Inicia la próxima semana el juicio del caso Yexeira
El juez Francisco Borelli señaló el 29 de agosto, a la 1:30 de la tarde, como el día en que dará inicio el juicio contra Roberto Quiñones Rivera, acusado de asesinar a la joven bailarina Yexeira Torres Pacheco y de destruir evidencia que lo involucra en el caso.
En la sala 204 –y ante la presencia de la jueza Berthaida Seijo- se escuchó el testimonio de Israel Serrano Colón, padrastro de Yexeira, y una de las últimas personas en verla con vida antes de su desaparición el 24 de octubre de 2011.
La vista fue reanudada con su testimonio debido a que la última vez, el pasado 16 de agosto, tuvo que ser atendido de emergencia tras presentar complicaciones de salud debido a padecimientos de diabetes e hipertensión.
Según el relato de Serrano, tras percatarse de que Yexeira no llegaba a su tienda en la mañana del 25 de octubre, se dedicó a llamarla para saber dónde estaba debido a que había llegado mercancía nueva y ella siempre estaba presente.
Tras no obtener respuesta, se comunicó con Roberto Quiñones, que al momento de los hechos era la pareja de Yexeira. Este le informó que Torres había salido a unas prácticas de baile, a lo que Serrano le contestó que tan pronto pudiera, le dijera que pasara por la tienda.
Ese mismo día, y debido a la inusual ausencia de Yexeira, a quien cariñosamente llamaban 'Yesi', continuó llamándola a su celular pero los resultados no rindieron fruto. Siguió comunicándose con Quiñones, pero tampoco le contestaba, a lo que decidió pasar por la residencia que compartían ambos en Villa Carolina. No encontró a nadie.
Pasaron toda la semana en la búsqueda de Yexeira, sin parar de hacer llamadas tanto a ella como a Quiñones. Sin embargo, el 28 de octubre decidieron visitar diferentes espacios del pueblo de Carolina -entre los que se encontraban algunos centros comerciales, carreteras y hasta el aeropuerto Luis Muñoz Marín- para ver si tenían éxito en la búsqueda de Quiñones Rivera, que no había vuelto a tener contacto con ellos.
Al día siguiente, tanto Serrano como Iris Pacheco, la madre de Yexeira, acudieron a la residencia a ver si había algún indicio de que la joven hubiese estado ahí. Dejaron sus números, además, a los vecinos para que los llamaran si tenían algún tipo de información que los pudiera ayudar.
Posteriormente entraron a la casa, a pesar de no tener ningún permiso, y notaron algunas rarezas, como que los santos que utilizaba el acusado no estaban en la sala, lugar en que solían estar. La lavadora tampoco estaba, y el motor de la guagua de la joven bailarina –una Jeep Compact- estaba 'desmantelado'.
Al otro día, cuando acudían a resolver unos asuntos en una tienda, Iris Pacheco, la madre de Yexeira, recibió una llamada de Quiñones Rivera. Acto seguido, se estacionaron en una orilla de la carretera, según el testigo para 'escuchar la conversación', en la que la madre de Yexeira le pedía a Roberto que no le faltara el respeto.
Serrano agarró el teléfono tras darse cuenta de lo que pasaba y comenzó a cuestionarle a Quiñones Rivera que a dónde había llevado a Yexeira, a lo que este le respondió que si algo le había pasado a la joven se lo merecía porque tenía que 'aprender a respetar'. Luego, cuando Serrano le pidió encontrarse, el expolicía le dijo que se iba a Chicago.
Tras advertirle a Quiñones Rivera que no podía irse del país hasta que Yexeira apareciera, Serrano, en compañía de la hermana de la occisa, decidió ir al cuartel de Carolina a radicar una querella por la desaparición y porque el ahora acusado amenazaba con irse del país.
El caso seguirá viéndose con los testigos a lo largo de esta semana, mientras que la semana próxima comienza el juicio.
En un principio, los abogados de Quiñones Rivera –Jorge Gordon Menéndez y Orlando Cameron Gordon- sostuvieron una discusión con la Fiscalía, representada por Alma Méndez Ríos y Sonia Polanco Rivera, debido a que estas últimas manifestaron que por medio de la selección 'expresa, voluntaria e inteligente' de la fecha de juicio por parte de la defensa, se renunciaba automáticamente al derecho a juicio rápido que poseía el acusado tras excederse el tiempo para celebrar dicho juicio.