$2 millones la sentencia contra Colegio
El Juez Presidente del Tribunal Federal, José A. Fusté, determinó a mediodía que el Colegio de Abogados de Puerto Rico tiene que pagar casi $2 millones por el pleito de clase en el cual el tribunal determinó que habían cobrado indebidamente una prima por seguro de vida dentro de la cuota anual de colegiación.
En el balance final dictaminado por la corte, un total de 7,119 colegiados decidieron salirse del pleito de clase, mientras que 6,327 se quedaron.
Lo que cada colegiado miembro de la clase va a recibir en reembolso depende de cuánto tiempo lleva en la profesión, pero el saldo total salió en $1,971,663.26. El tribunal no proveyó un cálculo del pago promedio, pero una mirada a la lista final sugiere que el pago más alto sería $341.78. La sentencia no incluye todavía costas, intereses ni los honorarios de los abogados demandantes.
Ya el Colegio tiene a su sede en Miramar como garantía para el pago de la sentencia, y el valor de la misma es más de los $2 millones de la sentencia, pero no hay ninguna obligación legal de pagar la sentencia con la sede. De hecho, aunque tienen 30 días para pagar, el Colegio legalmente puede obtener una paralización de la ejecución de sentencia en lo que se apelan esta determinación.
Sin embargo, la apelación no sería para que el Primer Circuito de Apelaciones diga que no tienen que devolver las primas cobradas en la cuota, sino para determiner si los procesos del pleito de clase se llevaron a cabo correctamente. El remedio sería volver a llevar a cabo el proceso de notificación y creación de la clase. Ya el Circuito tiene pendiente una apelación sobre la orden de mordaza que Fusté impuso al Colegio y sobre el encarcelamiento por desacato que ordenó contra su presidente, Osvaldo Toledo.
Fusté fundamentó su determinación en una opinion salpicada de referencias personales sobre cómo él entró a la profesión legal en 1968 con mucha ilusión de pertenecer al Colegio, y cómo participó en sus actividades, y también cómo el Colegio había comenzado a cavar su propia tumba desde 2002 al incumplir con varias determinaciones legales sobre su cobro de cuotas.
Aguijoneó diciendo que el lema inscrito en la sede, 'Honrando la Toga', son palabras huecas en manos del Colegio.
Al relatar los eventos del pleito de clase, escribió que 'este desafortunado giro de eventos provee un ejemplo claro de por qué una asociación que dice representar la profesión legal debe ser conciente de sus responsabilidades con la sociedad'.
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