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SAN JUAN WEATHER
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Una mujer en la primera linea de la Historia

Llegué nerviosa al encuentro con aquella mujer que despertaba intensos sentimientos encontrados. De punta en blanco, como siempre, y con aires rejuvenecedores, me recibió una mujer que traía bajo su sombra la imagen inmortalizada de ser la hija del ex presidente de la Cámara de Representantes Ernesto Ramos Antonini, esposa de el ex gobernador Roberto Sánchez Vilella y madre del ex secretario del Departamento de Justicia Roberto Sánchez Ramos.

Mientras me dirigía a su hogar en Floral Park, yo tenía claro un solo objetivo, saber quién era la mujer de carne y hueso que amó, se divorció dos veces, se reveló contra las imposiciones sociales, que quedó difuminada tras aquellas figuras prominentes de la historia del país y que ahora reaparece como escritora autobiográfica.

Aquí vamos a conocer a Jeannette Ramos Buonomo, quién durante la realización de esta entrevista se emocionó, con cariño o indignada, sollozó al recordar algunos episodios de su vida, y hasta regañó impaciente a la entrevistadora cuando se le realizaban preguntas poco atinadas o impertinentes, según su juicio.

NC: Cuénteme un poquito, qué significó para usted escribir este libro de Íntima?, cuál fue el gran reto?

JRB: Bueno, número uno tuve que esperar a retirarme de la Rama Judicial para poder sacar el tiempo para dedicarme a escribir. Fueron tres años de labor muy ardua para yo poder plasmar por escrito lo que es mi vida. Al principio yo entendía que no tenía nada de interés mi vida, pero tanta gente insistió e insistía que mi vida era interesante, que una vez que me retiro decido yo a ponerme a pensar si eso era así. Y una vez lo hice, llegué a la determinación y la conclusión que mi vida ha sido muy interesante, muy variada y que debe ser ejemplo para otras generaciones de mujeres. Es la transformación mía como mujer en las distintas etapas y como yo venzo una serie de adversidades y dificultades que la vida me pone delante.

Primero, el discrimen racial que tuve que vencer. Número dos cuando me voy para Holanda para casarme con 'un príncipe azul' holandés (Wouter Jacobus Marinus Bordewijk van Ravesteyn) que me siguió por toda Europa y que una vez que estoy instalada allí, me doy cuenta que tengo que hablar holandés. Me doy a la tarea de hablar holandés y aprenderlo.

Yo quise estudiar, porque yo me casé sin estudiar y una vez que nacieron mis dos niños mayores (Wouter Ernesto y Robert Paul) todo el mundo me auguraba que yo no podía entrar a la Universidad de Utrecht, porque los requisitos que ellos exigen son diferentes a las universidades norteamericanas. No obstante, yo luché con el profesor allá en la Universidad y él a su vez con el Ministro de Educación y a través de una carta de Jaime Benítez, que entonces era el rector de la Universidad de Puerto Rico, me exigieron que sí me iban a permitir solicitar siempre y cuando que yo venciera y tradujera del holandés al latín y del latín al holandés. Cosa que no fue sencilla ni fácil, estuve un año trabajando con una profesora. Al cabo de eso me tocó tomar el examen con un profesor que yo nunca había visto y aprobé. Eso templó mi espíritu. Esa es una demostración de que como uno cuando quiere algo lo puede lograr. Varias años después regreso a Puerto Rico con dos niños y me doy a la tarea de buscar empleo, que no fue fácil. Entonces decido estudiar Derecho. Mi papá no quería que yo estudiara Derecho ni mi mamá, pero yo fui y me matriculé contra la voluntad de ellos.

NC: Cuándo usted decidió estudiar en Holanda, quiénes no creían que usted podría hacerlo?

JRB: Mis suegros y mi esposo, que sabían de los requisitos para entrar a la universidad allá, pensaban que no iba a ser posible que me aceptaran. Pero yo luché, trabajé mi caso y gané sin ser todavía abogada.

NC: Qué grado fue el que obtuvo en Holanda?

JRB: Bachillerato

NC: En qué?

