La paternidad en el siglo 21
Un divorcio puede ser algo muy doloroso en el que solo los protagonistas en dicha separación conocen las consecuencias que puede conllevar este paso en sus vidas. Si de por si ese desligue puede desembocar de una mezcla de sentimientos para ambos conyugues, el hecho de que en el matrimonio hayan hijos lo hace más complicado. Los retos y dificultades que enfrentan las madres en esta situación así como posibles soluciones son harto discutidos en los medios, pero no así los de los padres muchos de los cuales hoy celebran su día.
Carlos Brown, conoce muy bien que no es tarea fácil el que se desate un divorcio. Hoy, a sus 31 años, se muestra positivo y tiene claro solo un objetivo: el poder estar ahí para sus dos pequeños hijos. En un encuentro con NotiCel, Brown narró su experiencia al enfrentar un divorcio, y la lucha interna y social que tiene que llevar a cabo por sus hijos.
'La relación con mis hijos después del divorcio fue un poco difícil, ya que las relaciones con la pareja, como ya no lo van a ser, tienden a ser un poco conflictivas y por ende involucran a los menores lamentablemente', precisó.
Más aún, detalló que a raíz de la separación matrimonial hubo 'una pequeña distancia en esos primeros meses, si se puede decir casi un año. Todavía estoy luchando con eso'. Indicó que uno de los mayores problemas que tuvo fue que su ex pareja le prohibía tener contacto con los menores.
Explicó que su ex pareja 'cuando iba a buscarlo me decía que no me los podía llevar, que era un irresponsable, que no servía, que los nenes no querían estar conmigo, que para qué me los iba a llevar'. Así duró los primeros cinco meses y medio luego del divorcio.
Aceptó que al principio se refugió en el trabajo, por lo que trataba de mantener su mente ocupada y llegó a pensar 'pues no quieres que me los lleve, pues no los busco'.
'Así estuve hasta que me di cuenta que si me hacían falta, ahí fue que empezó como una pequeña depresión', declaró.
Al comenzar a sentir ese vacío que le provocaba el no tener contacto con sus hijos, decidió luchar en el tribunal para que le permitieran tenerlos. Sin embargo, ya los efectos de la distancia con sus hijos empezaban a calar en la relación paterno-filial.
'Al principio pensaba que estaba todo bien, pero me fui percatando que no. No querían relacionarse, ellos me miraban mucho como que estaban, papi es o no es. La nena tenía 5 y el nene 3 años. Al principio era como una falta de que hace tiempo que no te veo, de quién eres tu', recordó.
Expuso que la situación con los niños se intensificaba porque su ex pareja hablaba de situaciones entre ellos al frente de los menores, según alegó.
'Eso pues afecta, porque los nenes saben, entienden y padecen', opinó. De hecho, 'cuando mi nena se molesta por x o y, lo primero que me dice es que me va a llamar a la abogada. Esas son palabras de adultos, así es que entiendo que sí (que mi ex esposa) se pasa comentando'.
Lucha económica
Brown destacó que mientras estaba casado tenía un buen trabajo, tras el divorcio cayó en una depresión que provocó que lo perdiera.
'Me puse un poco rebelde al saber que ella estaba compartiendo con otra persona y que la tenía viviendo en mi casa, caí en una depresión, eso me afectó en el trabajo y lo perdí', sostuvo.
Al ocurrir eso comenzó a tener dificultades para asumir el pago de la pensión alimenticia, intentó hablar con su ex pareja pero esta decía 'que los nenes como quiera comen, que ella no le interesaba la situación mía, que tenía que aparecer los chavos'. Ante esto, aportaba entre $200 a $300 de los $1,500 que era su obligación mensual.
Una relación saludable
Brown dijo que se armó de valor y decidió que no permitiría que la depresión en la que se encontraba lo venciera.
Pensó 'que tenía que crecer, que tenía que echar pa' lante y entendí que mis hijos tenían que formar parte de ese enfoque mío hacía una nueva vida, que ellos iban primero'. Reflexionó que 'aunque no tenía el trabajo, que sí yo podía estar ahí para ellos en cualquier momento', por lo que 'decidí empezar a buscarlos, tenerlos casi todos los fines de semana, me los llevaba, a veces sin poder'.
Tenía clara la idea de que lo importante era estar con ellos, pese a la situación financiera y el conflicto interno que enfrentaba.
'Estábamos en casa a veces viendo el televisor todo el fin de semana, pero por lo menos los tenía, entendía que la calidad de tiempo era mucho mejor que a lo mejor yo poder darles $2,000 o $3,000 pesos de pensión', observó. 'Así estuve con ellos, los llevaba a los parquecitos, aunque suenan cosas sencillas que eso lo hace cualquiera, pero ahí fue que empecé a relacionarme más con ellos y luego ellos decidieron por si solos que ellos querían estar conmigo', dijo.
Ya ha pasado poco más de dos años desde ese momento, y Brown solo le brillan los ojos cada vez que habla de sus dos hijos. La clave ha sido el no 'ser un padre de domingo', es lo que ha fortalecido la relación con los menores. Al igual que ser parte de sus actividades, por ejemplo, lleva a su hijo a las prácticas de pelota y a la niña a las de voleibol.
Recomendó a padres en su misma situación o que han abandonado a sus hijos que empiecen a formar parte de sus vidas, porque 'esos momentos que a lo mejor para nuestros ojos son pequeños, para un nene es bien grande, como una graduación, un día de logros o una simple actividad que es bien importante para ellos, y debe ser importante para uno'.
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