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Estar sin hogar es como nadar contra la corriente

Antes formaba parte de la fuerza laboral, mantenía a su familia y planificaba un porvenir para sus hijos, hoy está cansado y se siente discriminado durante su búsqueda de empleo.

Este es el caso de René Otero, de 58 años, quién narró a NotiCel como las vueltas de la vida lo llevó en dos ocasiones a formar parte de la población de personas sin hogar al verse desamparado tras perder su empleo y no acertar en la búsqueda de uno nuevo que fuera estable.

Todo comenzó cuando en el 2000 pierde su trabajo, al ser cesanteado, de un centro de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) localizado en Trujillo Alto.

Luego de esto su esposa lo abandona y se lleva a los hijos, tras 16 años de matrimonio. Como consecuencia, en el 2001 se va a vivir a casa de un amigo en Caimito. Tras llevar unos meses en casa de su amigo se comenzó a sentir incómodo.

Por esta razón, 'le mentí que había conseguido un sitio, pero no le dije que me había dado release del trabajo'. Esto lo llevó a vivir en la calle por un mes en las inmediaciones de un edificio en Miramar.

Al NotiCel indagar porque tomó esta decisión argumentó 'ya ellos (su amigo y la esposa) estaban siendo demasiado buena gente conmigo, sentía que estaba abusando de su confianza'. Y añadió 'ellos no me votaron, yo les mentí'.

Resaltó que en ese momento 'la mente se me quedó en blanco, de momento no tengo nada, sólo dos amigos buenas personas, pero no puedo depender de ellos, tengo que moverme'. Declaró que 'no sentí miedo, yo dije bueno si el agua esta fría hay que tirarse'. Además señaló 'yo me sentía que tenía que seguir pa' lante, pero no sabía a dónde'.

Posteriormente llega al Centro de Acogida para las personas sin hogar ubicado en la avenida Barbosa, donde manifestó 'era mejor de lo que yo esperaba'. Eventualmente, obtiene un empleo con el Municipio como técnico psicosocial en el mismo Centro, pues poseía un bachillerato en Psicología de la Universidad de Puerto Rico. Este trabajo le duró desde el 2002 hasta mediados del 2003, y había conseguido estabilizarse y obtener un apartamento.

Sin embargo, luego de encontrarse a un antiguo compañero de trabajo que lo convence de los nuevos beneficios que estaban ofreciendo en FEMA, renuncia al Centro de Acogida y retorna a su antiguo puesto. También retomó la relación sentimental con su ex esposa. Durante cinco año todo estuvo sin contratiempo y cobraba $20 por hora.

(Josian Bruno/NotiCel)

En el 2008 'empezó la misma odisea, porque la mitad de la gente las botaron (de FEMA)'. Esta vez consiguió algunos trabajos temporeros, entre ellos uno de guardia de seguridad.

Aunque en un principio el hallar un empleo apuntaba a su favor, en el transcurso la búsqueda se hacía cada vez más difícil a lo que atribuyó que 'la economía está mala y para el que tiene cierta edad es peor'. Al mismo tiempo, señaló que ha sentido que ha sido prejuiciado por su edad.

Un día su esposa le dice que 'si vas a seguir así, te tienes que ir'. Así que nuevamente vuelve a la calle por unos meses, pero esta vez pernoctaba dentro de un automóvil. Hasta que fue a buscar ayuda y obtuvo un vale de vivienda de hasta 18 meses bajo los fondos ARRA. Del término ya lleva 12 meses, y aún se siente en el limbo de a qué dirección se tornará su vida.

Por el momento se mantiene 'haciendo chivo' y buscando trabajo. A pesar de esto, parece poco motivado en que obtendrá un empleo, pues aludió que 'se siente uno que esta perdiendo el tiempo, es como estar nadando contra la marea como el salmón'. 'Uno se siente hasta cierto punto derrotado, si me dicen que sí (tengo el trabajo) es como ganarme la loto'. Debido a este panorama ha comenzado a inclinarse por desarrollar su propio negocio.

Por otro lado, aunque mantiene una buena relación con su hija de 25 años y su hijo de 23 años, mostró frustración de no poder ayudarles económicamente en sus estudios. Pero al mismo instante piensa que 'soy millonario porque los hijos míos no me buscan por dinero, eso es lo que me mantiene vivo'.

Por otra parte, Otero determinó que siempre hay un rechazo por parte de la sociedad hacía las personas sin hogar y lamentó la mentalidad de que 'tu eres lo que tu tienes y no lo que tu eres en verdad'. Abogó por que se satisfagan más las necesidades de Salud Mental y Física de la población. Del mismo modo, evaluó que hace falta más educación sobre este problema social, que en gran medida es causado por adicciones al alcohol y la droga. También opinó que debe haber una reestructuración de los programas existentes con más énfasis en la prevención.

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