JRB: En Humanidades y Español

NC: Ahora mismo, cuántos idiomas sabe hablar usted?

JRB:Español, inglés, latín, holandés, francés y algo de portugués.

NC: Mencionó que uno de los retos que tuvo que enfrentar fue el discrimen racial, si pudiera abundar un poco.

JRB: El primer choque de discrimen racial fue cuando por primera vez en cuarto año en la escuela superior de la Universidad de Puerto Rico me hago novia de un jovencito que yo conocía desde que éramos niños, entonces la mamá de éste, que para ella yo era la niña modelo, una niña buena, bien portada, inteligente, estudiosa, todo. Cuando ella se entera de que somos novios me rechaza y lo sacan a él de la escuela y lo mandan eventualmente para Estados Unidos. Eso me dolió mucho y fue mi primer choque.

Segundo, el grupo mío de amistades de Floral Park dónde yo vivía y vivo aún, mi gente más íntima deciden hacer una agrupación que todavía al día de hoy existe y se llama 'La Pandilla'. La Pandilla de aquel entonces, mis amistades, la gente que iba a mi casa casi todos los día a merendar cuando veníamos de la escuela, la gente que se montaba en el carro de mi madre para llevarnos a la escuela, esa gente me excluyó de esa agrupación. Eso me dolió mucho, mucho, pero de ahí en adelante, pues entiendo que no he sufrido ninguna otra, pero fue muy doloroso.

La mamá de mi segundo esposo (Harold Toro Toro) no me quería y una de las razones era esa, me dolió también mucho.

NC: Usted también mencionó en la presentación de su libro en Borders de que su padre también tuvo que enfrentar el discrimen racial.

JRB: Claro, porque aquí cualquier persona trigueña se cree que es blanca, y cuando uno es trigueño es porque tiene raza, esta mezclado, somos mestizos, somos criollos aquí en Puerto Rico. Claro mi papá era negro. Su papá era negro y su mamá era blanca. Y papi sufrió mucho el discrimen dentro de las filas del Partido Popular Democrático, como fuera. Él siempre decía -aunque no se hablaba tanto de eso con él-, que a él le costaba el doble de trabajo que a lo que a otra persona le hacían más sencilla la vida. Pero como era para él tan doloroso y en casa se sabía, con él no se hablaba de eso, se hablaba con mi mamá.

NC: Su padre nunca fue sincero con ustedes de cómo él se sentía?

JRB: No es que no fuera sincero, es que le dolía mucho y no quería hablar de eso, ni nosotros no lo poníamos en esa situación. Conmigo no hay problema yo hablar, pero es otra generación y ellos me tuvieron después de 10 años de casados. Eran unas generaciones que actuaban de diferentes maneras, porque hoy día hay discrimen racial, pero no es como era antes. Al joven holandés que me pretendía, cuando va al Club Náutico le dicen: 'sí, ella es muy bonita, ella es inteligente, pero es negra, viene de la raza negra'. Y él llegó a casa y me dijo: 'por qué me dicen eso'. Yo le expliqué y él me dijo 'they are stupid', porque hay unas diferencias culturales aquí, que somos unas mezclas. Por eso el dicho de 'y tu abuela a dónde está', y la gente se cree que porque tiene la piel más clara, pues es blanca, pero no. Somos todos mulatos, negros, pero nadie quiere serlo.

NC: Porqué usted cree que nadie quiere serlo?

JRB: Por el discrimen que hay, porque nadie quiere ser discriminado.

NC: Qué representó para usted el matrimonio con el holandés? Cómo le cambió su vida?

JRB: Él la cambio totalmente, me liberó de tantos prejuicios que habían aquí, me hizo ver que la vida y las costumbres no son las 100x36 de Puerto Rico. Que hay otras culturas muy ricas y que sobre todo que una cosa es tu viajar a Europa y otra cosa es tu vivir allí. Yo creo que es una experiencia de un valor para mi incalculable, de la cuál no me arrepiento y me abrió los ojos al mundo, allí yo maduré, yo fui una niña muy jovencita casada y salí de allí una mujer madura con una serie de experiencias de lo que es la vida allí, cómo se vive en Holanda y los estudios allí me abrieron esa visión al mundo. Nosotros los puertorriqueños tenemos unas visiones muy estrechas de una serie de cosas, ellos no, ellos son muy abiertos en su manera de ser. Es uno de los países más progresistas en ese sentido. Para mi fue una experiencia fascinante, muy buena.

