Alcohol, sexo y Molly al son de ritmos electrónicos (galería)
Pareciera que la escena dentro de la música electrónica ha variado muy poco desde hace varios años, cuando los 'rave parties' estaban en todo su apogeo: aunque hay personas que van simplemente para disfrutar de lo que suene en tarima, hay otras -menores de edad, en muchas ocasiones- que navegan sin control por las grandes cantidades de alcohol y drogas que se venden por doquier, a la vez que, bajo los efectos de estas sustancias, incurren en conductas hipersexuales y de alto riesgo.
Desde temprano, se apostaban personas en los alrededores de un festival reciente de esta música para vender bebidas embriagantes; cervezasycoctelesque vienen enpaquetitospodían encontrarse sin ningún tipo de esfuerzo. De igual manera aparecían los famososglowstickso luces fluorescentes, que los negociantes, los mismos que vendían alcohol, vendían a precio bastante económico 'para brillar en el festival'.
A pesar de que los organizadores no tenían control sobre este tipo de ventas por realizarse en el exterior del lugar, era grande la cantidad de jóvenes que compraba alcohol en estos sitios, pero que ya había consumido previamente estando en el espacio interior, donde se celebraba el festival y se supone que aplicaban niveles de control más estrictos.
Este diario digital preguntó las edades a un grupo de 4 jóvenes, dos varones y dos féminas a quienes no identificaremos por sus nombres. Ninguno excedía los 17 años, y, sin embargo, en un aparte y admitido por ellos mismos, llevaban desde las 6:30 de la tarde tomando alcohol. Lo compraron estando fuera, pero también lo hicieron estando dentro del festival. No tenían las pulseras que los identificaban como mayores de edad. No fueron necesarias; según ellos, nadie se las pidió al momento de comprar bebidas.
Pese a que sabían que vender alcohol a menores de edad no es algo legal, los jóvenes respondieron que lo hacían porque 'se sentían mejor' y porque el alcohol 'los ayudaba a soltarse', aunque no pudieron dar una respuesta concreta de lo que 'soltarse' significa. Tampoco indicaron si sus padres, siendo ellos menores de edad, tenían presente que ellos estaban en este tipo de actividad consumiendo bebidas embriagantes.
De hecho, fueron muchas las ocasiones en que –durante el festival- encontramos jóvenes al borde de la inconsciencia. Algunos se quedaban sentados en alguna esquina, tratando de recuperarse, otros ya estaban en el suelo casi sin poder moverse.
Asimismo, muchos incurrían en prácticas sexuales estando bajo efectos de alcohol u otras sustancias. Constatamos en nuestro recorrido que algunos jóvenes se besaban con múltiples personas, mientras que otros no tenían reparo en tener contacto sexual delante de los demás.
Por otro lado, se veían kioscos con camillas y paramédicos en caso de que surgiera una emergencia. Los encargados nos negaron en muchas ocasiones que hubiese incidentes entre los asistentes al evento. Descartaron peleas, mareos y hasta jóvenes en estado de embriaguez, a pesar de que bastaba caminar alrededor de las instalaciones para darse cuenta de que, en efecto, los había y no eran pocos.
A pesar de la negativa de los paramédicos a emitir expresiones más allá de un 'no', uno de los coordinadores del evento confirmó a este diario digital que trataron a jóvenes por causas como deshidratación, agotamiento y hasta por irregularidades cardíacas. Pero, sólo el alcohol puede causar estos síntomas?
Molly: No es una persona, es una peligrosa droga de diseño
A pesar de las rigurosas medidas que se anunciaban en varios carteles dentro del evento, había jóvenes aludiendo a sustancias como 'Molly'.
Sabes lo que es?
Molly es una manera de llamar a la MDMA pura o metilendioximetanfetamina, que es una droga de diseño muy parecida a los alucinógenos. Se conoce, además, como la forma moderna del éxtasis.
Desde hace varias décadas, cuando comenzaron lo que algunos llaman las 'subculturas' de la música electrónica, el MDMAera, usualmente, uno de los invitados principales porque de alguna manera intensificaba la percepción de todo: desde la música, los efectos lumínicos y hasta las relaciones con las personas en el entorno.
Aunque en la Isla todavía no hay datos contundentes que compruebenel consumo de esta droga -que puede adquirirse en pastillas, cristal o polvo- miembros de la Policía de Puerto Rico han informado que el consumo de drogas en píldoras ha aumentado.
Una fuente de entero crédito indicó a NotiCel que, en efecto y aunque la información oficial no lo diga así, el uso de Molly está incrementando en el país, sobre todo en ambientes de música electrónica, que es donde más gente ha visto bajo los efectos de esta droga.
Señaló, además, que aunque es frecuente que el consumo de la misma se de en estos eventos, no se ha limitado a ellos: se está comenzando a usar Molly con mayor frecuencia incluso en salidas 'normales'.
También desmintió lo que dicen algunos medios, que informan que esta es una droga reciente.
'Eso siempre ha estado de una manera uotra, calladito, pero ha estado', concluyó.
Marihuana: Despenalizada o no, sigue estando presente
Aunque el tema ha despertado grandes debates en días recientes, sobre todo en el marco de la posible despenalización, lo cierto es que había una gran cantidad de jóvenes consumiendo marihuana en el evento y sin controles legales de ningún tipo.
En los predios del festival, una chica pregonaba la venta, a viva voz, de galletitas y brownies mágicos, es decir, que contienen marihuana en su receta. Los jóvenes acabaron su mercancía minutos después de que la anunciara.
Al preguntarle a una de las compradoras, de 21 años, por qué consumía estos 'snacks', respondió que 'es una manera de dejarse llevar' y aseguró que hay mucha gente que llega a este tipo de eventos estando ya 'con alguna nota'. Estableció, además, una relación paralela con los efectos del alcohol.
'Algunos usan bebidas y otros usan otras cosas, pero hay gente que no puede controlarse', puntualizó.
Para muestra, un botón. En este festival, adolescentes que -cuestionados por nosotros- no alcanzaban la mayoría de edad, se encontraban fumando.
Algunos no solo tenían los famosos 'blunts', sino que ya venían provistos con cantidades suficientes para fumar en repetidas ocasiones. Habían guardias de seguridad y equipos de ujieres dando rondas preventivas, pero el número de estos se quedaba muy corto en comparación a la gran cantidad de asistentes.
'El año pasado esto fue igual (…) esto es lo que pasa aquí', finalizó la joven.
*Ver también:
Experto habla de Molly: 'Hay que enseñar a nuestros hijos a decir que no'