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Como que los millones no son de ellos

Lo que se dice fácil en una conferencia de prensa, puede costar años de pagos a plazos y de golpes al bolsillo de cada puertorriqueño que, en un abrir y cerrar de ojos, se quedan con la deuda de obras que están pagadas, pero nunca se completaron.

El Gasoducto del Sur, que impulsaba la Administración Acevedo Vilá y que fue cancelado por la Administración Fortuño costó decenas de millones de dólares no solamente en trabajo hecho y pagado que no sirve para nada, sino en costos de cancelación que regularmente las empresas constructoras incluyen en los contratos para, precisamente, protegerse de los vaivenes. En ese jueguito, la empresa Skanska se llevó una cantidad equivalente al 80% del valor de su contrato para la construcción del gasoducto, con la obra apenas comenzada en el mundo real.

Así que a los costos conocidos del Gasoducto del Norte asociados con publicidad y pagos realizados que ahora son objeto de discusión pública, habría que añadir otra cantidad que habría que pagar como indemnización por cancelación temprana a aquellos suplidores cuyos contratos incluyan este tipo de disposición que es muy común en estas transacciones.

Para atender los costos de indemnización a la empresa Skanska se realizaron transacciones financieras en tres dependencias gubernamentales distintas, según aparece divulgado a los bonistas de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en documentos oficiales del Banco Gubernamental de Fomento. Dos de esas dependencias obtienen sus ingresos en parte con tarifas que pasan a los consumidores, la AEE y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

La AEE contrató con Skanska el 10 de enero de 2008 por $74.3 millones. El 2 de diciembre de 2008, el Tribunal Superior emitió un interdicto que paralizó la obra. Y el 23 de julio de 2009, la Junta de Gobierno de la nueva administración en la AEE le concedió a Skanska un pago global de $59 millones para atender las reclamaciones de la empresa. Esto no incluye lo que ya le había desembolsado. Por tanto, sin completar la obra, Skanska salió de Puerto Rico con el equivalente al 80% del valor del contrato que había firmado.

Pero ahí no termina. Tras pagarle a Skanska, la AEE le vendió los remanentes del proyecto, como los tubos, por $36 millones a la autoridad que maneja los bonos AFICA. A la vez, la AEE obtuvo un préstamo del BGF por $35 millones que no lo pagaría la AEE, sino que lo pagaría la AAA cuando le comprara los tubos a AFICA.

Además, según El Vocero, la AAA paga renta mensual de $14,270.85 a la Corporación para el Desarrollo de la Zona Libre de Ponce, C.D. (CODEZOL) por el terreno en el que yacen sin uso los tubos del Gasoducto del Sur.

Sólo el tiempo dirá con qué enredo financiero se resolvería lo que quede del Gasoducto del Norte, un proyecto para el cual ya se han hecho emisiones de bono en la AEE que pagarán nuestros hijos y nietos en la forma de impuestos o tarifas más altas por los servicios esenciales.

El exgobernador Aníbal Acevedo Vilá.
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