NC: Si tuviera la oportunidad de regresar el tiempo volvería?

JRB: Sí volvería. Me arrepiento como dice Frank Sinatra 'de muy poco en la vida'. Y obviamente no me arrepiento de haberme casado con el padre de mis dos hijos mayores, y haber vivido en Holanda, al revés, si tuviera que volverlo hacer, volvía y lo hacía.

NC: Cuando menciona que el holandés fue el 'príncipe azul', por qué dice eso?

JRB: Bueno porque es el paso de cómo él nada más que de verme decidió que esa era la mujer con la cual él se quería casar.

NC: La primera vez que este hombre la pretendió, usted pensó que estaba hablando en serio o que estaba loco?

JRB: Yo estaba sorprendida, o sea, yo he tenido dos relaciones que me han sorprendido mucho, y una es la del holandés y otra es la de Roberto. Con él (holandés) me sorprendí de que esa persona de verme dos noches me siguiera por toda Europa y estuviera decidido a que se iba a casar conmigo. Yo tenía en aquel entonces un novio aquí en Puerto Rico que fue en mi primer y único año que viví aquí de Bachillerato. Yo era tan jovencita que lo que hacía era reírme con mi hermana de la situación y sentirme en cierta manera halagada, pero me parecía una cuestión como no real, como absurda. Pero no fue tan absurda, porque él me siguió, me persiguió por toda Europa, vino a Puerto Rico y me dijo: 'hasta que tú no te cases conmigo, yo no me voy'.

NC: Y la boda cómo fue?

JRB:Pues imagínate tú, eso fue un acontecimiento. Mi padre fue presidente de la Cámara en aquel entonces, y la historia se difundió en los periódicos. El periódico El Mundo hizo un reportaje extraordinario explicando el viaje y el holandés por toda Europa detrás de mí. A la Iglesia San Vicente de Paúl donde me casé fue una multitud de gente, no solamente los invitados, sino que gente que fue a novelerear, a ver el holandés. A constatar aquella historia que parecía como un cuento de hadas, o sea, yo tuve mi príncipe.

NC: Y la historia se desvaneció una vez llegó a Holanda?

JRB:No. Yo viví allá varios años y feliz en un montón de ellos. Después me divorcié y me vine.

NC: Por qué si ya estaba establecida allá decidió venirse para Puerto Rico?

JRB:Porque mi padre insistió, yo quería quedarme en Europa por las razones que acabo de decir. Mi padre insistió, yo me puse muy delgada, y él me pidió que viniera para recuperarme acá en Puerto Rico por unas semanas o unos meses, y yo que siempre lo amé mucho y lo hago todavía, lo complací y me vine. Pero una vez estuve en Puerto Rico, pues me quedé, poco a poco él fue buscando la manera y como empecé a estudiar Derecho...

NC: No quiso nunca volver a vivir allá en Europa?

JRB:No, una vez que me establecí, pues me he quedado aquí. Sí aspiro en algún momento, he ido en otras ocasiones, me gustaría mucho todavía viajar hacía Holanda a volver a estar allá un tiempo.

NC: Se habla mucho de que si su padre no hubiera fallecido hubiera sido el Gobernador.

JRB: La historia hubiera sido diferente en Puerto Rico, la historia política y personal mía, estoy casi segura, o sea, entiendo yo por los dichos de mi amigo Luis F. Camacho (quién fue presidente de la Juventud Popular), que era colaborador cercano, nunca empleado, y que estaba siempre en comunicación con mi padre. Él dice que mi padre le había dicho que aspiraba a ser Gobernador y Muñoz lo sabía obviamente. Pero el favorito de Muñoz era Roberto Sánchez Vilella. Claro, al morir mi papá se abrió el camino para que Muñoz cómodamente -entre comillas-, porque la gente no quería que él se fuera, se abre el camino fácilmente para que nominara a Sánchez Vilella en el 1964, como candidato a la gobernación.

