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Puerto Rico pierde hombres a la violencia y la emigración

La proporción entre hombres y mujeres en Puerto Rico ha llegado al nivel más bajo de las últimas seis decadas, registrando 91.9 varones por cada 100 mujeres en el último censo. Esta tendencia se debe a una reducción en el número de nacimientos, la emigración y las muertes violentas, que en su mayoría cobran más vidas de varones, explicó al Centro de Periodismo Investigativo (CPI) la demógrafa, Judith Rodríguez.

Por tratarse de los varones jóvenes y adultos, que componen la población laboral, la pérdida de este segmento de nuestros habitantes representa un impacto económico directo al país, coinciden varios estudios demográficos examinados por el CPI.

Además, la pérdida de población masculina por la violencia reduce la esperanza de vida al nacer, un indicador de la salud de la población y de la calidad de vida de la sociedad. Bajo estos términos, los números retratan una sociedad puertorriqueña con serios problemas y, como mínimo, que enfrenta grandes retos a largo plazo.

La última vez que Puerto Rico tuvo más hombres que mujeres fue en la década de 1950, cuando la proporción era 101 por cada cien mujeres. En el decenio entre los censos de 2000 al 2010, el 'índice de masculinidad', como se llama a esta proporción, bajó de 92.8 a 91.9.

Por lo tanto, en 60 años el país ha perdido 9.1 del índice de masculinidad, sin señales de recuperación. La proyección oficial para el año 2020, tomando en cuenta los ajustes posteriores al Censo 2010, es que la cifra bajará a 90.33, según el demógrafo Raúl Figueroa Rodríguez.

Perdemos los hombres jóvenes

No obstante, la desproporción de mujeres no es natural o más bien no existe en los nacimientos vivos en Puerto Rico, sino que surge en la población después de la edad de 20 años. Baste ver las cifras oficiales del 2008 (último año disponible de estadísticas vitales), cuando hubo 45,689 nacimientos en todo el país, de los cuales 23,454 fueron varones y 22,235 hembras. La 'razón de sexo' estimada por el Departamento de Salud para este año fue de 105.5 varones por cada cien hembras al nacer.

Curiosamente, no se anticipaba que llegáramos a la cifra de 91.9 tan rápido. Otra estudiosa había proyectado en el 2008, antes del Censo del 2010, que llegaríamos a ese índice en el año 2025, así que los nuevos datos son algo más alarmante.

La profesora Luz E. León López, de la Escuela de Salud Pública, Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, en un escrito de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades de 2008 resumió la situación así:

'Se proyecta que para el 2025 la isla contará con una razón de masculinidad de 91.9. Este indicador varía con la edad. Al momento del nacimiento este indicador es de 105.4 hombres por cada 100 mujeres; el predominio masculino comienza a descender y el aumento relativo de mujeres se torna más marcado a partir del grupo de edad de 20 a 24 años. Para la población de 65 y más este indicador descendió marcadamente a 78.3 para el año 2000. Desde el primer minuto de vida la probabilidad de muerte es mayor para la población masculina. Luego las muertes externas (accidentes, homicidios y suicidios) y otros riesgos relacionados a los estilos de vida de la población masculina cargan con una proporción considerable de mortalidad para esta población y de manera muy particular en edades productivas'.

Los varones, principales víctimas en muertes violentas

'Indudablemente los hombres en edad productiva son severamente impactados por las defunciones violentas', concluyó el demógrafo Alberto Velázquez Estrada en su estudio 'Muertes violentas en Puerto Rico: Su impacto sobre la esperanza de vida, 2000-2008', publicado en 2010.

La investigación analizó el impacto de las muertes violentas en la esperanza de vida de la población puertorriqueña en el periodo 2000-2008 y sus resultados apuntan que, al descartar las muertes violentas, los hombres ganaban de 2.80 a 2.99 años en la esperanza de vida al nacer. En cambio, para las mujeres el impacto es leve debido a que en proporción mueren menos en circunstancias violentas.

Los accidentes son los que más aportan a las muertes violentas, seguido de los homicidios y suicidios.

Para leer la historia completa visite el Centro de Periodismo Investigativo.