Movilización callejera crucial para el 'No'
Mucho se ha hablado sobre el rol que las redes sociales cibernéticas tuvieron durante la campaña de orientación que los propulsores del ?No? hicieron como preámbulo al referéndum que se celebró ayer y que buscaba limitar el derecho a la fianza y reformar el poder legislativo en Puerto Rico.
No obstante, poco se ha comentado sobre cómo ese uso del ciberespacio influyó, y a la vez fue impactado, por el espacio físico de interacción entre sujetos o cuerpos tangibles.
Según personas que estuvieron activamente involucradas en las campañas de Internet que favorecían el 'No', es un error romantizar medios cibernéticos como Facebook y Twitter y adjudicarles la responsabilidad de la victoria en contra de las fuerzas del 'Sí' comandadas por el gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) y su poderosa maquinaria.
Para este grupo de militantes, la movilización en las calles fue tan o más valiosa en el proceso de orientar a los electores del país en torno al asunto del derecho a la fianza.
'En realidad diseñamos una campaña que tenía que ser sencilla, tenía que ser al grano y reaccionar a la desinformación del partido de gobierno. Comenzamos en redes sociales por ser un espacio accesible y gratuito, pero sabíamos que teníamos que ir más allá porque había sectores que no se iban a impactar si no era en la calle', dijo en entrevista con NotiCel, la periodista y abogada Aura Colón Solá, quien fungió como coordinadora del 'Comité del Pueblo en Defensa de la Fianza'.
'Había que sacar esas campañas de las redes sociales y llevarlas a personas que no son usuarias (de las redes sociales). Ahí vinieron los pasquines y las visitas a las comunidades para explicar en arroz y habichuelas lo que era el derecho a la fianza y su utilidad. Tenía que ser un esfuerzo dual entre el Internet y la calle porque de lo contrario, no íbamos a tener el impacto que tuvimos', añadió Colón Solá al expresarse un tanto sorprendida de la buena acogida que tuvo el 'No', a pesar de los obstáculos impuestos por el Contralor Electoral a las pautas mediáticas que se expresaban un mensaje de oposición a la limitación del derecho a la fianza.
La dificultad de pautar anuncios del 'No' en medios tradicionales como la radio y televisión fue precisamente lo que convirtió la batalla entre ambas huestes en una desigual en términos económicos y de exposición.
Por esta razón, quienes abogaron por el 'No' durante todo el proceso pre-referéndum todavía celebran la efectividad de una estrategia de campaña marcada por un interesante 'juego de ecos' entre el ciberespacio y el espacio físico tradicional.
Bajo esa línea de pensamiento se expresó el académico puertorriqueño Iván Chaar López, quien en su escrito 'Referendo 2012: el regreso a la multitud' profundiza sobre la relación complementaria entre las redes sociales y los cuerpos que participaron de la campañas y avanzadas en las calles de Puerto Rico.
'La propaganda realizada por los dos 'NO' fue diversa y lo que la destacó fue el trabajo voluntario que la generó. Contó con la intervención de figuras anónimas que produjeron material gráfico (como demuestra la proliferación de memes), así como con coaliciones formales que crearon contenido más complejo como vídeos (otro, otro más) y pautas radiales. A esto se le sumaron tweets, notas y status updates que en conjunto conformaron un difuso contrapúblico a la hegemonía discursiva de la propaganda del PNP', dijo Chaar López como parte de su escrito originalmente publicado en su blog personal 'Multitud Enredada'.
Sin embargo, y a pesar del rol que tuvieron los usuarios de Internet durante las campañas del 'No', Chaar, además, añade que 'las redes sociales sin la movilización creativa de cuerpos –en performances de teatro invisible, apariciones letradas, repartición de boletines informativos, visitas a comunidades, caravanas y otro tipo de actividades– no llegarían muy lejos'.
Queda por verse si la interacción entre redes sociales y espacios físicos tradicionales continuará siendo gestora de futuras victorias políticas frente a quienes insisten en gastar miles de dólares en pautas de medios de comunicación tradicionales.
Al parecer, las formas de hacer política han cambiado en Puerto Rico y tanto partidos políticos como movimientos de base deberán atemperarse a estas nuevas realidades comunicativas.