NC: El hecho del discrimen racial, usted cree que hubiese hecho un poco difícil el que su padre llegara a La Fortaleza?

JRB: No, yo no creo, yo estoy segura de que esa era una de las razones por las cuales no lo querían como candidato, porque ante el discrimen que era peor antes de lo que es ahora, pues obviamente para las relaciones con Estados Unidos, que sabemos es un pueblo racista, me imagino yo que Muñoz veía como un obstáculo el hecho de que él fuera gobernador.

NC: Cómo se sintió cuando Sánchez Vilella estando ya en la gobernación la nombra como uno de sus ayudantes, siendo la primera mujer en asumir este tipo de cargo? Qué representó para usted? Cuáles eran los retos de la sociedad para que esto se materializara?.

JRB: Eso se acogió con mucho beneplácito, como algo nuevo y hubo mucha celebración, eso se aceptó plenamente el que yo haya sido nombrada. Fue algo que le trajo simpatía a Roberto Sánchez Vilella, popularidad, fue muy buena idea la de él. Además, yo no era cualquier mujer, yo era además de ser abogada, de haber tenido unas experiencias de trabajo, yo era nada menos ni nada más que la hija de Ernesto Ramos Antonini. Con ello mucha gente entendía que entraba Ernesto Ramos Antonini a La Fortaleza. Lo que no pudo en vida, lo hizo después de muerto. Yo representé eso, porque había mucha gente que entendía que mi padre se merecía ser gobernador.

NC: Para usted, cómo fue el desafío de tener a su cargo, digamos sobre sus hombros, ese deseo de los que apoyaban a su padre de que con usted él estaba entrando a La Fortaleza?.

JRB: No fue un desafío, fue un reto, sencillamente yo llegué allí con la idea de hacer mi trabajo lo mejor posible, como lo he hecho siempre en todo los sitios que voy. No solamente en La Fortaleza, sino en la Judicatura, en cualquier trabajo que yo me propongo hacer lo hago a mi potencial máximo.

NC: Cuándo usted pisa por primera vez La Fortaleza, cómo se sintió?

JRB: Una gran emoción por lo que significaba, primero ser la primera mujer ayudante de un gobernador, el prestigio que ello conllevaba y tercero pensando en mi padre, no hay la menor duda.

NC: Qué gestiones tuvo a su cargo?

JRB: El área de prensa, el Departamento del Trabajo, la Asamblea Legislativa, la Oficina de Exención Contributiva, Fomento Económico, todas esas área fueron mías.

NC: Un reportaje de la revista Time para la época habla de que usted también tuvo a su cargo el Departamento de Estado y el Instituto de Cultura Puertorriqueña, si me pudiera abundar y aclarar, porque eso es algo que no se ha hablado mucho.

JRB: Eso no lo recuerdo, por lo que no te puedo explicar. Si eso lo dice la revista Time yo creo que a menos que fuera sobre el récord de Fortaleza, yo no recuerdo haber estado a cargo del Instituto ni del Departamento de Estado. Yo trabajé para el Departamento de Estado anterior a ser abogada. Antes de estudiar Derecho yo trabajé prestada al Congreso de la Sociedad Interamericana de Planificación. Yo entré como secretaria e inmediatamente el director ejecutivo, Humberto Espinoza, vio en mí unas cualidades y me nombró su ayudante. Por eso, yo estuve adscrita al Departamento de Estado de Puerto Rico, pero no al Instituto. Ahí trabajé un año, después estudié y entré al bufete de José Trías Monge. Fui una de las primeras mujeres en ir a trabajar a un bufete grande en Puerto Rico, porque antes las mujeres no eran invitadas a trabajar, pues se asociaba el Derecho con la figura masculina.

NC: También menciona que su padre no estuvo muy de acuerdo.

