Escuelas listas? Ujum! (galería)
Planteles llenos de maleza, sillas y pupitres carcomidos por los ratones, cientos de libros para ser decomisados por estar manchados con orín y excremento de roedores, salones llenos de humedad, pizarras en el piso…
Hay escuelas que no están listas. De hecho, algunas, hace años, no están aptas para recibir estudiantes. Pero mañana abrirán sus puertas, sin remedio, a los cientos de niños y jóvenes que inician un nuevo año escolar.
Un breve recorrido de NotiCel por varios planteles sirvió para constatar la deprimente situación en la que se encuentran.
En la escuela José de Diego, de Guaynabo, las ratas hicieron fiesta durante el verano. Dos fincas aledañas, que no reciben ningún tipo de mantenimiento por sus dueños, sirven de criadero de ratas y culebras que llegan con facilidad a la escuela elemental.
La directora, Sandra Olivieri, asegura estar desde el 17 de julio pegando manguera por las distintas áreas del plantel, y años reclamando la atención que la estructura requiere, pues todavía no cuenta con conserje, y el apoyo del municipio para ayudar a controlar la maleza, no llegó hasta hoy.
En la biblioteca, todavía quedan rastros del excremento que maestros tuvieron que remover, con el riesgo que esta tarea implica para la salud. Todos los libros, llenos de orín, tendrán que ser decomisados.
Las sillas están todas mordisquedas por los roedores. La maestra bibliotecaria, Iris Delbrey, hacía gestiones en la mañana para conseguir sillas y libros regalados, pues del Departamento de Educación no ha recibido respuesta para reacondicionar la biblioteca, solo instrucciones de que mañana tiene que recibir a los niños.
El salón de ciencias al que llegan estudiantes de cuarto a sexto grado luce similar. En el armario hay decenas de libros que la maestra, Madelin Rivera, también deberá decomisar. Las manchas del orín de las ratas se quedó en las superficies aún cuando ella misma, con la ayuda de su esposo, hizo el esfuerzo por limpiarlo la semana pasada.
La escuela tiene un salón de autismo para brindar atención a 17 estudiantes. Todavía no tiene las condiciones mínimas para que los niños disfruten de su derecho a la educación.
En Toa Baja, la escuela María Libertad Gómez, tiene salones en donde las ventanas no cierran y la humedad se ha encargado de despegar la pintura de las paredes. En otros, es que no abren. Algunas llevan más de 10 años sin operadores. 'Todos los años llegan del Departamento, apuntan que hay comprar operadores, todos los años nos quedamos esperando'.
En la biblioteca, hay una grieta que lleva años sin ser atendida. En el piso, las losetas se han ido despegando sin que nadie le preste mucha atención. Un pupitre en el medio advierte del desnivel.
Todo el equipo de computadoras y proyectores con el que contaba la maestra bibliotecaria Glenda Delgado ha sido robado, una y otra vez, sin que el Departamento de Educación y el gobierno hayan respondido a su reclamo de seguridad las 24 horas del día.
En el salón de Educación Física, la pizarra está en el suelo, y el salón de Educación Especial ha quedado muy pequeño para recibir a 17 estudiantes, dos de ellos en sillas de ruedas, y con impedimentos que van desde autismo hasta retardo mental severo.
Mañana, 347 estudiantes de séptimo a noveno grado deben reportarse a comenzar el nuevo curso escolar.
En la escuela Altinencia Valle, de Toa Baja, hay un problema de humedad que ha generado hongos en la estructura. Como consecuencia, más de 20 maestros han tenido que reportarse al Fondo del Seguro de Estado en algún momento. Otros, van y vienen.
De acuerdo con el maestro de Educación Física, Jaime Lladó, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) y la Autoridad de Edificios Públicos han intervenido, pero no han podido resolver el problema. 'Nos dicen que echemos clorox, pero que echar clorox no es el trabajo del maestro', apunta, con razón, Lladó.
Otras, como la Luis Muñoz Rivera, deCataño, reportan pésimas condiciones de infraestructura y apenas un conserje.
La escuela Andrés Valcárcel de Trujillo Alto, por otra parte, tiene un problema de flujo de electricidad. Cuando fue construida, no se tenía previsto que en el futuro sería equipada con la gran cantidad de enseres eléctricos que hoy hospeda. Por lo tanto, había un déficit de electricidad en la escuela hasta que se decidió arreglar el problema mediante la construcción de una subestación eléctrica que supliera la energía requerida. Sin embargo, la distribución de la electricidad es desigual, lo que causa que a veces fluctúen cantidades excesivas hacia un área en particular. Esto ha resultado en que muchas computadoras y aires acondicionados experimenten cortos circuitos. Un salón lleno de computadoras dañadas es el producto.
La Federación de Maestros de Puerto Rico reportó que la Escuela Jesús Sánchez Erazo en Bayamón no tiene luz hace dos meses y que la rampa para personas con impedimentos está mal construida, 'a pesar de que el contratista se llevó $2 millones en el contrato'.
La Escuela Quebrada Grande de Maunabo se encontró sin pintar y con la planta física en deterioro, al igual que la Desiderio Méndez de Naguabo. En otras escuelas hay plagas de ratas y comején y el salón de Autismo de la Escuela Miguel de Cervantes, en Bayamón 'parece más una pocilga que un salón de clases'.
La presidenta de la Federación, María Elena Lara, lamentó que año tras año se repita la misma situación de pobre limpieza y atención a los planteles escolares.
Advirtió que el Departamento de Educación podría evitar el deterioro de las estructuras que cobijan durante el día a los niños y las niñas del país si gestionara un mantenimiento periódico durante todo el año.
'Las escuelas son lugares frecuentados, diariamente, por cientos de personas y como tal requieren atención todo el año. Las pocas visitas que hemos hecho reflejan que aún lo más básico, como limpiar, pintar, botar los escombros y desyerbar, no se ha hecho. Y las escuelas requieren mucho más que eso, pero si ni siquiera eso se está realizado, no podemos decir que están listas'.
*Ricardo Arias colaboró en esta historia.