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Cartas mojadas en lágrimas en inicio de juicio contra Lashaun Casey

La fase de castigo del juicio contra Lashaun Casey, culpable del asesinato del agente encubierto Jesús Lizardi Espada, comenzó esta mañana con la presentación de los argumentos en favor y en contra de la aplicación de la pena de muerte contra el hombre natural de Nueva York y con los conmovedores testimonios de tres familiares de la víctima.

En esta etapa, 12 ciudadanos decidirán si condenan a Casey a cadena perpetua o le aplicarán la pena capital.

El juicio pautado para las 9:00 a.m empezó a eso de las 10:30 con la explicación de la juez Aida Delgado al jurado sobre al proceso a seguir en la consideración de agravantes y atenuantes.

En una deposición inicial, la fiscal Mariana Bauzá expuso los agravantes que considera tienen el peso suficiente para lograr la condena de muerte. 'Es la única sentencia que hará justicia en este caso', apuntó como parte de su alocución de cerca de 15 minutos.

El abogado especialista en casos elegibles a pena de muerte Christopher Adams comenzó su parte diciendo a los miembros del jurado que ya ellos mismos habían asegurado que Casey morirá en prisión. Presentó, además, parte de la historia de crianza y desarrollo del convicto, marcada por la inestabilidad y la carencia de recursos.

La primera testigo de la Fiscalía fue la viuda de Lizardi Espada, Ana Meléndez Carrasco, quien entre lágrimas y con la voz quebrada leyó una carta al jurado. 'Era un ser tan especial que todavía me pregunto si realmente se me fue... Pero despierto todos los días con un vacío que no entiendo'.

La mujer describió cómo su vida ha cambiado desde la muerte de su esposo, al punto de que ha tenido que ser hospitalizada en varias ocasiones y no ha podido volver a ejercer su profesión de maestra.

'Deseo que se haga justicia. Al igual que yo he sufrido, que pague quien ha sido el responsable'.

Milagros Lizardi, hermana de la víctima también leyó un escrito en el que lo describió como un héroe y reveló que al recibir la noticia de su muerte ella tenía ocho semanas de embarazo y comenzó a tener complicaciones.

El hijo mayor, Christopher, fue el tercero en la silla de testigos. Reveló que lo último que les dijo su padre a él y a su hermano fue una lección de vida: 'que teníamos que aprender a respetarnos como hermanos y que los hermanos estaban para protegerse'.

Añadió que 'ese hombre que mató a mi padre debe pagar por lo que hizo. Cuando apretó el gatillo, no solo mató a mi padre, mató a mi familia'.

Casey se mantuvo atento a los testimonios y en ocasiones bajó la cabeza.

En la tarde, los testimonios de la defensa fueron de familiares y vecinos de Lashaun Casey. Su tía, su tío, sus abuelos paternos y su padre, todos, afirmaron que lo amaban. Describieron el ambiente de inestabilidad en el que Casey creció y distintas instancias en las que demostró preocupación y cariño por otros.

El testimonio del padre, Charles Casey, Jr. fue uno de los más conmovedores. Este reconoció que fracasó como padre desde el día del nacimiento de Lashaun. 'Quería serlo, pero simplemente yo no sabía cómo ser un buen padre'.

Cuando el abogado defensor Christopher Adams le preguntó si amaba a su hijo, el Casey de 61 años respondió: 'yo lo amo con todo mi corazón, yo simplemente no sabía cómo amarlo'. Y cuando el interrogatorio culminó, de camino a la puerta, señaló a Lashaun y le dijo: 'I love you, man'. El convicto sonrió, bajó la cabeza y recibió una palmada de apoyo de su abogado.

El juicio continuará mañana a las 9:30 con la presentación del último testigo de defensa. La juez Aida Delgado indicó que mañana impartirá instrucciones al jurado para comenzar con la deliberación.

Un jurado halló culpable a Lashaun Casey el pasado 19 de marzo en todos los cargos que se le imputaban: carjacking, posesión de armas de fuego siendo previamente convicto y asesinato.

Este es el segundo convicto que en menos de un mes enfrenta un proceso que vislumbra la pena de muerte como una posibilidad de castigo.

Hace dos semanas otro jurado condenó a Alexis Candelario Santana a toda una vida en prisión por haber cometido 22 asesinatos, incluidos los de la masacre de La Tómbola. Solo una mujer votó en contra de la pena de muerte y como el castigo solo se puede aplicar por decisión unánime del jurado, el juez José A. Fusté lo condenó a cadena perpetua.

(Archivo/NotiCel)
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