JRB: Yo me imagino que era porque no era un rol de mujer. De hecho, cuando entro a la Escuela de Derecho, éramos 100 estudiantes, 10 mujeres y 90 varones. Y aún así, fui la primera mujer presidenta de la clase de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, yo he sido muchas cosas primera. Y la primera mujer en ser la presidenta de la clase de la Escuela Superior de la Universidad de Puerto Rico.

NC: Cómo fue el reto de demostrar a sus compañeros de la Escuela de Derecho de que siendo usted de las pocas mujeres tenía igual de capacidades para estar al nivel de ellos en esa carrera? Tanto así que ellos se sintieran con mucha confianza de escogerla a usted Presidenta de la clase.

JRB: Ellos vieron en mi unos atributos de liderato y de que yo mando pero voy, que hago las cosas yo. Comenzando en el primer semestre, me nombraron a mí para ser nominada a ser presidenta de la clase junto a José Enrique 'Quique' Arrarás, y yo le gané la votación. Entonces un grupo trató de cuestionarme el haber salido electa, -esta historia es interesante y no está en el libro-. Y yo llegué a casa por la noche y le dije a mi padre: 'mira papi me están cuestionando la elección y a mi realmente no me interesa, yo soy una persona que tengo mis méritos y yo no necesito ser presidenta para darme a conocer'. Él me contestó: 'tu fuiste a una elección en buena lid?, tu entiendes que tu ganaste en buena lid?, pues defiende esa presidencia'. Y fui y la defendí contra 'Quique' y volví a ganar... Esa es una anécdota que fíjate que no está recogida en el libro.

NC: Entonces al fin y al cabo, usted logró también que su papá cambiara un poco la perspectiva que tenía de que estudiara Derecho?

JRB: Bueno es que ya era un hecho. Yo no cambié nada, yo era una estudiante de Derecho, no es que él cambio.

NC: Pero en términos de apoyo.

JRB: Siempre, mi padre me apoyó en todo, aunque no estuviera de acuerdo conmigo en muchas cosas.

NC: Le daba la libertad a usted de escoger?

JRB:Si, y no de criticarnos, era de apoyo. Él advertía unas cosas y después nos soltaba -esto tampoco creo que está en el libro-. Mi padre nos aconsejaba, pero nos dejaba libres para actuar. No nos imponía sus ideas. Nosotras a veces, yo por lo menos, vamos a hablar de mi nada más porque mi hermana no está aquí, yo actuaba contrario a su consejo. Cuando no me salían bien las cosas yo lo esperaba que llegara de noche y entonces me abrazaba a él en ánimo de decirle tú tenías razón y él no me decía nada, él no me decía te lo dije, por qué lo hiciste, nada.

...Él sabía que yo lo que le quería decir era que él había tenido razón en su consejo, aunque yo no lo hubiese seguido. Él nos respetaba mucho a mi hermana y a mi, como seres humanos con derecho a pensar y actuar diferente a él o lo que él creyera, mami también. Mami con la situación de Roberto no me recriminó, no me regaño, nada, nada. Mami quedó en 'shock', pero ella no me rechazó, no me recriminó, su única reacción fue la que yo cuento en el libro, pero a parte de eso nada más.

NC: Usted cree que esa crianza la ayudó a ser la mujer que es hoy?

JRB: No hay la menor duda. Me criaron con mucho amor, con mucho respeto y con mucha disciplina. Y nos enseñaron que lo importante en la vida no es el dinero, que lo importante es tus estudios. Lo que tu puedes lograr con tus estudios y cómo eso te sirve para ayudar a los demás. Tanto mi hermana como yo, mi padre y mi mamá, lo que hemos hecho es servir al pueblo. Mi hermana como profesora y como rectora de los colegios regionales de la Universidad de Puerto Rico. Y yo desde mis distintas facetas como abogada, como jueza y como profesora en estos momentos. Hemos servido al país. No nos hemos lucrado, porque mi padre nos enseñó que lo importante es que después que tu mueras, qué es lo que se dice de ti, cómo tu contribuiste a tu país. Lo importante, no es la cantidad de dinero que tu dejas en un banco.

