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Tras bastidores en la donación de órganos

Como si se tratara de reconstruir una maquinaria, la ciencia ha hecho posible restaurar el cuerpo de un ser humano con las piezas de otro.

Detrás del acto magno de generosidad de parte de los donantes de órganos y de sus familiares, y del profundo agradecimiento de quienes reciben vida de éstos, hay un proceso complejo, donde intervienen múltiples profesionales en una logística exacta, y que ocurre bajo precisas especificaciones legales y médicas.

En Puerto Rico, LifeLink es la única organización sin fines de lucro que desde el 1994 está encargada de tramitar el proceso de recuperación de órganos y tejidos para el trasplante. Su portavoz de prensa, Maresa Boneta Dueño, explicó que MediCare y el United Network for Organ Sharing regulan que por región sólo exista una organización que maneje este proceso para así garantizar que no haya competencia en 'lo que es más bien un servicio que se le brinda a la comunidad'.

LifeLink cuenta con un equipo de medicina forense que, además de órganos, se encarga de extraer huesos, piel, corneas, cartílagos, músculos y otros tejidos. En la Isla aún no se realizan trasplantes de piel, de hígado o de pulmones mas Boneta anticipó que el Hospital Auxilio Mutuo ya cuenta con los permisos para en la próximas semanas llevar a cabo el primer trasplante de hígado en Puerto Rico.

En el caso de Karla Michelle Negrón Vélez, la quinceañera que murió por una bala disparada al aire en la Despedida de Año, se le pudieron extraer cinco órganos para trasplantes a distintos pacientes.

Según explicó, 'lo primero que ocurre es que hay un paciente en un hospital con muerte cerebral, que ha sido certificada por dos médicos, y que está conectado a un ventilador mecánico'. Es entonces cuando el hospital se comunica con LifeLink para notificarle que hay un posible donante. Una vez notificados, el personal de LifeLink se presenta al hospital a evaluar el posible donante inmediatamente.

En la evaluación que se le hace al paciente se debe descartar que haya muerto por muerte infecciosa, HIV, cáncer metastizado, o algún otro padecimiento que pudiera trasmitir a quien reciba el trasplante.

Parte del personal que se allega al hospital está compuesto por trabajadores sociales entrenados para en momentos tan difíciles hacerle el acercamiento a los familiares. Boneta indicó que si la persona se había registrado previamente como donante o si lo establecía en su licencia de conducir, la Ley de Donaciones Anatómicas de Puerto Rico determina que es un mandato de la persona y no se debe refutar.

'De no existir ningún registro, hay que pedirle permiso a la familia', aclaró.

Como comentó Boneta, el proceso de remoción de los órganos debe ocurrir en un periodo de 24 horas desde el momento en que la familia consiente la donación pues 'los órganos, aunque reciben oxígeno, no reciben comandos del cerebro y se comienzan a deteriorar. Si se espera mucho puede ocurrir que el donante sufra un arresto cardíaco y entonces perdemos el corazón'.

El cuerpo del donante es atendido por enfermeros intensivistas que se dedican a mantenerlo caliente e hidratado. Todavía conectado al ventilador el donante entra a la sala de operación y ahí médicos especialistas en trasplantes realizan la extracción.

El doctor Iván González Cancel, director del Programa de Trasplante de Corazón en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y El Caribe (CCPRC), explicó que una vez extrae el corazón lo pone en una bolsa con una solución destinada a la preservación y luego lo hecha 'en una de esas neveritas de playa' para el transporte al receptor.

Antes de realizar el trasplante González dijo cersiorarse de que donante y receptor tienen tipos compatibles de sangre y que no pesan ni un 20% más ni menos el uno del otro.

Boneta añadió que los órganos se trasplantan a quienes en la lista nacional estén más próximos al área geográfica donde está el donante pues la garantía de integridad de los órganos es poca una vez se extraen.

'Un corazón dura de 4 a 6 horas, el hígado de 6 a 8 al igual que el páncreas... los riñones se pueden preservar hasta por 48 horas', detalló Boneta. En Puerto Rico 428 pacientes esperan por una donación, en su mayoría por hígados y riñones.

El año pasado, 94 personas fueron donantes de órganos y aunque la cifra fue menor que en el 2010, Boneta sostuvo que hubo más trasplantes pues se obtuvieron más órganos. Noventa y cuatro podría parecer una cifra baja considerando el alto número de asesinatos el año pasado, sin embargo, la mayoría de las personas mueren en la escena, no todo el que tiene muerte cerebral está conectado a un ventilador y no todo el que está conectado a un ventilador puede ser donante.

'Los servicios fúnebre no se ven afectados con la donación porque el cuerpo no pierde su forma', recalcó. 'Lo que queda es una cicatriz en el pecho como si se tratara de una operación del corazón'.

Por su parte, el Dr. González Cancel indicó que a los receptores un trasplante les toma de 7a 9 días recuperarse de la operación.

En relación a la posibilidad de que la familia del donante quiera conocer al receptor o viceversa, Boneta dijo que 'nuestra recomendación siempre es que pase un tiempo prudente para que el paciente que recibió el órgano evolucionen favorablemente...Ya en una fase más suave en la que la familia del donante también haya pasado por su proceso de duelo, se pueden conocer siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo'.

La portavoz añadió que aunque un trasplante es algo costoso, los pacientes puede recurrir al Fondo para Servicios contra Enfermedades Catastróficas Remediables y la mayoría de los planes médicos, incluyendo la Reforma, lo cubren.

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