Estudio sobre la violencia en PR demuestra ineficiencia del Estado
Un estudio revelado hoy por el Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico demostró la ineficiencia del Estado para atender el problema de la violencia que arropa al país con la implantación de malas políticas públicas y reiteró la necesidad de establecer alianzas multisectoriales para atender dicha situación.
Entre las malas políticas públicas implantadas por el Gobierno, los hallazgos mencionan la eliminación de los agravantes por crímenes de odio en el nuevo Código Penal y destacaron la falta de legislación para atender otros problemas.
Asimismo, destacan cómo la pobreza ha llevado a que las personas se involucren en actividades ilícitas en búsqueda de un sustento.
En el estudio 'La violencia nuestra de cada día', realizado por el doctor Luis Nieves Rosa y Ángel Pérez Soler, se indica que la Organización Mundial de la Salud ha definido la violencia como 'el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o con amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga posibilidades de causar lesiones, muerte, daños sicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones'. Plantean que la violencia puede ser directa, estructural o cultural.
Sin embargo, Nieves Rosa observó que las formas de violencia estructural y cultural siguen siendo las más invisibles por la sociedad. En parte estas pasan desapercibidas por lo que denominó como la 'normalización de la violencia'.
Trajo a la atención la postura de Francisco Jiménez Bautista y Francisco Muñoz Muñoz, de que 'otra manera de ver el problema es reconocer cómo, en la mayoría de las ocasiones, quien la sufre (la violencia) no la percibe como tal, no tiene conciencia de su situación, porque existen mediaciones que le impiden visualizarla (violencia cultural). Se percibe como algo natural, inmutable, y, en su caso, las razones son aleatorias, en consecuencia no se le pone ninguna resistencia y paradójicamente, se colabora de manera indirecta con el mantenimiento de la situación'.
En ese sentido, reconoció ante preguntas de este medio digital que existe un sector de la sociedad civil que ha desarrollado un sentido de indiferencia y resignación en relación al nivel de violencia que se vive en la Isla. A su entender esto se debe a que ven el problema de la violencia como un ente individual de cierto sectores que se desarrollan en un ambiente violento o en el mundo del narcotráfico, y echando a un lado el papel que juega la sociedad en seguir propiciando la violencia entre los ciudadanos.
El estudio encontró que las raíces de la violencia van más allá de la falta de valores morales y principios éticos en el hogar, sino también de los problemas familiares, la crianza dentro del núcleo de familias disfuncionales, los problemas de salud mental, la intolerancia, la religión, las ideologías, el lenguaje, las artes, las ciencias, las deficiencias en el sistema de educación, la falta de aceptación a las personas diferentes, la prensa, los medios de comunicación, la marginación, las políticas represivas, las desigualdades de género, económicas, sociales, entre otras.
Ante este cuadro, presentaron una serie de recomendaciones, entre las que figuran reestructurar y rediseñar el sistema educativo, el establecimiento de alianzas multisectoriales para buscar alternativas no punitivas, luchar por mayor equidad, reforzar los programas de servicio de prevención, asignar mayores presupuestos a los programas de salud mental, y trabajar con el status político de la Isla.
'Para iniciar el trabajo hacia la reconstrucción pacífica de la violencia que tanto nos afecta diariamente, debemos comenzar con reconocer nuestra realidad política. Debemos reconocer como la relación político-colonial con los Estados Unidos crea las condiciones idóneas para que se de un sistema de opresión económico, político, social y cultural, a través de las estructuras políticas y comerciales que se institucionalizan en las estructuras', sostiene.
Los investigadores adelantaron que van a presentar el estudio a los distintos partidos políticos.