Agresora también es víctima, pero del Sistema
Ya pasó su primera noche encarcelada en el Centro de Detención de Niñas en Ponce, fue suspendida de la escuela por 15 días y mañana, viernes, tiene que regresar al Tribunal de Menores de Ponce junto a su hermana para seguir los procesos judiciales en contra de ambas por una falta de agresión simple. Su hermana le sigue los pasos por incitadora.
Y qué tienen en común este caso y el de las estudiantes de colegios privados que crearon el grupo de acoso cibernético Gossip Girls? Que 'todas vienen de hogares disfuncionales', apuntó en entrevista con NotiCel la doctora Doris González, quien lleva 30 años atendiendo a menores abusados.
Para le experta en estos casos, ambas hermanas tienen que haber sufrido en el hogar un daño sicológico para manifestar su furia de esa manera.
'Ese daño sicológico lo tiene y la víctima de ‘bullying', que no tiene la capacidad de responder, lo recibe. Una persona que respeta a otro ser humano y que se respeta a sí misma no comete actos agresivos contra otras personas, no arremete con esa violencia y sobre todo a traición', indicó González al analizar desde afuera el caso de la menor de 15 años de la Escuela Superior Bethzaida Velázquez.
La persona víctima de ‘bullying' no provoca la situación de acoso, sostuvo.
'No hay nada que provoque la víctima, lo que pasa es que no se puede hablar en un vacío. La víctima representa algo para ella (agresora) que le molesta, puede ser que tenga atributos que ella envidia o que tenga algo que ella desee o que tenga algo que a ella le representa que la agresora no puede tener. El que agrede escoge a su víctima y la selecciona porque la considera incapaz de contrarrestar el ataque. La víctima del bullying es incapaz de defenderse y la escoge porque es una amenaza porque representa algo que ella no puede alcanzar', destacó sobre los casos de acoso y abuso escolar.
De acuerdo con González, las víctimas de acoso escolar suelen ser las que son más bonitas o más populares y que, generalmente, tienen miedo a enfrentar y a denunciar a su agresor o agresora. Los que rodean a los acosadores también tienen miedo a denunciarlos porque se exponen a ser los próximos en convertirse en sus víctimas. 'No la señalan, no paran lo que esté sucediendo porque temen que les toque su turno', dijo sobre los menores que ven los abusos y no los denuncian.
Sobre el perfil de la agresora, González afirmó que 'es egoísta, tiene pobre control de manejo del impulso y del coraje, es una persona infeliz y su infelicidad la proyecta en las demás'.
'La persona feliz no tiene que ser agresiva', afirmó.
Indicó que el Estado tiene el deber de evaluar bien qué patrones de conducta ambas hermanas observaron en su hogar.
'Las dos vienen del mismo hogar con el mismo patrón de crianza, hay que mirar cómo son esos padres, cómo han manejado su coraje, cómo le han dado ese poder a sus hijas para poder actuar así contra otras personas', destacó.
González hizo hincapié en que el aparato gubernamental no tiene la capacidad para atender estas situaciones porque, en términos generales, las agencias del gobierno no tienen la capacidad de cumplir con el deber ministerial de proteger a los menores.
Por ello, hizo un llamamiento a los padres que observan cambios de conductas en sus hijos a que amenacen al sistema, a que lo jamaqueen.
'Aquí si tú no amenazas el sistema, el gobierno no se mueve. Hay inmovilidad del sistema para proteger a nuestros menores desde la base, que es la familia, y el gobierno. Hay vagancia, hay desinterés, hay distanciamiento. Si no salvamos nuestra niñez dejaremos a un Puerto Rico sólo y todo el mundo se irá huyendo', sentenció.