De acosadores juveniles a criminales adultos
El comportamiento intimidante y acosador que asumen algunos estudiantes de escuela intermedia o superior contra sus pares, reflejan una necesidad urgente de intervención, que de otra forma podría resultar en que se conviertan en criminales antes de cumplir los 24 años.
'Seis de cada diez agresores de este tipo han sido convictos por delitos violentos antes de los 24 años de edad', indicó el psicólogo clínico Jey Romero Tosado, al hacer referencias a estudios del Departamento de Salud Mental de EE.UU. entre el 1999 y 2000.
Más de diez años después, no hay duda de que la alarmante cifra haya aumentado.
'Puede haber aumentado porque no hay duda de que el joven o niño tiene acceso mayor a la comunicación electrónica y por lo tanto tiene más escenarios para actuar de una determinada manera que pueda identificarse como acoso. Y por otro lado, no hay duda de que nuestra sociedad está aumentando sus casos de intolerancia y violencia', indicó la doctora Carmen Zoraida Claudio, Presidenta de la Asociación de Educación Privada de Puerto Rico (AEP).
El acoso escolar o bullying es nocivo no sólo para los menores victimizados, sino también para los acosadores, y eventualmente para toda la sociedad cuando aumentan las cifras de desertores escolares y cifras de criminalidad.
'Las conductas de acoso pueden hacerse crónicas y convertirse en una manera de estos jóvenes de alcanzar sus objetivos, con el riesgo claro de conductas delictivas, incluyendo violencia doméstica y de género', informó RomeroTosado en su estudio presentado ante la AEP.
Según el psicólogo, entre las características del agresor o bully están el pobre manejo del coraje y la necesidad de dominar y ejercer el poder en sus relaciones, lo cual debe ser un signo de peligro al que deben estar atentos educadores y padres.
Romero Tosado, quien atiende también a la población en instituciones carcelarias, contó que muchos de losque conoce que están presos por crímenes violentos, le indican que desde la niñez tenían ese tipo de conducta.
'El problema es que se tiene la visión decriminalizar al acosador y dar ayuda a la víctima, pero se olvida que el acosador también necesita intervención', mencionó.
Por su parte la doctoraClaudiomencionó que es importante que los especialstas de las escuelas y los padres sepan distinguir entre lo que es 'un comentario, gesto o peleíta' y lo que es acoso.
'Si estas actitudes no se corrigen a tiempo, estos jóvenes casi siempre traducen ese patrón de agresión al noviazgo, acoso sexual, acoso laboral, abuso infantil, abuso en la vejez y otras formas de violencia', advirtió.