NC: Usted dice que cuando sale a la luz la situación con el gobernador Roberto Sánchez Vilella, su madre estuvo para en cierta forma darle su apoyo.

JRB:No, ella se quedó muda, pero no me rechazó, pero ya yo te lo dije. Ella siguió normal conmigo como si no estuviera pasando nada. Y yo nunca le impuse a ella la presencia de Roberto. Cuando Roberto se divorció -que esto tampoco está en el libro- él fue a hablar con mami para decirle 'me voy a casar con su hija, queremos que sea aquí mañana'.

NC: Cuando se da a conocer está información de que el Gobernador iba a dejar a su esposa –la Primera Dama-, que estaba enamorado de usted y que quería contraer nupcias, qué fue lo primero que le pasó por la cabeza? En aquél momento en que quizás se formó como un tipo de revuelo.

JRB:Sin el quizás, causó una gran consternación en el país.

NC: Qué representó eso para usted? Se sintió agobiada? Pensó desistir?

JRB:Me sentí tranquila, porque yo sabía lo que estaba haciendo.

NC: Pensó dejarlo ahí?

JRB:Cómo qué dejarlo ahí?

NC: No permitir que eso ocurriera.

JRB:Qué?

NC: Rechazarlo

JRB:A él?

NC: Sí

JRB:No

NC: Se habla de que muchas mujeres vinieron a hacer manifestaciones a su casa.

JRB:En una ocasión hubo un sit-in, que era una manera de demostrar en aquellos tiempos en los 60 los derechos civiles en los Estados Unidos. En vez de piquete se llamaba sit-in porque la gente caminaba y se sentaba afuera. Qué tu quieres saber de eso?

NC: Quisiera saber, cómo se sintió cuando usted ve aquellas mujeres?

JRB:Las oigo, la puerta estaba abierta, yo estaba aquí con Roberto, y yo siento el ruido afuera y yo digo qué es eso. Subí a ver por una ventana que pasaba y vi un reguero de mujeres allí afuera.

NC: Cuántas podría calcular?

JRB:No sabría calcularte, pero muchas.

NC: Ante la presión pública usted pensó desistir?

JRB:En ningún momento. Cuando nosotros tomamos la decisión de hacerlo público, estábamos seguros de que no había marcha atrás, ese era nuestro amor y nosotros lo íbamos a defender contra viento y marea, pasara lo que pasara, porque de eso es lo que se trata el amor, no de otra cosa.

NC: En aquel tiempo cuando se revela su relación, usted dice que Sánchez Vilella estaba seguro de que su hija los apoyaría.

JRB:Seguro no, el creía que su hija y su hermano lo iban a apoyar, pero no resultó así, y yo se lo dije que yo no creía por el protagonismo de ella, de una de las hijas, porque Vilma…

NC: De la mayor, Evelyn (Sánchez Dapena)?

JRB:No, ella es la menor de las dos hijas, todo el mundo cree que es la mayor.

NC: Este libro de Íntima responde a lo que Evelyn plasmó en su libro que publicó hace algunos años?

JRB:No, en lo absoluto. Yo empecé a escribir este libro mucho antes de que saliera el libro de ella. Y no es ninguna respuesta a ella. Que quede bien claro.

NC: Próximamente la ex presidenta del Colegio de Abogados, Celina Romany Siaca, presentará su libro sobre Sánchez Vilella, qué opina de este otro trabajo? Lo considera una competencia?

JRB:Nada, ella está escribiendo sobre Sánchez Vilella. Cuando conozcamos el libro, pues a lo mejor opinaré sobre él.

NC: Cuando su hijo es nombrado secretario del Departamento de Justicia, por el ex gobernador Aníbal Acevedo Vilá, cuál fue la etapa o proceso más difícil durante ese momento?

JRB:El proceso más difícil y culminante fue la confirmación, pero de ahí todos los cuatro años fueron bien difícil para mi como madre.

NC: Por qué?

