Aspas activan a la oposición a los molinos
La llegada de las gigantescas aspas de los molinos de Santa Isabel a Puerto Rico ha reactivado la oposición al controvertible proyecto.
Convocados por el Frente al Rescate Agrícola (FRA), miembros de grupos de base comunitaria y ambientales realizarán esta noche una vigilia en el expreso 52 en Ponce para mostrar su indignación por la continuación del proyecto de los molinos de energía eólica en fincas agrícolas de Santa Isabel, representada por la llegada de las aspas al Puerto de Ponce el domingo.
Mañana, miércoles, a las 10:30 a.m., celebrarán una conferencia de prensa en el lugar y llevarán a los periodistas a ver las enormes aspas para que constaten la magnitud de los equipos que se estarán instalando en fincas de alto valor agrícola.
Así lo explicó a NotiCel Elisa Sánchez, una de las portavoces del FRA, al destacar la importancia de las tierras en dónde se desarrolla el proyecto y el impacto que tendrá tanto sobre la producción agrícola como en los trabajadores de esta industria en el área. En éstas fincas se siembra tomate, melón de agua, calabaza, calabacín, berengena, cebolla, pimiento de cocinar, papaya y mango, siendo Puerto Rico el único país que cosecha esta fruta todo el año, explicó el agrónomo Javier González Carmona.
'La idea es mostrar nuestra indignación, decirle al gobierno ‘no estamos en contra de los molinos, es en dónde los van a ubicar'', sentenció Sánchez.
Vista completa de las enormes aspas, una detrás de la otra. (La Perla del Sur)
Según dijo, cada par de aspas mide 300 pies de largo, similar a las alas de un avión. Son tan grandes que Pattern Energy , empresa que construye el proyecto a un costo de $250 millones, ha enfrentado problemas para transportarlas hasta los terrenos, y espera a que se termine de ensanchar la carretera de entrada al pueblo de Santa Isabel para poder movilizarlas, dijo al recordar que la empresa propone instalar 44 molinos en los terrenos.
'No hay ninguna experiencia anterior de una movilización de equipo en Puerto Rico a ese nivel', aseguró.
Por su parte, González Carmona explicó que el impacto del desarrollo sobre los trabajadores agrícolas y sobre la calidad de vida del pueblo de Santa Isabel será enorme, dada la cercanía de las casas a las fincas y el hecho de que el tipo de agricultura que se practica en el lugar es intensiva.
Entre los efectos nocivos enumeró el llamado 'efecto discoteca' o 'flickering effect' que causa el movimiento de las aspas, el ruido, y la contaminación visual que afectarán las condiciones laborales de unos 8,000 trabajadores y 20,000 residentes que verán sus casas devaluadas en un 45%. Según recalcó, esta tecnología que ha resultado buena en terrenos amplios de agricultura extensiva, como lo es el estado de Iowa, no es transferible a un pueblo pequeño.
Asimismo, el representante del Colegio de Agrimensores en el área sur arremetió contra el gobierno por disponer de los pocos terrenos agrícolas que quedan en la Isla, puntualizando que en el caso de Santa Isabel se trata de un terreno de la más alta calidad, existente solo en un 3% de planeta.
Según dijo, la Organización Alimentaria y Agrícola de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que para garantizar la seguridad alimentaria, un país debe tener .26 cuerdas agrícolas por cada habitante, lo que equivaldría a cerca de 1 millón de cuerdas en Puerto Rico, pero ya solo quedan menos de 500,000.
'Cuando haga falta en esta crisis alimentaria, no vamos a tener comida, pero vamos a tener electricidad', apuntó.
El proyecto de la finca de molinos en Santa Isabel, desarrollado bajo la bandera de la política de energía renovable del Presidente Obama y proyectado para inaugurar en noviembre, ha sido criticado por diversos grupos ambientales y agrícolas, y al presente seis personas enfrentan cargos criminales por presuntamente obstruir el paso de equipo pesado a la empresa Pattern Energy.