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Ante reclamos de universitarios, rectora paraliza destrucción de bosque en UPR-RP

La rectora interina del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR-RP), Ethel Ríos Orlandi, tiene ante sí el primer gran reto de confrontación de parte de un sector universitario, que le solicita que se detenga una obra que dejó financiada la pasada rectora, y que representa la destrucción de un bosque urbano y de la biodiversidad que lo habita.

Al reclamo, Ríos Orlandi ordenó la paralización de los trabajos.

'Decidimos detener el proyecto de construcción en el predio ubicado entre la Facultad de Educación y el Centro de Estudiantes, conocido como 'Parque del Centenario'. Esa área fue designada como área verde mediante la Certificación Núm. 140 (2000-2001) del Senado Académico del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, el 19 de abril de 2001', informó la rectora en una carta dirigida a la comunidad universitaria con fecha de hoy, sábado.

'Atendiendo a la voz de alerta expresada por profesores y estudiantes, desde el 14 de junio, ya había recomendado que se reunieran con miras a presentar sus razones para oponerse al proyecto, mientras me informaba de los detalles del mismo. Todos los interesados en la protección del ambiente, incluyendo los miembros de los comités pertinentes del Senado Académico, parecen coincidir en que los trabajos iniciados se alejan de la Certificación 60, 2008-2009 de ese cuerpo que expresa la Política y normas de manejo de áreas verdes en el Recinto de Río Piedras', sostuvo en la misiva.

La pasada rectora, Ana Guadalupe, otorgó una asignación inicial de $100,000 para la construcción de una acera principal entre la Facultad de Educación y el Centro de Estudiantes, como parte del plan denominado 'CampusPeatonal'. El proyecto también contempla la colocación depostes de alumbrado y unosbanquitos, en lo que ha sido catalogado como 'la única área verde que queda sin impactar en el recinto', de acuerdo a representantes del sector estudiantil y profesorado.

'Exigimos que cesen el proyecto y que lo abran a la participación de la comunidad universitaria de nuevo', destacó el estudiante Fernando Alicea Lozada, quien creó el grupo 'UPR Verde?' en Facebook para enfatizar la ironía de que el recinto se mercadee como ecoamigble, mientras se utilizan maquinarias pesadas para modificar estos terrenos naturales.

'Cuando en la universidad hay otras necesidades reales, se invierte dinero en un parque que no hace falta y a la misma vez daña la posibilidad de un bosque', argumentó, por su parte, el profesor de biología, Rafael Joglar.

El proyecto para construir una acera principal de 12 pies de ancho, dista del acuerdo que se había logrado entre el Comité para el Desarrollo del Parque del Centenario (CDPC) y la rectora Gladys Escalona en 2005.

En ese año se organizó un simposio de ideas, en el que la comunidad universitaria presentó 40 propuestas para la conservación y desarrollo del parque. El presidente del CDPC en aquel entonces, el profesor Joglar, presentó las propuestas a la rectora y acordaron el uso específico que tendría el parque, donde se destacaría la conservación ambiental.

'Se determinó que el área estaría protegida como un área de planificación especial con el objetivo principal de conservar y fomentar la biodiversidad', explicó Joglar. Entre las ideas que se presentaron siempre estuvo un paseo tablado, pero cuyo impacto ambiental fuera mínimo y complementario al bosque.

Además, trascendió de algunos miembros del sector académico que el plan peatonal no está acorde con la Política y Normas de Manejo de Áreas Verdes del Recinto de Río Piedras, que se establece en la certificación número 60 del Senado Académico.

En un inventario que realizó el catedrático de biología junto a sus estudiantes, se documentó la existencia de unas 154 especies de plantas vasculares y 74 especies devertebrados en las áreas verdes del recinto, que cada vez son más reducidas. La impresionante cifra les alentaba a formar un recinto que se destacara como centro de conservación e investigación de flora y fauna.

Joglar califica como vergonzosa la forma en que se ha manejado el proyecto, sin tan siquiera tomar en consideración una evaluación de impacto ambiental.

'No he visto permisos de ninguna agencia del gobierno. Allí no se ha hecho evaluación ambiental, ni medidas de construcción. Es vergonzoso en una universidad donde se tiene una Escuela de Arquitectura, una Escuela de Planificacion, y una Facultad de Ciencias Naturales con departamentos de Ciencias Ambientales y Biología', resaltó.

Para el catedrático, lo más importante a este punto en que ya se inició el proyecto, es evitar que se tire el cemento 'porque una vez eso ocurre ya el daño es irreparable'.

El grupo en defensa del bosque tiene pautada una reunión el próximo lunes en Rectoría con los ingenieros de la Oficina de Planificación Física, que están a cargo del proyecto. Aseguran que tomarán otras medidas luego de la reunión, aunque no especificaron cuáles.

A Joglar le decepcionó que uno de los ingenieros ya haya minimizado su preocupación al argumentar que en el recinto hay demasiados árboles y que los árboles 'dañan los edificios'.

'En una universidad ese tipo de pensamiento no es aceptable', puntualizó el biólogo, al hacer referencia a los múltiples beneficios que aportan los árboles como la producción de oxígeno, la mitigación del cambio climático, la regulación de la temperatura, el fomento de la biodiversidad y la oportunidad para la recreación y estética.

   

(Suministrada)
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