JRB:Porque lo atacaban, en mi punto de vista injustamente. Primero, en el proceso de confirmarlo y después mientras él hacía su trabajo. Yo no estuve de acuerdo con una que otra cosa que él hiciera como secretario de Justicia, pero muy poco, quizás en algo, pero esa era su decisión.

NC: Sintió la necesidad en algún momento de salir a defenderlo?

JRB:No, en absoluto, él es grandecito y se defiende. Es una persona bien preparada, un hijo que aunque yo lo diga es brillante y yo creo que había un temor para confirmarlo como Secretario porque sabían que él iba a ser muy honesto, muy sincero y muy claro en sus cosas, esa es mi opinión. Fíjate que lo atacan de que él no tuviera la experiencia en casos criminales, pero es que si yo recuerdo, los demás excepto Héctor Rivera Cruz, que se conoció como 'El fiscalito' no la tenían. Qué experiencia en lo criminal tenía Rafael Hernández Colón y Anabelle Rodríguez, y todos los que yo digo en el libro. Pero a él le tenían mucho temor porque sabían que era hijo de Roberto y de Jeannette.

NC: En términos de esa sinceridad que usted habla que caracteriza a su hijo, y las expresiones que él hizo de que en el sistema judicial había una doble vara, durante el resultado del caso del ex gobernador Pedro Roselló.

JRB:Esas fueron sus expresiones, y yo no voy a comentar sobre ellas.

NC: Le parecen correctas?

JRB:No voy a comentar, esas fueron sus expresiones.

NC: En el tiempo del mandato de ex gobernador Hernández Colón que se creo la Comisión de Derechos para las Mujeres, cómo se distancia o se asemeja a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres? Qué usted opina de la gestión que está haciendo la Procuraduría?

JRB:Yo creo que ha ido evolucionado de la Comisión de la Mujer, después le dieron otro nombre y le fueron dando fuerza a esa oficina. Esa oficina es bien importante y creo en la Procuraduría de la Mujer, y no tengo manera de evaluar a una joven, a una fiscal que está empezando.

NC: Como ex miembro de la Junta de Directores de la Corporación de las Artes Musicales e hija de Ernesto Ramos Antonini, cuál es su parecer sobre el plan de cerrar las facilidades actuales de la Escuela Libre de Música de San Juan y movilizarla a Guaynabo?

JRB:No conozco ese plan en detalle, así que no voy a opinar en lo absoluto. Eso no está en mi libro. Estamos entrevistando sobre mi libro.

NC: Bueno pero usted de alguna forma…

JRB:Yo creo que las escuelas libres de música del país se le debe dar la oportunidad y todo el apoyo económico en todo los sentidos, porque están enseñando arte a la juventud. Además, que se ha demostrado que aún con la adversidad en su plantel pueden superarse sobre ello y ganar la medalla de oro entre todas esas orquestas. Y esto debería ser un incentivo para que el gobierno de Puerto Rico apoye todavía más, aún dada la situación económica, a las escuelas libres de música que creó mi padre.

NC: Qué la mantiene viva?

JRB:Me mantiene viva el amor a mis hijos, el amor a la gente que quiero mucho, poder seguir ayudando a los demás desde distintos sitios y maneras. Eso me mantiene activa. Es un aliciente el tratar de yo llevarles mi experiencia a los estudiantes de la Escuela de Derecho, para que ellos entiendan que el estudio es una cosa y la práctica es otra. Así que toda esa orientación y todo el servicio que le hago al Tribunal Supremo en ayudar a los demás. Yo siempre he estado dispuesta a ayudar a los demás y a mis nietos.

NC: Cuántos nietos tiene ya?

JRB:Seis.

NC: Cuál es su próximo objetivo después de Íntima?

JRB: Seguir viviendo como he vivido, amando, queriendo y trabajando. Viviendo intensamente. Es que he vivido, pero quiero vivir otro tanto….

Para mi sorpresa, cuando llegó la hora de partir, se acercó a mí y se despidió con un beso. Yo sonreí, mientras en el fondo de mi alma me llevaba un pedazo de esta emblemática mujer…

(Fotos: Josian Bruno/Para NotiCel)
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