El influyente diario The New York Times reseñó hoy la alta incidencia de asesinatos en Puerto Rico y aseguró que es el móvil para que muchos puertorriqueños se muden a los Estados Unidos.

La historia está escrita por la misma reportera que estuvo cubriendo para el diario la visita del presidente Barack Obama. El diario usualmente reseña aspectos de Puerto Rico relativos al turismo y, más recientemente, reseñó la huelga de la Universidad de Puerto Rico.

Ahora el foco es la ola criminal, bajo el título 'Tasa de asesinatos y miedo aumentan en Puerto Rico' y con la premisa de que la violencia está provocando que los puertoriqueños se debatan sobre si deben mudarse a Estados Unidos.

'En lo que va de año, han ocurrido 525 asesinatos en Puerto Rico, una tendencia que dejaría atrás el total de 983 que hubo el año pasado, cuando ocurrió la segunda tasa de asesinatos más alta en la historia, y los 995 de 1994. La ciudad de Nueva York, con una población de poco más del doble que Puerto Rico, reportó 199 asesinatos hasta mediados de este mes, con un total de 536 en 2010', reseñó el diario.

'Las tasas altas de asesinatos no son raros en Puerto Rico. Entre 1980 y 2005 la tasa promedio en Puerto Rico era de 19 por cada 100,000 habitantes, mientras que en Estados Unidos fue de 8 por cada 100,000 habitantes', añadió.

La expansión de la violencia a vecindarios de clase media y espacios públicos, el asesinato del banquero Maurice Spagnoletti, y las causales de violencia doméstica y crímenes contra la comunidad gay, también quedaron consignadas.

Ante esto, el superintendente José Figueroa Sancha dijo al diario que están implementando el programa computarizado CompStat que se usó exitosamente en Nueva York y que están reforzando el adiestramiento de los miembros de la fuerza, que con 17,000 personas es la más grande de Estados Unidos después de la de Nueva York.

Ante esto, el director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), Anthony Romero, recordó al Times que la policía de Puerto Rico está bajo investigación federal por violación de derechos civiles y acusó que las tácticas violentas que se usaban contra la población pobre e inmigrante, se están expandiendo a los disidentes, los estudiantes, y la clase media.

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