Los padres y las madres tienen que estar pendientes del aprovechamiento de sus hijos en la escuela. Eso está claro. Es su responsabilidad como guardianes y es el derecho de los menores que así sea. Pero no es con amenazas que se va a conseguir involucrarlos en la educación, según coinciden varios profesionales relacionados con el ambiente escolar.

Esto, en el contexto de la amenaza que profirió el gobernador Alejandro García Padilla a los padres que no se hagan responsables por la educación de sus hijos y falten a una reunión con maestros programada para el 5 de agosto.

'Habrá consecuencias', advirtió el primer ejecutivo sin especificar durante una conferencia de prensa en la que anunció los trabajos de remozamiento de planteles de cara al inicio del próximo año escolar.

Pero fue más allá. El lunes 29 de junio, el mandatario firmó la Orden Ejecutiva 2013-057, que instruye al secretario de Educación a que se cree un 'centro integral de apoyo educativo familiar' denominado Academia para Padres y Madres. Según explicó, este proveerá apoyo educativo integrado a todos los miembros de las familias para apoyar el desempeño académico de la población estudiantil.

Esta gestión ordena al Departamento de Educación y al de la Familia a establecer y diseñar un protocolo que permita establecer los criterios de cumplimiento y acción respecto a las responsabilidades compartidas entre la escuela y el núcleo familiar.

'La realidad es que en las escuelas se hacen reuniones regularmente y la gran mayoría de los papás no responden. Piensan que con dejar a los niños en la escuela ya están cumpliendo y es una queja constante de muchos maestros que se fajan en el salón de clases, pero que su trabajo no es apoyado por los encargados de los menores', reconoce la trabajadora social Marelyn Ramos.

La evidencia científica ha dejado claro que la metodología del castigo no es la que mejores resultados ofrece. Por ejemplo, ya existe la mecánica de comprobar que los estudiantes asisten a la escuela y reciben educación para mantener algunas ayudas económicas. 'Pero si el estudiante no va, no tiene un buen aprovechamiento, qué vamos a hacer cómo sociedad? les vamos a quitar las ayudas? Y eso qué resuelve? Vamos a tener otro desertor escolar, porque ya les quitaste las ayudas'.

Ramos apunta mejor al desarrollo de un plan estratégico que más que 'remediar' y buscar consecuencias a lo que se ha hecho mal o se ha dejado de hacer, sea un acuerdo entre todos los sectores que están involucrados, 'un aprendizaje social en el que los valores estén presentes'.

'No es con amenazas que se va a lograr acercar a los padres a la escuela', coincidió la presidenta de la Federación de Maestros de Puerto Rico, María Elena Lara. 'No podemos seguir viendo este asunto desde el punto de vista punitivo, como lo vemos todo y se ha demostrado que no funciona, ni pensar que hay que castigar'.

La educadora mencionó que, en primer lugar, los padres tienen que enterarse de las actividades programadas que requieren su asistencia. No se puede recaer únicamente en que el mensaje les va a llegar por unas expresiones del gobernador en una conferencia de prensa recogidas por algunos medios de comunicación. El Departamento tiene que invertir en esfuerzos, en poner anuncios y cada escuela tiene que tener los recursos para comunicarse con los padres de sus estudiantes, apuntó.

Lara también mencionó que los municipios pueden colaborar en esta tarea de atraer a los padres a la escuela.

La presidenta de la Federación sugirió, además, que se programen otras actividades en las escuelas que sean del interés de los padres y que les brinden más oportunidades de participación, como grupos de apoyo, actividades de adiestramiento, que vayan de acuerdo a sus necesidades.