hijo que reside en el estado de la Florida y que se comunicó con él gracias a que lo encontró con ayuda de la Policía de allá 'y estamos en ese proceso de ver cómo podemos hacer que esta familia vuelva a vincularse y que sepa que su papá está aquí'.
La administradora del hogar indicó que la mayoría de los inquilinos son referidos por el Departamento de la Familia, y que reciben donaciones como pañales, cremas, sábanas, entre otros artículos de primera necesidad.
Otra inquilina, Priscilla Martínez, estaba feliz degustando su almuerzo. A sus 90 años de edad, Martínez lucía sus prendas, una bufanda que compró en un viaje a España y su peinado era del salón de belleza que visitó ayer.
La mujer es paciente de enfisema pulmonar, pero es extremadamente jovial.
Martínez fue ejecutiva y gerente de diferentes departamentos en hoteles como La Concha, El Convento y el Caribe Hilton.
'Eso sí, me gusta estar bien arreglada, aún a esta edad', dijo Martínez, quien lleva dos años en el hogar.
Con mucha sinceridad, dijo que añora la que fue su vida en la juventud.
'No me gusta mucho, pero esto es lo que trae el barco, como dicen por ahí. Pero me tratan bien, lo único que uno añora, verdad, como vivía. Ahora como estoy más vieja y en estas actividades nos juntamos, nos vemos, pero de lo contrario estoy solita, pero ya estoy acostumbrada', dijo Martínez, quien sí tenía el privilegio de tener a sus hijas hoy con ella.
Martínez no sale de su cuarto sin sus prendas y la cartera, la cual tenía en su falda en el sillón de ruedas.
'Siempre tengo la cartera, es la costumbre', dijo coqueta la mujer de ojos verde aceituna.
La historia de estos viejos es similar a la que otros viven en otros lugares de la isla como Luquillo.
Allí, la Asociación de Fotoperiodistas junto al alcalde popular, Jesús Gerardo Márquez, y la primera dama municipal, ofrecieron un almuerzo a personas que frecuentan la plaza pública.
Jorge E. Díaz, de 75 años, dijo que es la primera vez que lo invitan a una actividad similar en el ayuntamiento.
Díaz, quien reside en el hogar Pablo Suárez, se mostró satisfecho con la actividad.
'Se nos ofreció aquí una comida y estamos aquí dándolegracias a Dios por todo lo que acontece y estamos aquí todos. Nosotros somos de la casa de envejecientes, de la tercera edad. Yo vine porque me invitaron. Nunca antes a mí me habían invitado aquí a la Alcaldía', dijo Díaz.
Mientras, el presidente de la Asociación de Fotoperiodistas, José Rodríguez, dijo que la organización inició este año su labor social.
'Los fotoperiodistas entendemos que tenemos un deber con la comunidad y estamos trayendo un ratito de alegría y compartir un almuerzo con los más necesitados y lo más interesante es que estas personas que están recibiendo el almuerzo no son personas deambulantes que no tengan donde dormir, pero son personas necesitadas que si no pudieran tener este almuerzo hoy, no tenían qué almorzar', destacó el presidente de la Asociación.