Una generación marcada por el 9/11
El 9/11 es el referente del terror para muchos jóvenes adultos de esta generación. En vivo el mundo vio y vivió cada minuto desde que a las 8:46 am, el 11 de septiembre de 2001, terroristas estrellaran el vuelo 11 de American Airlines en la torre norte del World Trade Center, hasta que... bueno, el último capítulo de dicha pesadilla parece ser la muerte este año de Osama Bin Laden, pero únicamente la historia determinará los desenlaces que tendrán los ataques.
Para el historiador Marcelino Canino, 'aún es muy pronto para juzgar lo ocurrido. Sólo con el pasar de los años se conocerá la verdad que ocultan las agencias de inteligencia. Mientras tanto, lo que llega a la prensa y lo que sabemos es en su mayoría sensacionalista'. El catedrático añadió que el impacto socio-económico que tuvieron los atentados ha transformado de tal manera la cultura globalizada que habrá que esperar el pasar de los años para tener una visión clara de sus efectos.
Sin embargo, para Alejandro Torres Solís las consecuencias de los ataques fueron instantáneas. Luego de ir y venir toda su infancia de Nueva York a Puerto Rico para visitar a su padre, el joven se mudó en el 2002 a la ciudad con el propósito de estudiar arte en School of Visual Arts. A seis meses de los atentados, a Alejandro le parecieron evidentes los cambios en la Gran Manzana.
'Justo después del 9/11 se congeló el ‘job market'. Fue muy difícil conseguir empleo, especialmente para alguien recién llegado a la ciudad', explicó.
Alejandro Torres Solís.
Sobre cómo el 9/11 transformó la manera en que vive, el artista expresó que los ataques lo hicieron 'prestar más atención a la política extranjera y norteamericana sobre los asuntos mundiales, los inmigrantes y el supuesto el terrorismo que anda rampante'. Torres aclaró que habla de 'supuesto terrorismo' pues 'el gobierno de Estados Unidos en los pasados años ha ejercido y todavía ejerce las mismas prácticas bélicas y terroristas que condena'.
Precisamente, varios artículos basados en investigaciones publicados por la revista American Psychologist, catalogan de efecto positivo el que como resultado del 9/11 la nueva generación se interesara más en la política.
'Además del aumento momentáneo de confianza hacia el gobierno, los ataques terroristas del 9/11 también incrementaron el interés y la participación en la política (...) Asimismo las personas expresaron más interés y conocimiento sobre ‘la guerra contra el terrorismo' en los meses siguientes a los ataques que anteriormente', lee el artículo The Expulsion from Disney Land.
Irmaris Lagares.
En el caso de Irmaris Lagares el evento le enseñó a 'nunca aceptar el miedo. Lo que va a pasar, probablemente pasará'. La entonces maestra de escuela elemental también mencionó que en ella 'despertó el letargo de tener a la familia lejos y no comunicarme'. Consistente a su experiencia, 60% de los americanos reportaron que sus relaciones con familiares se habían fortalecido un mes después de los ataques (Saad, 2001), y 40% de los participantes aumentaron los intentos de hacer cosas positivas por sus familiares y amigos (Skitka et al., 2004).
Un fenómeno conocido en la psicología como agresión desplazada se refiere a las circunstancias en las que los ofendidos no pueden castigar directamente a su agresor o agresores y por lo tanto eligen como blanco a quienes perciben que se relacionan éstos. En cierta medida Thaer Muhana, musulmán de padres palestinos, fue víctima del fenómeno pues comentó que la animosidad de otros hacia su religión aumentó luego de los ataques.
Thaer Muhana.
'Para ese tiempo un maestro en una clase llegó a decir que debían matar a todos los palestinos pero para mí todo esto me ha abierto la puerta para explicarle la realidad del islam a las personas', afirmó. 'En el islam no hay espacio para el terror. El Corán dice que si se salva la vida de una persona, se salva la humanidad, y si se acaba con la vida de alguien, se acaba con la humanidad. Mi religión es una religión de amor', apuntó.
El estudiante de ingeniería también experimentó el prejuicio que afloró contra los árabes a partir de entonces.
'Hace dos años regresando a Puerto Rico junto a otras cinco familias musulmanas, nos eligieron al azar para inspeccionarnos pero nadie más que venía en el vuelo fue inspeccionado,' contó Thaer.
De hecho, remociones ilegales de pasajeros ocurrieron en todas las principales aerolíneas de Estados Unidos como resultado de que otros pasajeros o empleados se sintieran incómodos con la ascendencia de los mismos (Ibish, 2003). Luego de una década el prejuicio hacia los grupos que son simbólicamente asociados al 9/11 continúa. Cuarenta y tres por ciento de los americanos reportaron tener al menos 'un poquito' de prejuicio contra aquellos de fe islámica y 53% reportó tener una visión no favorable de la religión (Gallup News Service, 2010).
La vida continúa para el resto de los que hoy conmemoran el décimo aniversario del punto en la historia que de alguna manera u otra modificó sus vidas. Pero, cómo sería todo si nada de esto hubiese pasado?
'Si el 9/11 no hubiese ocurrido todavía existiría la pieza de Joan Miró, ‘The World Trade Center Tapestry' en el lobby de una de las Torres Gemelas...', concluyó Alejandro.
Lee nuestra cobertura especial del 10mo aniversario de 9/11 en los siguientes enlaces:
El 9/11 cambió la manera en que viajamos
El recuerdo del ataque sigue vivo en la Isla
Misa boricua de recordación del 9/11 sin participación