El monseñor Álvaro Corrada del Río, Obispo de Mayagüez, defendió el jueves las posturas de la iglesia católica en torno a la discusión sobre las tres medidas que proponen equidad para la comunidad lesbica, gay, bisexual, transexual y transgenero (LGBTT).

'Con mucho dolor, hemos visto cómo se intenta presentar a la Iglesia como opositora de los derechos humanos y civiles. Esa discusión fraudulenta, atizada por el sensacionalismo, las agendas políticas y la inmadurez social, lo que hace es promover el fanatismo en cada grupo o sector. La discusión misma, en lugar de buscar cómo promover la convivencia justa, intenta sembrar las semillas de la discordia', dijo Corrada del Río en una carta enviada a los medios.

Aseguró que por el contrario, la Iglesia tiene una función de madre y maestra que va por encima de las ideologías de moda o de las presiones de la estridencia masificada.

'Las enseñanzas de la Iglesia Católica no están, ni pueden estar, sujetas al chantaje de la popularidad pasajera. Por eso, queremos plantear unos puntos para la reflexión individual y colectiva', sostuvo el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP) y presidente de la Comisión de Familia.

Las expresiones del líder religioso se produjeron en medio de la controversia entre el sector religioso, la comunidad LGBTT y la Legislatura por el Proyecto del Senado 238, el del Senado 437 y el de la Cámara 488 que benefician a la población gay en la Isla.

El Proyecto del Senado 238 que busca evitar el discrimen en el trabajo por orientación sexual bajará ante la consideración del Alto Cuerpo el jueves a pesar que es incierto si cuenta o no con los votos necesarios para ser aprobado. Al momento se conoce que al menos 13 senadores votarán a favor de la medida y al parecer la última palabra la tiene la senadora Rossana López quien no ha expresado su postura sobre el proyecto al que le presentó varias enmiendas.

'Las enseñanzas de nuestra Iglesia Católica sobre la moral individual y social, sobre la familia y el matrimonio y sobre la imperiosa necesidad de promover la cultura de la vida están claras. Con igual claridad, la Iglesia orienta sobre la dignidad de la persona humana y la libertad de conciencia', dijo.

'Una parte consustancial de esa dignidad humana es la libertad de la conciencia. De igual manera que no se puede imponer el mal, mucho menos se puede imponer el bien. Nuestro mismo Padre Celestial nos ha creado libres. Sin libertad de conciencia, todas las demás libertades serían una mueca, una negación de nuestro derecho a escoger', señaló.

Indicó que es responsabilidad de cada uno y del colectivo de la sociedad, buscar las maneras más sabias de convivencia en las que la fe, la cultura, los valores y el sistema de ley no sean usados para destruir, sino más bien promover la paz, la libertad de cada uno y el bien de todos.

Por otro lado, Corrada del Río expresó que la inviolabilidad de la dignidad de la persona humana viene de nacimiento, es herencia nuestra porque tenemos un mismo Padre Celestial y que la persona humana no se gana la dignidad, es un don y regalo de Dios.

'Así entendida, la dignidad no la da ni la quita la condición social o económica, no la dan ni la quitan las virtudes ni los defectos, no la da ni la quita la fuerza o la debilidad, ni puede otorgarla o suprimirla sistema de gobierno alguno. Atentamos contra esa dignidad inviolable cuando menospreciamos, perseguimos o abusamos de otros seres humanos por su naturaleza, su forma de ser, o su forma particular de sentir o pensar', concluyó.